El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha condenado por un delito de exhibicionismo a un hombre que en agosto de 2020 acudió a la playa de El Palmeral de la capital y, a plena luz del día, comenzó a masturbarse frente a los bañistas de la zona, entre ellos varios menores de entre dos y cinco años de edad. La sentencia, consultada por Europa Press y contra la que cabe recurso de apelación, señala la «gravedad» de los hechos protagonizado por el acusado en un lugar «público frecuentado por varios menores», por lo que le condena a ocho meses de prisión ante un delito que contempla una pena máxima de un año de cárcel, que solicitaba el fiscal. La juez, que también impone dos años de libertad vigilada al condenado, determina así que este realizó actos masturbatorios «de clara significación sexual en la playa, a plena luz del día y en época estival», donde se encontraban «numerosas personas, entre éstas menores de edad» y, por tanto, «consciente de su presencia e imponiéndoles el visionado de dichos actos». El acusado, de 18 años en el momento de los hechos y sin antecendentes penales, se acogió a su derecho a no declarar durante la vista oral, toda vez que tras su detención policial tan solo pudo admitir en fase de instrucción que acudió a la playa en la que había mucha gente, sin recordar si se había masturbado «de manera repetida» ante varias personas, según explicó. La juez atiende, no obstante, el testimonio de un abuelo que denunció los hechos y explicó que el acusado había mostrado los genitales mientras se masturbaba en la zona en la que estaba él con sus nietas y otros familiares, además de otros usuarios de la playa. Así, la magistrada atiende la declaración «seria, firme y coherente» prestada por el testigo, quien detalló que fue sobre las 13,30 horas del 9 de agosto de 2020 cuando a la referida zona costera de la capital almeriense llegó el acusado, al que pudo describir con todo detalle. Según su relato, el hombre habría comenzado a hacer aspavientos para después meterse vestido en el mar y, al salir, quitarse la camiseta y comenzar a escupir, por lo que la gente que se encontraba en el lugar habría comenzado a recriminarle su actitud. Conforme a su testimonio, el acusado se dirigió mas tarde hacía donde había una barca donde comenzó a masturbarse en presencia de los usuarios de la playa. Así, el hombre pidió a su hija que llevara sus nietas al agua para evitarles que vieran la conducta del acusado, quien repitió su conducta frente a otra familia. El testimonio del abuelo fue corroborado por un agente de la Policía Nacional que acudió hasta el lugar de los hechos tras la llamadas que se recibieron en la sala del 091 en las que los propios vigilantes de la playa alertaban de lo que estaba sucediendo. Con ello, detuvieron al sospechoso.