El Fondo de Recuperación se ha convertido en el gran paraguas de inversión pública para muchos países de la UE, especialmente para los dos que acaparan más de la mitad, Italia y España, que recibirán 193.000 y 163.000 millones respectivamente entre subsidios y préstamos. Pero ese estímulo económico cruza fronteras con facilidad en el mercado único y llega a otros Estados a través de cadenas de valor y compras. Son los denominados efectos indirectos (spillover) de las ayudas públicas. Y ahí los nombres de los más beneficiados cambian: Alemania destaca sobre el resto con mucha diferencia. Hasta el punto de que el impacto indirecto de las ayudas, más de 43.000 millones durante 10 años, casi duplica el tamaño de su plan de recuperación, por unos 23.000 millones en subvenciones directas (Berlín no pidió créditos), según un estudio reciente del Centro Común de Investigaciones y de economistas de la dirección general de Economía y Finanzas, dependientes ambos de la Comisión Europea. Seguir leyendo