Alberto Núñez Feijóo quiere liderar la alternativa a Pedro Sánchez, pero no tiene los apoyos para hacerlo ni siquiera en el peor momento del presidente del Gobierno en lo que va de legislatura. El demoledor informe de la UCO que vincula al ya exnúmero tres del PSOE, Santos Cerdán, en el supuesto cobro de comisiones en obras públicas ha supuesto un mazazo para el conjunto del espacio progresista, en general, y para el líder de los socialistas en particular, que se ha visto obligado a comparecer en la sede de Ferraz por primera vez desde que está en Moncloa. Sánchez pidió perdón pero descartó convocar elecciones generales y reiteró que su mandato continuará hasta 2027.El líder de la oposición compareció más de una hora después para reclamar lo que Sánchez ya había descartado: comicios anticipados. "Debe convocar elecciones de manera inmediata, no hay ninguna huida hacia adelante, es una huida a ningún sitio", señaló el conservador desde la sede de Génova. Y añadió: "Sánchez no puede pretender sobrevivir a Ábalos, primero, y a Cerdán, después. La corrupción es la marca de agua de este Gobierno y por ello debe terminar", dijo.Sin embargo, Feijóo no tiene prácticamente ninguna opción de acabar con el mandato de Sánchez, ya que en esa misma comparecencia descartó iniciar los contactos para tratar de convencer a los socios parlamentarios del Gobierno de que le apoyen. "Yo no voy a darle un balón de oxígeno para que le ratifique como presidente del Gobierno. No voy a ser cómplice como sus socios. Yo no soy socio de Pedro Sánchez, soy la única alternativa", defendió el líder del PP, que a renglón seguido instó a los aliados del Ejecutivo a dar ese paso. Horas antes, desde los pasillos del Congreso, también alejaba esa posibilidad. "No vamos a precipitarnos", aseguró.Lo cierto es que el jefe de la oposición no tiene muchas opciones y ha ido quemando sus cartuchos en las últimas semanas: ha organizado una manifestación —que no salió como Génova esperaba—, ha endurecido su lenguaje —imitando al de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso—hasta el punto de llamar al presidente del Gobierno "capo" de una "mafia" y ha prometido en dar la batalla al Gobierno por todos los frentes, el político, el judicial y el mediático. Pero nada de eso es suficiente para desbancar a Sánchez de la presidencia del Gobierno. El Partido Popular lleva sentenciando la legislatura prácticamente desde que comenzó, pero esa prerrogativa es exclusiva de Sánchez o, en todo caso, de alguno de sus socios si decidiera apoyar al expresidente de la Xunta para castigar al socialista. "Tienen la oportunidad de salvar algo de honor", aseguró este jueves el líder del PP. "Sugiero que reflexionen. Les aseguro que acabará mal. Si eligen seguir con él, dejarán de ser socios para ser cómplices del mayor aluvión de corrupción que ha vivido nuestra democracia", concluyó. Sin embargo, el conservador no se atreve a dar ese paso en solitario, que tan insistentemente le reclama Vox, porque considera que su fracaso supondría una victoria para Sánchez. Con todo, Feijóo ha amagado en varias ocasiones con hacerlo. Lo hizo antes de las elecciones europeas de junio del pasado año, cuando reclamó una "mayoría social" que mostrara "su rechazo al presidente del Gobierno" en esos comicios: "Para eso hay que tener el contexto adecuado y pensar que puede ser útil en ese contexto", advirtió. El hecho de que el PSOE resistiera tan bien lo disuadió.También lo hizo en enero de este año después de que el líder de Vox, Santiago Abascal, respaldara públicamente esta posibilidad. “Si los señores de Junts quieren elecciones y apoyan una moción de censura, tengan la seguridad de que presentaré una moción si tengo los apoyos suficientes para sacarla adelante”, señaló Feijóo en una entrevista en Onda Cero. Una máxima que siguió manteniendo en otras entrevistas, en las que sin embargo también incidía en la dificultad de conseguir esos apoyos por parte de los socios parlamentarios del Ejecutivo.Aunque cuando Feijóo realiza estos llamamientos evita dirigirse a formaciones concretas y asegura que todos, desde Podemos pasando por ERC, BNG e Izquierda Unida, pueden sumarse a esta imaginaria moción, el PP siempre tiene dos partidos en mente: PNV y, sobre todo, Junts. En más de una ocasión Feijóo ha defendido que no tiene reservas a llegar a acuerdos con los de Carles Puigdemont “dentro de la Constitución" e incluso ha llegado a reconocer contactos con el partido independentista para tratar de conseguir su apoyo.Aunque la dirección nacional del PP tiene claro que presentar la moción en estos momentos sería un error, en las próximas semanas deberá lidiar con la presión de Vox, que reclama a Feijóo que tome la iniciativa. Abascal, de hecho, ha abandonado Paraguay, país al que había acudido para participar en un foro, con el objetivo de exigir al PP que presente esta moción cuanto antes. El ultraderechista aseguró que el Gobierno es "una charca de corrupción, una ciénaga pestilente, una banda de delincuentes y una banda mafiosa" con el único objetivo de "mantenerse en el poder a cualquier precio" pero también se mostró muy crítico con el líder del PP: "La debilidad de la oposición del señor Feijóo es letal para la oposición en España", dijo. Unas palabras que han sentado mal en Génova. "La culpa es… del PP. Alguien tenía que echar una mano a Sánchez", escribía en X el portavoz nacional de los populares, Borja Sémper. "Sinceramente, empiezo a pensar que Abascal prefiere que siga Sánchez a que gobierne Feijóo", le acompañaba la portavoz adjunta del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. El PP no quiere que el foco se sitúe en otro que no sea Sánchez, pero sí que critica la "obsesión" del partido de Abascal de "atacarles" todo el tiempo.