La localidad serrana de Grazalema (Cádiz) ha celebrado este martes un acto en favor de la paz en Palestina, en el que se ha plantado un olivo como gesto simbólico de resistencia, dignidad y esperanza. La iniciativa ha contado con la participación de vecinos del municipio, estudiantes del instituto local y activistas invitados, en un encuentro que, según sus organizadores, ha buscado visibilizar “el sufrimiento de todo un pueblo” y reclamar el fin de la violencia.El alcalde de Grazalema, Carlos Javier García Ramírez, ha defendido el significado profundo de esta acción, destacando que “el olivo, árbol milenario del Mediterráneo, representa la paz, la resistencia y las raíces que nos unen”. En su intervención, ha subrayado que en territorios como Palestina, este árbol simboliza la vida misma, y que su presencia en el acto de hoy es una forma de mostrar que la localidad gaditana no permanece ajena a lo que ocurre fuera de sus fronteras.Denuncia del conflicto y defensa de los derechos humanosDurante el acto, el regidor ha sido contundente al condenar la situación en la Franja de Gaza, expresando que “no hay justificación posible para la barbarie, para los ataques a niños, a familias, a hospitales o escuelas”. En su discurso, denunció con firmeza “el genocidio que el Estado de Israel perpetra contra la población civil palestina” y pidió que la comunidad internacional no permanezca en silencio. “La humanidad está por encima de cualquier ideología”, afirmó.El encuentro ha servido también como espacio de reflexión y concienciación, especialmente entre los jóvenes, a quienes se ha dirigido un mensaje de compromiso con la construcción de un futuro diferente. “Necesitamos construir una auténtica cultura de la paz, basada en la justicia, en el respeto a los derechos humanos y en el reconocimiento de la dignidad de todos los pueblos”, señaló el alcalde.Una comunidad pequeña con un mensaje grandeEl acto ha contado con la colaboración de la profesora Susi de León Morgado, del alumnado del IES Grazalema y de un activista palestino por la paz que compartió su testimonio con los asistentes. El evento fue descrito por los participantes como una muestra del compromiso de Grazalema con los valores universales y con la defensa de los pueblos oprimidos. “Hoy hemos querido sumar nuestra voz, nuestro gesto y nuestro compromiso”, concluyó el alcalde.Desde un escenario humilde, pero cargado de significado, los vecinos de Grazalema han querido enviar un mensaje al mundo, destacando que la solidaridad también brota desde lo local, y que incluso los pueblos más pequeños pueden alzar la voz frente a la injusticia. "Paz para Palestina. Paz para el mundo. Desde Grazalema, con solidaridad y esperanza", fue la consigna final de una jornada marcada por la emoción, el simbolismo y el deseo de un cambio global.