La relación entre enfermedades crónicas y el deterioro cognitivo ha sido motivo de estudio durante décadas, pero una investigación reciente en China ha aportado datos contundentes sobre el impacto conjunto de la hipertensión y la diabetes en el riesgo de padecer deterioro cognitivo en personas mayores. Lejos de ser condiciones aisladas, estas enfermedades actúan como una dupla silenciosa que, con el tiempo, puede afectar la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar tareas cotidianas.El estudio: una mirada amplia y representativaEl análisis se basó en el programa chino PINDEC, con datos de más de 13.000 personas mayores de 60 años seleccionadas de forma representativa de distintas provincias del país. Este diseño permitió evaluar con precisión el efecto de la hipertensión, la diabetes y su combinación (HD) sobre el desarrollo de deterioro cognitivo leve (MCI) y demencia.El estudio empleó un enfoque de caso-control, comparando pacientes con deterioro cognitivo frente a personas sin esta condición, y aplicó un riguroso emparejamiento por puntuación de propensión para minimizar sesgos.Resultados clave: más que una suma de factoresLos resultados confirmaron que tanto la hipertensión como la diabetes, por separado, aumentan el riesgo de deterioro cognitivo. Pero cuando ambas están presentes, el impacto es significativamente mayor:Las personas con hipertensión tenían un 18% más de probabilidad de desarrollar demencia.Las personas con diabetes, un 26% más.Aquellos con ambas condiciones (HD) tenían un riesgo 53% mayor.En el caso del deterioro cognitivo leve, los riesgos también se elevaron, especialmente en quienes solo tenían diabetes.El tiempo agrava el dañoUn hallazgo especialmente importante fue el efecto acumulativo de los años con estas enfermedades. Por ejemplo:La diabetes durante más de 10 años se asocia con un 49% más de riesgo de demencia.La combinación de hipertensión y diabetes por más de cinco años eleva considerablemente las probabilidades de MCI y demencia.Es como si el tiempo actuara como gasolina en una llama: cuanto más se prolongan estas condiciones sin un control adecuado, más se erosiona la salud cerebral.Edad del diagnóstico: cuanto antes, peorTambién se descubrió que la edad al momento del diagnóstico influye. Personas que fueron diagnosticadas con diabetes antes de los 45 años tenían un riesgo múltiple de desarrollar demencia frente a quienes la adquirieron en edades posteriores. En cambio, la hipertensión diagnosticada en la mediana edad (45-64 años) tenía un mayor impacto que si se presentaba después.El papel del tratamiento: una oportunidad para actuarNo todo son malas noticias. El estudio mostró que seguir correctamente los tratamientos médicos ayuda a reducir el riesgo. Las personas que tomaban sus medicamentos de forma constante tenían menores probabilidades de deterioro cognitivo que aquellas que los tomaban de forma ocasional o no los tomaban.Esto sugiere que la prevención y el control efectivos pueden marcar una gran diferencia, incluso cuando las enfermedades ya están presentes.Subgrupos vulnerables: atención diferenciadaEl impacto de estas enfermedades no es igual en todos. El estudio identificó que ciertos grupos corren un riesgo mayor:Mujeres con HD tienen más probabilidades de desarrollar demencia que los hombres.Personas con bajo nivel educativo presentan más riesgo ante la combinación de enfermedades.Residentes en zonas rurales con HD tienen un riesgo más elevado que los urbanos.Esto evidencia la necesidad de estrategias de prevención adaptadas, que consideren factores como educación, género y lugar de residencia.Por qué ocurre esto: más allá del diagnósticoAunque el estudio fue observacional, los mecanismos biológicos que podrían explicar esta relación son claros. Tanto la hipertensión como la diabetes afectan el flujo sanguíneo al cerebro, dañan la barrera hematoencefálica y pueden acelerar procesos como la neuroinflamación o la acumulación de placas de amiloide, implicadas en el Alzheimer.También se ha observado que la combinación de ambas enfermedades acelera la atrofia del hipocampo, una región cerebral clave en la memoria.Este estudio aporta una pieza clave al rompecabezas del deterioro cognitivo, especialmente en países de ingresos medios y bajos, donde las tasas de hipertensión y diabetes están en aumento y los recursos para abordar la demencia son limitados.Lo que deja claro es que cuidar el corazón y el azúcar también es cuidar la mente. Implementar controles tempranos, educar sobre la importancia del tratamiento, y establecer políticas públicas centradas en la prevención puede ser la diferencia entre una vejez con autonomía o una marcada por la dependencia.La noticia Hipertensión y diabetes: una combinación peligrosa para la salud cognitiva fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.