La irrupción de herramientas como ChatGPT en la vida cotidiana está transformando la forma en que buscamos información, escribimos y resolvemos problemas. Sin embargo, este uso intensivo plantea una preocupación cada vez más extendida: ¿estamos perdiendo pensamiento crítico? Esta cuestión no afecta solo a estudiantes o jóvenes, sino a toda una sociedad que empieza a delegar parte de su razonamiento a modelos generativos. ¿Cómo podemos educar en este nuevo contexto?¿Estamos realmente perdiendo pensamiento crítico?Antes de encender las alarmas, conviene analizar lo que dicen los datos. Un estudio del MIT Media Lab con 54 estudiantes durante 4 meses observó menor actividad cerebral y menor recuerdo cuando los alumnos escribían con ayuda de ChatGPT. Los investigadores mencionan una posible «deuda cognitiva», aunque reconocen que la muestra es pequeña y no representa a toda la población.Lo importante aquí es aplicar el principio de precaución. Aún sin evidencia definitiva, existen indicios de que un uso acrítico de la inteligencia artificial podría afectar nuestras habilidades cognitivas. No se trata de prohibir estas herramientas, sino de acompañar su adopción con estrategias que refuercen la reflexión y el juicio propio.Cinco pilares para una educación crítica con IADiseñar un entorno educativo que fomente el pensamiento crítico en la era de la IA implica construir sobre cinco pilares fundamentales:Alfabetización algorítmicaEs esencial que las personas entiendan cómo funcionan los modelos de lenguaje como ChatGPT. No «piensan» ni «entienden»; predicen la siguiente palabra basada en patrones estadísticos. Enseñar conceptos como el entrenamiento, los sesgos y las limitaciones ayuda a ver estas herramientas como lo que son: asistentes, no oráculos.Ejemplo: un mini taller donde los estudiantes experimenten con prompts y detecten «alucinaciones» o errores en las respuestas.Metacognición explícitaSignifica hacer visible el propio proceso de pensamiento. ¿Por qué acepto esta respuesta? ¿Qué argumentos me convencen? Esta práctica desarrolla una actitud reflexiva frente al uso de la IA.Ejemplo: pedir que los alumnos anoten qué parte de una respuesta de IA consideran válida y cuál no, y por qué.Verificación y contrasteEn un entorno digital saturado de información, es vital saber corroborar datos con múltiples fuentes. Una estrategia útil es la regla 3-2-1: consultar tres fuentes, de al menos dos tipos de medios distintos, incluyendo una opinión contraria.Producción activaEl objetivo es que la IA se convierta en un punto de partida, no en el trabajo terminado. Puede ser una herramienta para generar ideas, pero la elaboración debe ser propia: redactar, rebatir, citar, organizar.Ejemplo: permitir que los estudiantes usen IA para inspirarse, pero exigir un desarrollo final con aportes personales y referencias contrastadas.Ética y ciudadanía digitalNo podemos ignorar los efectos sociales, legales y políticos de la IA. Desde la privacidad hasta el copyright, pasando por los sesgos algorítimicos, estos temas deben formar parte del debate educativo.Ejemplo: realizar debates en clase sobre cómo una IA puede afectar el acceso a información o reforzar estereotipos.Estrategias didácticas para cultivar el pensamiento críticoContar con principios está bien, pero se necesitan también herramientas concretas. Estas son algunas metodologías aplicables en el aula:Método de los tres expertos: el docente crea perfiles con visiones distintas sobre un tema; la IA simula sus opiniones y los estudiantes deben analizar argumentos, falacias y evidencias.Cuaderno de prompts y sesgos: cada alumno guarda sus interacciones con IA, anota qué tipo de sesgos detecta y reflexiona sobre cómo lo habría hecho sin tecnología.IA vs. humano a ciegas: se mezclan textos generados por humanos y por IA. Por equipos, deben identificar cuál es cuál y argumentar sus razones.Versión comparada: un mismo trabajo se hace con y sin IA, luego se analiza qué aporta cada versión. Esto ayuda a ver fortalezas y límites.Laboratorio de prompts inversos: se parte de una respuesta de la IA y se intenta deducir el prompt original. Esto permite entender la relación entre entrada y salida.Proyectos con IA de caja blanca: se usan modelos pequeños y abiertos, que los estudiantes pueden modificar y documentar, aprendiendo así desde dentro.Evaluación que valore el proceso, no solo el resultadoCambiar el enfoque implica también repensar la evaluación:Portafolios reflexivos: valorar no solo el producto final, sino también las decisiones tomadas, las fuentes usadas, los cambios iterativos y la confianza en cada etapa.Defensas orales («viva-prompt»): preguntar por qué se eligió un prompt y qué otras opciones se consideraron.Rúbricas de profundidad: incluir criterios como causalidad, contraejemplos, lógica formal o creatividad argumentativa.Formar al profesorado, construir cultura institucionalNada de esto es posible sin docentes preparados. Es crucial promover:Talleres de co-pilotaje ético: donde el docente no es solo usuario de la IA, sino un guía que ayuda a formular buenas preguntas.Repositorios de prompts educativos, mantenidos por la comunidad y auditados entre pares.Políticas claras: se permite el uso de IA, pero se exige transparencia. «Usar sí, depender no».Más allá del aula: preparar a toda la sociedadNo basta con actuar en las escuelas. También es necesario:Crear cursos de alfabetización digital en bibliotecas y centros comunitarios.Realizar simulacros de desinformación, para enseñar a detectar noticias falsas generadas por IA.Promover en empresas la formación de equipos rojos, que cuestionen las decisiones automáticas y analicen los límites de estos sistemas.Lista de comprobación para toda actividad con IA¿Formulaste preguntas abiertas y opuestas?¿Puedes trazar la fuente de cada afirmación?¿Añadiste tu propio razonamiento?¿Explicaste por qué confías o no en la respuesta?¿Detectaste posibles sesgos tuyos o del modelo?La clave no es protegernos de la IA, sino aprender a convivir con ella de forma crítica. Estas herramientas pueden ser un espejo de nuestro pensamiento: reflejan nuestras fortalezas, pero también nuestras lagunas. Educar en este contexto implica fomentar la curiosidad, el contraste y la autonomía intelectual.La noticia Cómo educar el pensamiento crítico en la era de la inteligencia artificial generativa fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.