El torero Eduardo Dávila Miura ha presentado este viernes su dimisión irrevocable como teniente hermano mayor de la Hermandad de la Macarena, una de las hermandades más emblemáticas de Andalucía. Su decisión se produce en medio de la controversia generada por la restauración de la imagen de la Esperanza Macarena, que ha desencadenado una fuerte división entre los hermanos y ha provocado ya tres salidas en la junta de gobierno."La virgen está ahora en las mejores manos, tengo esa tranquilidad", ha asegurado el torero tras comunicar su renuncia. Su salida se suma a las del mayordomo y el prioste, quienes abandonaron sus cargos el pasado 24 de junio. Todas ellas coinciden con el descontento originado por los recientes trabajos de conservación realizados sobre la imagen de la Virgen. El papel del Instituto Andaluz del Patrimonio HistóricoLa tercera dimisión se ha conocido solo un día después de que la imagen fuese repuesta al culto tras haber sido sometida a diversas pruebas diagnósticas en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Esta actuación se llevó a cabo después de que una intervención inicial de urgencia –realizada en la propia basílica durante cuatro días– provocase la indignación de numerosos fieles. Entre las críticas, destacaron la colocación de unas pestañas artificiales y los aparentes cambios en la expresión facial de la Macarena.Ante las crecientes protestas, la hermandad decidió recurrir al IAPH para obtener un análisis más profundo del estado de la talla. A través de sus redes sociales, la corporación ha informado de que todas las pruebas se han desarrollado según lo previsto y ha agradecido "a todas las personas que forman parte del amplio equipo del IAPH su profesionalidad y rigor".[articles:337455]La hermandad ha puesto en valor la "delicadeza, respeto y cariño que han demostrado" los profesionales del IAPH durante el proceso, destacando que informaron de cada paso a la junta de gobierno, lo que permitió transmitir "tranquilidad y confianza" a todos los hermanos, según ha expresado la propia institución.En las pruebas estuvo presente el restaurador Pedro Manzano, quien será el encargado de llevar a cabo los trabajos definitivos sobre la imagen. La hermandad ha mostrado públicamente su agradecimiento por "su apoyo y cercanía", en un intento por reforzar la confianza entre los fieles en un momento especialmente delicado para esta corporación sevillana.