Sofía Cristo : «Al fin encontré la pareja ideal para ser madre»

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Sofía Cristo no es consciente de cómo le cambia la cara cuando pincha en un escenario, ante sus platos y su equipo de mezclas. Somos testigos durante su sesión en la Torrevieja Weekend , invitada por Eduardo Navarrete para cerrar el multitudinario desfile. A la DJ se relajan los músculos, parece ausente y, sin embargo, está más presente que nunca, buscando algo tan intangible como la conexión con el público: «Es mi vida, me lo he currado para estar ahí, porque para mí nunca fue un juego , no estoy por casualidad. Mi deseo es dar un momento de felicidad a la gente». Decidida a ello, sube la apuesta artística y lanza junto, a Seiken y Rui Porta, todo un himno de los 90, ' El ritmo de la noche ': «Es una remezcla fresca, techno, dance, de una canción con la que he crecido». La fecha elegida, la semana del Orgullo: «Siempre me he sentido libre porque he tenido el apoyo de mi madre y el cariño del colectivo , pero mucha gente necesita que se siga avanzando en derechos, por eso no hay que desistir en la lucha contra la homofobia». Si algo la define es «la constancia y la perseverancia. Cuando ha sido algo pasional, lo he conseguido porque es algo que me gusta y me centro en ello. No presto atención a lo que no me interesa». Su debilidad, «que soy mechacorta e impulsiva. Lo trabajo, pero no consigo aprender a callarme y digo las cosas sin pensar. Me falta paciencia , pero al menos soy consciente de ello cuando me equivoco». Tiene muy claro cómo y dónde encuentra la paz: «El mejor momento del día es cuando llego a casa después de trabajar. Me ducho y, mientras tanto, realizo mi ritual de limpieza de energía. Rezo, hablo un momento con Dios ( soy muy creyente ), pongo mi palosanto y me relajo». Ese equilibrio se rompe cuando, mientras pincha, siente «la desconexión con el público, porque en ese momento me desestabilizo». Hace algo más de un año, Sofía conoció a Sandra-Ly, la mujer con la que comparte la vida: «Han pasado esos seis primeros meses locos en los que generas oxitocina y no eres consciente de si lo que vives es real. Yo nunca había superado esa fase y estamos felices, tranquilas, enamoradas. Cada día que pasa quiero hacer más cosas con ella, incluso aquellas que no me había planteado hacer con nadie. Al fin encontré la pareja ideal para ser madre , algo que me sigue imponiendo respeto, pero a lo que ahora me atrevería. Formamos un buen equipo. Si algo que he aprendido con ella es que los polos opuestos se atraen, no funcionan , hay que compartir un camino. Si no tuviéramos nada que ver sería imposible». El emoji que más usa : «Los corazones. Soy muy básica y, como estoy mayor, ya ni me molesto en usar colores. Antes lo hacía según la intención, ahora uso el rojo para todo. A mi novia le mando mucho el de la cara planchada, uno que parece que se le resbala. Es muy mono». Se haría un 'selfie' con : «Con un DJ que me guste». Un sacrificio por la fama : «Ha tocado aprender lo que supone la pérdida de intimidad, a controlarme en público, a tener más cuidado». Un momento 'tierra, trágame' : «En Torrevieja, Eduardo Navarrete me empujó al agua, se me cayó el bikini y me quedé desnuda en medio del mar mientras todos aplaudían. Me costó un buen rato recuperarlo y ponérmelo para subirme de nuevo al barco». Algo que no puede faltar en su día a día : «Ir al gimnasio y un buen desayuno, por ese orden, salvo que se me haya hecho tarde y altere el orden. Esa rutina es imprescindible. Antes tenía la de sacar a mi perra, pero se me murió». Un propósito que nunca cumple : «Leer más. No para estudiar sino para disfrutar de la lectura, para aprender, ampliar mi vocabulario. También debería mejorar mi inglés, sobre todo ahora que quiero internacionalizar mi carrera». Un lugar para perderse : «La Costa Brava. Me iré allí de vacaciones, pero siempre encuentro un rincón desconocido que me conquista. La otra alternativa sería Marbella, mi refugio, mi lugar de confort». Su primer beso : «Yo estaba enamorada de Sasha, un chico que trabajaba en un número de acrobacias. Era mi amor platónico y soñaba con ser su novia. Al final lo conseguí, nos besamos, pero como él quería más y yo no, con ese beso sin lengua acabó nuestra relación». Tiene miedo a : «A perder a mis seres queridos. Intento no pensarlo y lo trabajo en terapia, pero es inevitable. Cuando murió mi mejor amiga, aprendí a vivir con ello, pero todos los días pienso en ella». Dentro de 10 años se ve : «Con mi pareja, con un hijo o dos, en familia. Más asentada, más equilibrada, viajando menos y dando charlas de motivación contra las adicciones». La pequeña Sofía : «Era una niña muy alegre, soñadora, con mucha ilusión. Como buena Cáncer, era muy creativa y con cualquier cosa me inventaba un juego. Más que tener buenas amigas, me llevaba bien con todo el mundo y me mezclaba con todos los grupos. En eso siempre he sido muy ecléctica. Para mí, ir al circo de mi padre era una fantasía: por la mañana me despertaba con el rugido de los leones y el retumbo de los elefantes. Daba de comer a los monos, uno incluso me mordió. Yo por entonces quería ser payaso porque me hacían reír y me daban mucha alegría. Me encantaba jugar con mis primos, que eran acróbatas y saltaban en la cama elástica».