Por primera vez logran convertir un mamífero macho en hembra durante la gestación usando un factor ambiental

Wait 5 sec.

Un equipo de investigadores japoneses de la Universidad de Osaka ha logrado algo nunca antes visto: inducir una reversión sexual de macho a hembra en ratones. ABC ha hablado con el líder del equipo, el biólogo Makoto Tachibana, quien explica que «hasta donde sabemos, esta es la primera demostración de que un factor ambiental puede influir en la determinación sexual de un mamífero ». Además, señala que «una implicación clave es que el estado nutricional de la madre gestante, específicamente la disponibilidad de hierro, puede influir en el desarrollo sexual de su descendencia». Estos hallazgos ponen de relieve la estrecha relación entre genética y factores ambientales. El estudio, publicado en la revista 'Nature', detalla que la reversión sexual completa fue causada por la inactivación del gen SRY, ubicado en cromosoma Y, que actúa como un interruptor para desencadenar la producción de hormonas responsables de las características sexuales masculinas, incluyendo la formación de los testículos. Tachibana aclara que « el gen responsable del inicio del desarrollo masculino se activa gracias a una enzima específica llamada KDM3A. Esta enzima necesita hierro para funcionar , pero cuando hay una deficiencia grave —en el experimento se alcanzó una reducción del 60 %—, la enzima no puede operar correctamente, el gen deja de activarse y el desarrollo masculino no se produce«. Para lograr esto, bloquearon la entrada de hierro en las células gonadales de embriones machos. Como resultado, seis de 39 crías genéticamente machos nacieron con dos ovarios en lugar de testículos , y otra cría nació intersexual, es decir, con ambos órganos sexuales. En otra serie de experimentos, alimentaron a un grupo de ratonas preñadas con una dieta pobre en hierro, y cinco de 72 embriones XY desarrollaron órganos sexuales femeninos. El científico destaca que «el mayor reto en este estudio fue inducir un estado de anemia grave en el feto» y añade que «tanto la genética como la epigenética son esenciales y trabajan juntas para regular el desarrollo». Algo en lo que coinciden investigadores externos a este trabajo, los impresionantes resultados muestran el peso en el útero de la genética y epigenética, que estudia cómo factores metabólicos y externos pueden 'encender' o 'apagar' ciertos genes afectando al desarrollo sexual de estas crías de roedores. Ante la pregunta de si estas crías podrán tener descendencia, Tachibana responde que aún no lo saben , y que también queda por investigar si fenómenos similares podrían aplicarse a otros animales, incluidos los humanos. Sin embargo, el estudio podría tener un gran potencial en la investigación de enfermedades genéticas. «El primer paso es determinar si el mismo mecanismo opera en humanos. Esto será crucial para evaluar sus posibles implicaciones en enfermedades humanas», concluye.