Ana, camarera del Bar Retames, en Morón de la Frontera, no ha escuchado a muchos clientes hablar de la guerra entre Irán e Israel. En alguna mesa, algún "grupillo", sí ha comentado "lo loco que está Donald Trump". Poco más. Los moroneros siguen con la "misma rutina", afirma la trabajadora. No parece afectarles el hecho de que, a 20 kilómetros del centro neurálgico de la ciudad se encuentre una base aérea usada por los norteamericanos a la que hace unos días llegaron unos 15 aviones cisterna KC-135, claves en la operación de ataque de Estados Unidos a tres bases nucleares iraníes el pasado 22 de junio. Tampoco que la república islámica contestaran bombardeando una base americana en Qatar.Seguir leyendo....