Estafas, prostitución o casinos: los oscuros negocios que operaban con el gigante de pagos Worldline

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La investigación internacional Dirty Payments, realizada por infoLibre y otros 20 medios de comunicación de todo el mundo coordinados por la red European Investigative Collaborations (EIC), revela los miles de millones de euros que se han movido durante años en oscuras transacciones a través del proveedor de pagos francés Worldline. La multinacional ha operado durante años con comercios de dudosa ética, como estafadores online, controvertidos casinos online o sitios de prostitución.El 25 de octubre de 2023 se produce en Francia el mayor desplome de la historia en su principal índice bursátil, el CAC 40. Worldline, el segundo proveedor europeo de soluciones de pago para empresas, había revisado a la baja sus previsiones de resultados y sus acciones se desplomaron un 59% en un solo día. Debido a ello, el grupo fue excluido del prestigioso índice bursátil francés.Detrás de este batacazo financiero se esconde, en realidad, uno de los mayores escándalos económicos que ha conocido Europa. Durante diez años, el grupo francés Worldline operó, con total impunidad, miles de millones de euros en pagos fraudulentos o de dudosa ética para algunos de los peores actores del comercio electrónico. Así lo revela la investigación Dirty Payments, basándose en documentos y datos internos confidenciales. Por primera vez salen a la luz los fallos estructurales y el pacto de silencio que han imperado en el gigante de los pagos.Aunque poco conocido por el gran público, Worldline es un actor clave de la economía europea. A través de este proveedor se mueven cada año 500.000 millones de euros en transacciones con tarjeta bancaria, ya sea a través de terminales en tiendas físicas o en sitios web.El grupo miró deliberadamente hacia otro lado —incumpliendo con sus obligaciones— ante las prácticas fraudulentas de sus clientes clasificados como "de alto riesgo" (sitios de sexo, casinos, venta de bienes y servicios digitales, etcétera). Y eso que al frente de Worldline se encontraba lo más selecto de la élite francesa. El exministro de Economía Thierry Breton presidió el consejo de administración de la multinacional hasta su nombramiento como comisario europeo en 2019.Con el objetivo de aumentar los beneficios y el valor de la empresa en bolsa, los dirigentes apostaron por sitios poco fiables pero extraordinariamente rentables, sin importarles el tipo de negocio que hubiera detrás ni las miles de víctimas que pudieran ser estafadas, tanto en Francia y España, como en el resto de Europa y el mundo.Para entenderlo: un comerciante electrónico necesita un proveedor de pagos para recibir las transacciones de su negocio. La empresa que le presta los servicios como proveedor cobra generalmente menos del 5% de comisión por cada pago procesado. En Worldline, más de 950 sitios identificados por la investigación Dirty Payments pagaban comisiones superiores al 5% y, al menos, 350 de ellos pagaban más del 10%. Un indicador fiable de fraude que delata un escándalo de proporciones colosales.Consultada por EIC, Worldline se ha negado a responder sobre los hechos, alegando que una "sociedad cotizada" no puede ni "comunicar información confidencial", ni "comentar la situación de sus clientes, pasados o actuales". "Worldline se compromete a respetar los más altos estándares en materia de cumplimiento y prevención del delito financiero", afirma el grupo.Tras separarse del grupo informático Atos en 2014, Worldline empezó a funcionar de forma autónoma y creó un departamento destinado a captar comerciantes "de alto riesgo". Se ubicaba dentro de su filial belga y uno de los primeros clientes que consiguieron fue Ray Akhavan, un controvertido ciudadano estadounidense recientemente fallecido, apodado "el barón del porno".Desde mediados de 2014, bajo la presidencia de Thierry Breton, el grupo aceptó procesar los pagos de más de 250 sitios pornográficos de Akhavan, a pesar de que su negocio se basaba en montajes financieros arriesgados y en la 'trampa de la suscripción': una técnica que consiste en anunciar acceso gratuito a un sitio mientras se oculta el cobro mensual real en la letra pequeña.En 2019, cuando la justicia estadounidense empezó a investigarlo por un fraude destinado a ocultar compras de cannabis online —que llevaría a su arresto en 2020 y a una condena de treinta meses de prisión en 2021—, Akhavan intentó protegerse ocultando activos en un fideicomiso. En un mensaje de Telegram, uno de sus lugartenientes explicaba que esto debía mantenerse "discreto", pero que quería informar a Worldline porque debían "ser honestos con la gente cercana".Consultado por Mediapart, socio editorial de infoLibre y uno de los medios de la investigación Dirty Payments, Thierry Breton afirma que hasta su salida de Worldline en 2019, ni él ni el consejo de administración tuvieron "el más mínimo conocimiento de los hechos" que se le presentaron.Ray Akhavan fue presentado a Worldline por Emerchantpay (EMP), una empresa británica que actúa como agente, es decir, como proveedor de comerciantes "de alto riesgo". EMP fue el primer socio del departamento especial creado en 2014 en Bruselas para gestionar estos negocios especialmente delicados.Este servicio contaba con más de 3.000 clientes hasta 2020, entre ellos numerosos sitios problemáticos especializados en estafas online. Incluso una red de empresas con sede en Mallorca que podría estar blanqueando millones de euros anualmente.En marzo de 2020, la tasa de pagos fraudulentos procesados por Worldline alcanzó el 1,5%. Esa tasa duplica el máximo permitido por Visa, que abrió una investigación. Visa —al igual que sus competidores— impone unos umbrales máximos de posible fraude, cuyo incumplimiento puede ser sancionado con multas, o incluso con la retirada del derecho a gestionar pagos con sus tarjetas. Para Worldline, o casi cualquier otra empresa, una decisión de ese calado equivaldría a una muerte económica.El grupo francés decidió entonces cerrar únicamente las cuentas de sus clientes cuyo índice de fraude superaba el 15%, una tasa muy superior al umbral que establece Visa. Aun así, hubo una excepción, los negocios traídos por su agente británico EMP, que sí se quedaron en el gigante de pagos.Pero para "reducir la tasa de fraude" de Worldline Bélgica —la filial con la que operaba EMP—, cientos de comerciantes dudosos fueron transferidos a la filial en Suecia, aunque siguieron siendo gestionados desde Bruselas de forma encubierta.En 2021, una auditoría interna enviada al CEO de Worldline, Gilles Grapinet, señalaba deficiencias en materia de cumplimiento dentro del servicio "de alto riesgo" belga. Sin embargo, su creador y responsable fue ascendido poco después a jefe del área de comercio electrónico para todo el grupo.Worldline incluso elevó los umbrales de fraude a niveles muy altos: ahora hacía falta que el 20% de los pagos de un comerciante electrónico fueran fraudulentos para que fuera expulsado, en lugar del 15% anterior.Comenzó entonces una huida hacia adelante. En junio de 2021, la dirección de Worldline lanzó un plan llamado Étincelle —en español, chispa— con el objetivo de duplicar la facturación en cuatro años. Para lograrlo, el plan contemplaba apostar fuerte por los clientes de alto riesgo, en general, y por los casinos online, en particular.El grupo, sin embargo, arrastraba serios problemas de cumplimiento en este ámbito. Un documento interno de marzo de 2021 muestra que operó, solo en diciembre de 2020, más de cinco millones de euros en pagos con tarjeta bancaria (es decir, de jugadores) de seis países, entre ellos Francia, donde los casinos en línea están completamente prohibidos.Pese a ello, los dirigentes de Worldline decidieron desplegar importantes esfuerzos de marketing para impulsar una innovación peligrosa, desarrollada por una de sus filiales suecas, que esperaban que generara grandes beneficios.Se trataba de un software llamado Payment IQ (PIQ), que fue diseñado específicamente para ayudar a los casinos en línea a evitar pagos rechazados. Cuando un jugador quiere ingresar dinero en su cuenta con su tarjeta bancaria, el software PIQ puede presentar la misma transacción, sucesivamente, a 250 operadores de pago distintos. Esto aumenta considerablemente las probabilidades de que finalmente sea aceptada.Esta tecnología funciona de maravilla para los casinos online, que la utilizan sin reparos gracias a Worldline. Uno de los grandes clientes implicados es Soft2bet, un grupo de casinos en línea con sede en Malta y Chipre, provisto de una licencia de juego de las Islas Comoras, un país africano, que, en teoría, le impide operar en Europa. Una investigación de Investigate Europe, que infoLibre publicó en exclusiva en España, reveló que Soft2bet gestiona 140 sitios de juegos de azar, de los cuales 114 estaban en 'listas negras' en al menos un país de la Unión Europea, según datos de febrero de 2025.La investigación Dirty Payments ha comprobado que más de 30 casinos en línea vinculados a Soft2bet utilizan la solución PIQ de Worldline para sus pagos. Además, según una auditoría interna realizada en marzo de 2024, la filial sueca de Worldline encargada de PIQ "no está al tanto de sus obligaciones en materia de cumplimiento" y no realiza ninguna verificación sobre sus clientes, ni en el momento de "firmar los contratos" ni después. El servicio contra el crimen financiero de Worldline ordenó una reevaluación de todos los clientes. Pero el resultado no debió de parecerles desalentador, ya que Soft2bet sigue utilizando Payment IQ un año después. Esto resulta aún más inquietante si se tiene en cuenta que este sistema se ha vuelto gigantesco, con 12.000 millones de pagos procesados cada año. Desde 2021, Worldline ha decidido no limitar su uso a los casinos, y hacerlo extensivo a comerciantes de otros sectores de alto riesgo, como las plataformas de criptomonedas.Worldline se ha cuidado mucho de no darle difusión, pero el grupo gana también auténticas fortunas gracias a los sitios pornográficos, incluidos los más controvertidos. El mayor cliente del departamento "de alto riesgo" es, con diferencia, OnlyFans. Esta plataforma, que ha conseguido un éxito fulgurante, permite a los "creadores" vender contenidos —principalmente de carácter sexual— cobrando una comisión por cada transacción. Worldline gestiona prácticamente todos los pagos de OnlyFans, por montos colosales: más de 3.000 millones de euros en los dos últimos años, lo que ha reportado más de 100 millones de euros de ingresos netos al grupo francés.Pero OnlyFans es acusado regularmente de dejar pasar vídeos de mujeres filmadas sin su consentimiento, explotadas o violadas. Más de 120 víctimas han presentado denuncias solo en Estados Unidos, como reveló Reuters.En 2022 y, de nuevo, en 2023, a raíz de casos de este tipo, Visa abrió investigaciones y exigió a Worldline que demostrara —bajo amenaza de sanciones— que había verificado que los controles de OnlyFans eran suficientes para prevenir la difusión de contenidos ilícitos. Worldline prefirió seguir apoyando a su gallina de los huevos de oro.Worldline también ha gestionado, en los dos últimos años, más de 20 millones de euros en pagos para el gigante del porno WGCZ, propiedad del francés Stéphane Pacaud. La mitad corresponde a su sitio Analvids.com, cuyas prácticas de rodaje, de una violencia extrema, han sido denunciadas públicamente por actrices víctimas de estos abusos. Worldline sigue trabajando con la empresa.Pero hay algo aún peor. La investigación Dirty Payments demuestra que Worldline ha trabajado con al menos diez sitios vinculados a la prostitución, a pesar de que sus propias normas internas lo prohíben.Hasta junio de 2024, Worldline gestionó al menos 20 millones de euros en pagos para Secret Benefits, un sitio que propone a mujeres jóvenes convertirse en sugar babies, es decir, ser mantenidas o remuneradas por hombres mayores y ricos que podrían ser sus padres: los sugar daddies.Worldline también sigue teniendo como cliente a una sociedad suiza, propiedad de empresarios alemanes y rusos, que opera un sitio de prostitución en el mercado austriaco.El grupo francés también gestionó los pagos de varios sitios de prostitución —entre ellos uno de los más importantes de Francia— controlados por un individuo condenado por proxenetismo.Resulta sorprendente que un grupo cotizado en bolsa, que llegó a formar parte del índice CAC 40 —similar al IBEX 35 español—, haya asumido el riesgo de involucrarse en este tipo de negocios. En el derecho francés, el delito de proxenetismo, penado con hasta siete años de prisión, está definido de manera muy amplia: consiste en "asistir" a la prostitución ajena o "sacar provecho" de ella, "sea de la forma que sea".En 2020 Worldline adquirió a su competidor Ingenico y, gracias a ello, se hizo también con el control de su filial alemana, Payone. Un año más tarde, dos auditorías arremetieron contra el nivel de cumplimiento de Payone: la empresa alemana había trabajado con 311 comerciantes sospechosos traídos por un socio del "rey del porno" Ray Akhavan, condenado junto a él en Estados Unidos por el fraude con la venta de cannabis.Tras ello, el gran banco alemán Commerzbank cesó toda relación con Payone en el sector de "alto riesgo" y denunció una "vigilancia interna inadecuada", con apenas "uno o dos empleados" encargados de analizar "un volumen masivo de transacciones".A Worldline ha parecido no importarle. Los clientes dudosos de la filial alemana son extraordinariamente rentables. A pesar de los escándalos, el director de Payone, Niklaus Santschi, fue ascendido en septiembre de 2022 a jefe de la división de "servicios a comerciantes" de Worldline, que genera el 80% de los ingresos del grupo.¿El mantra de este directivo suizo? "¡Vended, vended, vended! [...] ¡La rentabilidad y el efectivo son lo primero!", como escribió a su equipo en marzo de 2023. También se dedicó a debilitar el departamento de "riesgo", que desde entonces debía "facilitar el crecimiento" en lugar de frenarlo. Una decena de empleados experimentados dedicados a la lucha contra el fraude fueron apartados, relegados o terminaron dejando la empresa.En junio de 2023, un documento interno presentaba un panorama desastroso en Worldline en materia de lucha contra el blanqueo de capitales. Las verificaciones sobre los nuevos clientes no eran "conformes" y la mayoría de los sistemas de vigilancia resultaban "ineficaces".Estos fallos en la lucha contra el fraude comienzan a hacerse visibles, y no solo internamente, a través de presentaciones alarmistas clasificadas como "confidenciales". Varias entidades bancarias dejaron de trabajar con Worldline, entre ellas Société Générale, debido a su "confianza limitada" hacia el grupo. En lugar de hacer autocrítica, la dirección pidió a sus ejecutivos que contactaran con bancos dispuestos a asumir un "apetito por el riesgo" compatible con los clientes dudosos de Worldline.Sin embargo, tres acontecimientos acabarían frenando esta huida hacia adelante. El primero se da en abril de 2023, cuando el servicio de Visa encargado de la lucha contra el blanqueo de capitales abrió una investigación contra Worldline tras detectar 76 millones de euros en transacciones sospechosas relacionadas con posibles fraudes y estafas.En Reino Unido, el auditor de Emerchantpay (EMP), el agente preferido de Worldline, dimitió alegando posibles "violaciones de la ley". Worldline encargó una auditoría, cuyos resultados fueron transmitidos en junio de 2023 a un reducido grupo de dirigentes.Los resultados fueron catastróficos: la mayoría de los clientes traídos por EMP eran sociedades pantalla con sede en el Reino Unido y en Chipre, en paraísos fiscales, y operaban más de 1.700 sitios web diseñados para estafar a los internautas. Además, la mayoría de esos comerciantes, oficialmente independientes entre sí, estaban en realidad controlados por un puñado de grupos clandestinos, auténticos imperios de la estafa y el fraude, como Linkmedia o iMerchant - Eureka. Worldline lo sabía, pero dio la orden a los empleados del departamento de "riesgo" de ocultarlo a Visa, Mastercard y los reguladores, ya que estos grupos "no tienen existencia legal y Worldline no debería saber que existen".En julio de 2023, el regulador alemán, BaFin, sancionó a Payone por no cumplir con sus obligaciones en materia de lucha contra el fraude y el blanqueo. La filial alemana de Worldline se vio obligada a prescindir de más de 450 clientes "de alto riesgo" y se le prohibió captar nuevos. Sin embargo, más de 400 de esos clientes considerados inaceptables por BaFin pudieron continuar tranquilamente su actividad durante al menos siete meses en otras filiales del grupo, como la belga.Esta sanción del regulador alemán desató, no obstante, una oleada de pánico en la sede de Worldline. Se puso en marcha un plan de "limpieza" de los clientes "de alto riesgo" gestionados en Bruselas. Según datos internos confidenciales de 2023, los 1.300 clientes más problemáticos, que finalmente fueron apartados en Alemania y Bélgica, habían realizado transacciones por un valor de al menos 800 millones de euros durante los doce meses anteriores. Se puede deducir, por ello, que Worldline facilitó, desde 2014, miles de millones de euros en pagos dudosos o sospechosos.Según los datos obtenidos por Dirty Payments, la tasa de transacciones denunciadas como fraudulentas por los clientes a sus bancos era considerable: superaba el 10% en el caso de 550 clientes de Worldline y el 15% en 150 de ellos.Worldline no quiso comentar nada al respecto ante las preguntas de EIC, pero aseguró que "por su naturaleza", los clientes clasificados como de alto riesgo "presentan tasas elevadas de chargeback [procedimiento que permite a un consumidor descontento ser reembolsado por su banco] y de reembolso debido al comportamiento de los clientes y a la estructura del modelo económico de dichos comerciantes".Estos clientes dudosos eran tan rentables que su salida provocó una caída de los beneficios. El 25 de octubre de 2023, el grupo se vio obligado a lanzar una advertencia sobre sus resultados, lo que provocó el desplome de sus acciones en bolsa. Los que pagaron los platos rotos fueron los empleados, con un plan de ahorro que preveía 1.400 despidos.Dos altos directivos fueron finalmente cesados en 2024: el exdirector suizo de Payone, Niklaus Santschi, y el CEO, Gilles Grapinet. Otros responsables del sistema de pagos fraudulentos siguen en sus puestos.Oficialmente, desde 2024, todo está en orden en Worldline. El grupo afirma que actualmente su "tasa de fraude es inferior a la media del sector". Esta investigación ha permitido identificar varios comerciantes altamente sospechosos que siguen siendo clientes del grupo, incluidos casinos ilegales, sitios vinculados a la prostitución y falsas webs de citas. Sin olvidar a los gigantes del porno, como OnlyFans, de quienes Worldline depende económicamente en gran medida.La actividad del grupo en el ámbito "de alto riesgo" sigue siendo masiva: según datos internos de 2025, el grupo francés ha operado 12.000 millones de euros en pagos en este sector durante el último año, incluidos 3.000 millones para sitios de juegos de azar y 2.000 millones en el ámbito de los sitios webs para "adultos".A pesar de los enormes problemas encontrados en la lucha contra el fraude, la dirección ha decidido, como parte de su plan de ahorro, suprimir decenas de puestos en Europa en los departamentos de riesgo y cumplimiento. La empresa incluso quiso deslocalizar la mayor parte de este servicio a la India, antes de optar finalmente por Polonia tras las protestas sindicales."Worldline se compromete a respetar los más altos estándares en materia de cumplimiento y prevención del crimen financiero y ha reforzado sus recursos en este ámbito", respondió el grupo al respecto.Sin embargo, una nueva auditoría interna, presentada en abril de 2024 a la alta dirección, muestra que el cumplimiento en lo relativo a la vigilancia de clientes y la lucha contra el blanqueo sigue siendo muy insuficiente. En la mayoría de los países se está llevando a cabo una gran operación de adecuación normativa, pero no se completará hasta 2026, si todo va bien.Como prueba de la gravedad de la situación: dos años después de las primeras medidas adoptadas por BaFin en 2023 contra Payone en Alemania, el procedimiento sigue en curso y los problemas no se han resuelto. Según las informaciones de esta investigación, también se han iniciado inspecciones por parte de los reguladores en Bélgica y en los Países Bajos. Pero, dado que los reguladores europeos han tardado en reaccionar, todavía no se ha impuesto ninguna sanción real —por ejemplo, de tipo financiero— ni contra Worldline ni contra sus dirigentes.Worldline tiene, además, la obligación legal de denunciar a sus clientes dudosos ante las agencias antiblanqueo de los países donde opera, como Tracfin en Francia o el Sepblac en España. ¿Lo ha hecho? El grupo ha rehusado contestar. Esta investigación ha establecido, en todo caso, que varios grupos oscuros relacionados con las estafas online, rechazados por Worldline el año pasado, siguen hoy desvalijando a internautas.De hecho, alguno de esos grupos cuenta con empresas radicadas en España y es que Dirty Payments revela cómo a pesar de que Worldline no es líder de su sector en nuestro país, varias sociedades radicadas en España han operado a través de él.Worldline presume de tener en España un 14% de cuota de mercado en las transacciones presenciales con tarjeta. Según sus propias cifras, procesa más de 1.000 millones de operaciones de este tipo al año. Sus clientes son grandes superficies, tiendas de moda y alimentación, establecimientos de ocio, redes de gasolineras, empresas de máquinas expendedoras…Además, en 2022, Worldline presentó una oferta para comprarle al Banco Sabadell su filial de pagos, Paycomet, pero finalmente fue la italiana Nexi la que adquirió el 80% de la unidad de negocio de la entidad catalana por 280 millones de euros.Worldline en España dispone de una Unión Temporal de Empresas (UTE) con Indra y la empresa austríaca Kapsch TrafficCom, con las que lleva gestionando desde 2020 el Centro de Tramitación de Denuncias Automatizadas (CDTA) de Onzonilla (León), el órgano de la Dirección General de Tráfico que procesa las multas de los radares. Se trata de un contrato de 100,78 millones de euros, impuestos incluidos, para dos años.El grupo francés cuenta con dos filiales en España: Worldline Iberia SL y Worldline Iberia MS SL. La primera es la sucesora en el negocio de la también francesa Atos, y la segunda es la resultante de la compra de su rival francés Ingenico en 2020. Worldline Iberia SL, que pertenece al 100% a la sociedad Worldline Luxembourg SA, facturó 51,64 millones de euros en 2023, el último año en que ha presentado cuentas. Y cerró el ejercicio con unos beneficios de 4,45 millones. Tiene una plantilla de casi 600 trabajadores y se dedica a prestar servicios de consultoría y mantenimiento en el procesamiento de pagos online.Worldline Iberia MS SL, con 164 trabajadores, ingresó 29,6 millones en 2023 y terminó el año con unas pérdidas de 2,68 millones. Según las cuentas remitidas al Registro Mercantil, consultadas por infoLibre, Worldline Iberia MS SL contaba a esa fecha con un fondo de maniobra negativo de 12,21 millones de euros. Su actividad se basa en la gestión de terminales electrónicos de pago. E incluye a IECISA, la división de pagos electrónicos de El Corte Inglés, que fue adquirida por Ingenico en 2017 por 6,3 millones de euros.En conjunto, el negocio de Worldline en España representa, por tanto, una pequeñísima parte de los 4.600 millones de euros que el grupo francés ingresó en 2023. Worldline, que presume de ser el cuarto mayor procesador de servicios de pago del mundo, opera en 170 países, gestionando 126 millones de tarjetas de pago con una plantilla mundial que supera los 18.000 empleados.