En el Palau de la Generalitat eran conscientes desde hace meses de que esta semana será una de las más intensas del primer año de mandato. Pero con lo que no contaban es que el PSOE estaría en estos momentos en plena ebullición por una presunta trama de corrupción que cerca al Gobierno de Pedro Sánchez. Los acuerdos que Salvador Illa suscribió para ser investido president dependen, en buena parte, de la predisposición del Ejecutivo central a cumplirlos, especialmente el nuevo modelo de financiación singular para Catalunya. Pero en este esprint de siete días, Illa deberá superar algunos baches para garantizarse la estabilidad. La agenda aprieta y la trama Koldo inquieta.Seguir leyendo....