Cuando Sony Pictures Animation anuncia una nueva película, el listón está alto. Muy alto. Spider-Verse lo puso por las nubes, The Mitchells vs. The Machines lo mantuvo, y ahora K-Pop Demon Hunters lo agita todo a ritmo de coreografía, confeti y exorcismos al compás de una girl band coreana. Sí, suena tan delirante como lo es. Pero también es uno de los espectáculos animados más visualmente atractivos de 2025.Un grupo que canta, baila y… caza demoniosLa premisa es gloriosamente absurda: Huntrix, una exitosa banda de K-pop formada por Rumi, Mira y Zoey, no solo llena estadios y encabeza listas, también combate una invasión demoníaca liderada por el oscuro Gwi-Ma. Entre canción y canción, estas chicas empuñan espadas brillantes, cortan espíritus en pedazos y mantienen la barrera mágica que protege a la humanidad: el “Golden Honmoon”. Si lo estás visualizando como una mezcla entre Sailor Moon, Ghostbusters y Blackpink, estás en el camino correcto.Animación con alma (y locura)Aquí es donde K-Pop Demon Hunters brilla con luz propia. Sus directores, Maggie Kang y Chris Appelhans, no intentan competir con Pixar o DreamWorks. Van por otro camino: el de la exageración visual, el homenaje descarado al anime, los webtoons y los manhwa coreanos.Los personajes se detienen en poses clave mientras la cámara se desliza como si estuviéramos en una viñeta animada. Ojos que se transforman en corazones, abdominales que se convierten en mazorcas de maíz, lágrimas que brotan como palomitas. Es el tipo de animación que rompe las reglas para recordarnos por qué amamos la animación en primer lugar.Y aunque a veces roza lo infantil, la sensación es clara: estamos ante una fiesta de estilo.Un musical disfrazado de acciónLo que también sorprende es su naturaleza musical. Aunque no se presenta como tal, K-Pop Demon Hunters es un musical animado con todas las letras. Y los temas funcionan.Canciones como “How It’s Done”, “Golden” y “Takedown” (esta última reinterpretada por Twice en los créditos) tienen gancho real, mientras que el dueto “Free” entre los personajes de Rumi y Juni (sí, hay romance humano-demoníaco) añade una inesperada carga emocional.Gracias al trabajo de artistas como Ejae, Audrey Nuna, Rei Ami y Andrew Choi, las canciones no suenan como un añadido promocional, sino como parte del corazón narrativo de la cinta.Narrativa sencilla, pero funcionalSí, el guion tiene sus problemas. La historia es mucho más simple que otros trabajos del estudio. La revelación de que Rumi es hija de un demonio y una estrella del pop apenas se explora con profundidad. El mensaje sobre aceptar las propias diferencias queda algo difuso. Y los personajes secundarios, como la entrenadora Celine o la madre ausente de Rumi, parecen relleno con potencial desaprovechado.Pero no todo necesita ser Into the Spider-Verse para tener valor. Aquí la diversión, el ritmo y la identidad cultural pesan más que la complejidad del guion.Demonios guapos, amor prohibido y ramen con ojos gigantesUno de los mayores aciertos es cómo la película abraza lo absurdo sin miedo al ridículo. El villano no es solo un señor oscuro: lidera su propia boy band demoníaca, los Saja Boys, y compite con Huntrix por el amor del público. La tensión entre Rumi y Juni (el chico malo demoníaco) añade una dimensión de telenovela que, sorprendentemente, funciona.Y si creías haberlo visto todo, espera a las escenas de spa, las peleas entre videoclips y el tigre demoníaco con sonrisa encantadora.¿Es para todos los públicos?No exactamente. K-Pop Demon Hunters está pensada para un público más joven que Spider-Verse, y eso se nota en el tono, en la moralina algo más simple y en su humor visual muy cercano al anime de sobremesa. Pero eso no la hace menos válida. Al contrario: su especificidad cultural es una de sus mayores virtudes.Retratar Corea del Sur desde una óptica tan colorida, respetuosa y desatada la convierte en un referente singular en el cine de animación global. Y eso, viniendo de un estudio estadounidense, no es poca cosa.En definitiva K-Pop Demon Hunters no es perfecta, pero tiene algo mucho más valioso: personalidad. No intenta parecerse a nadie más. Baila con su propio ritmo, grita con voz propia y se permite brillar como un fuego artificial digital con forma de demonio derrotado.Puede que su historia no deje huella como Spider-Verse, pero su estilo visual, su energía musical y su frescura cultural la convierten en una experiencia imposible de ignorar.Huntrix ha llegado para quedarse. Y si el futuro de la animación pasa por aquí, que vengan más exorcismos pop, por favor.Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com