Lo que está en juego con el programa nuclear iraní no es lo que todos creen saber. Irán renunció a la bomba atómica desde 1988. Pero, con la cooperación de Rusia, la República Islámica ha venido tratando de descubrir los secretos de la fusión nuclear de uso civil. Si tuviese éxito, Irán ayudaría los Estados del sur a independizarse definitivamente de sus antiguas metrópolis liberándolos del yugo del petróleo.