No fue su mejor año, pero tampoco la catástrofe que algunos auguraban. La nueva edición de Art Basel, la feria de arte contemporáneo más importante del mundo, cerrará sus puertas este domingo con un suspiro de alivio. La cita no ha sido ajena al conflicto entre Israel e Irán, la crisis humanitaria en Gaza, la situación en Ucrania ni a las inciertas previsiones económicas, pero ha logrado sortear el pesimismo con un nivel de ventas considerable o, por lo menos, mejor de lo que dejaban prever ciertos indicadores. El informe anual sobre el estado del mercado del arte que publica la propia feria detectó una caída del 12% en las ventas de 2024, tras varios años de estabilidad. A ello se sumó el fiasco de las subastas de Nueva York el mes pasado: ningún lote superó los 50 millones de euros y una obra de Giacometti, estimada en 70 millones, quedó sin comprador.Seguir leyendo