El Bayern gana a la alemana y Boca necesita un milagro

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Boca tiene la mejor afición del torneo, pero es no es un campeonato de aficionados, sino de fútbol. El Bayern no es el Benfica. No solo por la calidad de ambas plantillas, sino por la costumbre de jugar partidos en ambientes contrarios. Miami es bostera, pero eso le afecta cero a un equipo acostumbrado a ganar y a lidiar con los mejores equipos de Europa y con los ambientes más hostiles. Ganó el Bayern. Como siempre. A la alemana. Fue una primera mitad de claro dominio muniqués, que tuvo un entrenamiento en la primera jornada contra el Auckland. Contra Boca subió la exigencia, pero seguramente el equipo argentino sea el más flojo de todos los suramericanos que están dando la nota (positiva) en el torneo. Marcó Olisé, en el 9, en un córner olímpico en el que Gnabry obstaculizó el trabajo de Marchesin, que era detener ese lanzamiento envenado del francés. Bien el VAR. Aviso que se convertiría en realidad en el 17. Coman se inventa una oportunidad y Kane la manda a la esquina de la portería, especialidad de la casa. El 1-0 era suficiente para un Bayern, que como casi todos los equipos europeos ha venido a Estados Unidos como si le fueran a poner a una estrella en el Hall of Fame de Hollywood. Dejó pasar el tiempo, manoseando la pelota de un lado a otro sin demasiado afán de incrementar el marcador, y acabó pagando la penitencia con el empate. En el 66, Merentiel se marcó el autopase se su vida e igualó el marcador con remate a la zona alta de la portería ante la salida de Neuer. Empate que despertó el letargo alemán. En el 84, Olise puso el 2-1, tras un barullo dentro del área que acabó con Kane asistiendo al francés, que mejoró el pase con una definición de primeras a la izquierda de Marchesin. 2-1 que mete al Bayern en octavos y que obliga a Boca a un milagro. Seis goles o más contra lo neozelandeses u que Benfica no saque ni un empate ante los bávaros.