Empiezo a teclear estas líneas (19:45h del viernes) en medio de una ensalada de rumores. Las televisiones preparan Especiales para esta misma noche, o el sábado o el domingo, de mañana o madrugada, nadie sabe. Es más, nadie sabe prácticamente nada, pero la incertidumbre dispara la ansiedad y esta conduce inevitablemente a una aceleración sin freno. ¿Dimite Sánchez? ¿Convoca elecciones? ¿Consulta a Salvador Illa como solución transitoria? ¿Aparecen nuevos nombres en informes de la UCO? ¿Cae la guardia pretoriana de Cerdán en el Congreso? Fuentes de las que uno se fía (aún quedan…) aseguran que no hay ninguna decisión trascendente prevista para el fin de semana; que Sánchez sigue consultando el mapa de situación al tiempo que se prepara para ejercer de gladiador solitario en la cumbre de la OTAN, dispuesto a no ceder a la presión del dúo Trump-Rutte (ver aquí). Comprometer en Defensa el 5% del PIB equivale a desmontar el estado del bienestar a la velocidad que se desmontan los escenarios en las giras musicales del verano. PP y VOX ya han dejado clara su disposición a arrodillarse al dictado que interesa a la industria armamentística estadounidense. Confrontan dos patriotismos, sin demagogias: hay que elegir entre tanques y misiles o centros de atención primaria. Hagan juego.Volvamos a las corrupciones. Todo es posible cuando quien marca la agenda política es una unidad de la Guardia Civil. Pero uno se atreve a dibujar una propuesta de mapa del momento político: no habrá cuestión de confianza, pero la confianza es la cuestión. Una confianza perdida en múltiples direcciones:Todos necesitan tiempo. Sánchez no puede anunciar medidas ni dar todas las explicaciones que se le exigen mientras no sepa con un mínimo de fiabilidad hasta qué nivel llega la suciedad. Con una incógnita a la que nadie da hoy crédito pero que obligaría a iniciar sin más dilaciones el camino de las urnas: cualquier rama de financiación irregular del partido. Si finalmente todo quedara limitado por el latrocinio de un racimo de jetas que desde el minuto uno aprovecharon el poder cedido por Sánchez (responsable in vigilando) para llenarse los bolsillos y ejecutar de paso un machismo asqueroso, sería más que grave, pero las consecuencias políticas se medirían precisamente por la contundencia en la reacción y la sinceridad en la petición de disculpas. Asistimos no sólo a las náuseas que provocan esos audios que Koldo grabó a sus jefes e íntimos amigos desde (al menos) 2019, sino también al festival de la hipocresía y la desmemoria que practican Feijóo y sus mariachis. Que el presidente del PP se atreva a decir que este es “el caso más grave de corrupción de la historia de la democracia” sólo se entiende como el delirio de un amnésico o el desparpajo de un mentiroso (ver aquí). Repase la hemeroteca y el registro de sentencias del Supremo y de la Audiencia Nacional, pero sobre todo eche un vistazo al horizonte: le esperan al PP un total de 16 causas abiertas por asuntos de corrupción a partir de septiembre. Lo cual explica en parte las prisas que Feijóo tiene por tumbar a Sánchez sin pasar por moción de censura ni por ningún otro intermedio: ¡ríndase! Si el PP pudiera evitarse el engorroso trámite de las urnas, lo haría sin preguntar. Al fin y al cabo, a Feijóo le prometieron Ayuso, Aznar y compañía que si dejaba Galicia para expulsar a Casado con nocturnidad y alevosía… en cuestión de meses viviría en La Moncloa. La cosa se fue torciendo, y el falso moderado fue tirando de discurso ultra deslegitimador del Gobierno de coalición, del Congreso como cámara de representación de la voluntad popular y del Tribunal Constitucional como garante final del cumplimiento de la ley de leyes. Hace solo unos días, el líder del PP se permitió en la radio de los obispos atacar la independencia del TC, demonizando a su presidente y acusando a la mayoría de sus magistrados de actuar por un acuerdo con el Gobierno para amnistiar a los independentistas (ver aquí).De hecho, todo indica que la estrategia de oposición de las derechas se ha pasado de frenada. Tenían tan hilvanado el discurso deslegitimador de la ponencia sobre la ley de amnistía que el TC discutirá esta próxima semana, que en mitad de este carajal de los Koldos y los Cerdanes ha quedado como extemporánea y excesiva la táctica antisistema protagonizada nada menos que por quien no es presidente del Gobierno porque no ha querido.Uno sostiene que la reacción de Pedro Sánchez a esta quizás última curva en su laberinto habría sido obligatoriamente distinta de no ser por el contexto de deslegitimación y persecución personal al que ha sido sometido desde la derecha política, la judicial y la mediática (“el que pueda hacer que haga”). Con o sin argumentos, sin pruebas judiciales, con más bulos que datos. La traca final desplegada por la UCO –siempre anticipada por el PP– ha facilitado ese lema irresponsable e infame que reza “Mafia o democracia”. Deslegitimados desde el mismo 2018 hasta hoy el Gobierno, el Congreso, la Fiscalía General y hasta el Tribunal Constitucional, faltaba un empujoncito desde dentro que se ha convertido en una llave de judo. Golfos de la máxima confianza de Sánchez que le traicionan a él y al partido para sembrar la absoluta desconfianza hacia fuera y hacia adentro. Todos parecen esperar que Sánchez se rinda sin condiciones y asuma su culpabilidad por el gravísimo error de confiar en quienes no debía, pero también por la presión incansable de los procesos “creativos” hilvanados desde la factoría Marchena de la Sala Segunda del Supremo y las verdaderas chapuzas jurídicas ejecutadas por el magistrado Hurtado o el juez Peinado. Quien conozca a Sánchez sabe que esa provocación le lleva a redoblar la resistencia negándose a entregar la cuchara. Una cosa es equivocarse in vigilando y otra aceptar la condición de criminal. Quien pueda hacer, que haga. Eran pocos, y aparecieron este viernes los obispos para rescatar la estampa de una España que vuelve al blanco y negro. ¿Desde cuándo la cúpula de la Iglesia católica se dedica a pedir elecciones anticipadas? ¿Alguien recuerda un comunicado oficial de condena inequívoca por parte del episcopado ante alguno de los casos de corrupción estructural protagonizados por el Partido Popular? Por si alguien tuviera alguna duda tras el mandato de Francisco y su teórica reivindicación de una iglesia pegada al sufrimiento del pueblo, aparecen con incienso y fanfarrias los mensajes de siempre, los que conectan a la cúpula eclesial con las clases más favorecidas, las derechas caciquiles y los dictadores bajo palio. Sirva de una santa vez como lección al PSOE: andar con contemplaciones hacia la cúpula eclesial sólo sirve para ser utilizado como sostén de unos privilegios que hace décadas que contradicen la propia Constitución. Apáñense con sus fieles, total respeto a sus creencias, pero ya basta de privilegios y de interferencias en el funcionamiento democrático.Por último (o más bien de momento) reaparece este viernes por la tarde el fantasma de las agencias de riesgos. JP Morgan, la que no se enteró del agujero de deuda de Grecia, la que no vio venir el estallido de la burbuja inmobiliaria que condujo al crack de 2008, avisa de que las investigaciones por corrupción “pueden haber afectado a la confianza del consumidor y a la inversión”. Sin un solo dato aún que respalde esta (por otra parte) solemne obviedad, pero por si acaso, no vaya a ser que falten entusiastas empujando hacia el abrupto final de un gobierno de progreso y hacia la alfombra roja que reciba a ese cóctel de derecha y extrema derecha que al parecer necesita, además de los votos, la inestimable ayuda de UCOs, jueces, medios bien subvencionados y hasta obispos y agencias de calificación de riesgos. Ya otro día, si eso, hablamos de cómo va la economía.P.D. Alguien tendrá que explicar también por qué el juez decide que a Acciona no se le puede molestar con un registro en condiciones, eso se queda para las pequeñas empresas corruptoras o para el propio PSOE. Que en el máximo nivel de la empresa de la familia Entrecanales trabaje un ex jefe de la UCO resulta, como poco, un sustancioso motivo de desconfianza. Pero cuidado, que nadie hable de los empresarios corruptores, no vaya a ser que que se pongan rebeldes y renuncien a su carácter de emprendedores.