El incremento de estafas digitales y robo de identidad no es una estadística abstracta: en 2024, la Comisión Federal de Comercio de EE. UU. recibió más de 1,1 millones de reportes de robo de identidad. Este número alarmante refleja una tensión constante para empresas y usuarios: cómo proteger la información sin entorpecer el acceso. La autenticación se encuentra en el centro de esta discusión.El dilema de la autenticación: entre la seguridad y la fricciónLa variedad de herramientas para validar la identidad digital se ha vuelto abrumadora: contraseñas, códigos de un solo uso (OTP), autenticación multifactor (MFA), inicio de sesión único (SSO), autenticación silenciosa de red (SNA), passkeys y más. Sin embargo, no existe un consenso claro sobre cuál es el mejor método. Lo único en lo que todos coinciden es en que son necesarios.El problema surge cuando estas herramientas, pensadas para proteger, se convierten en una barrera. Como en el caso del usuario que intenta reservar un hotel online, se encuentra repetidamente con un CAPTCHA fallido, y decide simplemente irse a otra página más sencilla. Cada paso adicional que un usuario debe dar es una posibilidad más de perder su interés y su confianza.No se puede obligar al clienteMuchas empresas logran imponer nuevas medidas de seguridad a sus empleados sin mayor resistencia. Por ejemplo, implementar WebAuthn como forma exclusiva de autenticación interna puede lograrse en semanas. Pero con los clientes, la historia es distinta. Ellos tienen alternativas, y si una experiencia les resulta tediosa, cambiarán de proveedor.Los usuarios siguen eligiendo contraseñas simples por comodidad, aunque no sean seguras. Y aunque soluciones más sofisticadas como la criptografía de clave pública o la biometría sean más seguras, si no son fáciles de usar, no ganarán adeptos.El futuro se basa en señales continuasUn cambio importante en el enfoque es pasar de validaciones puntuales a un modelo continuo. En lugar de verificar tu identidad solo al iniciar sesión, los sistemas pueden analizar patrones y comportamientos para ajustar el nivel de fricción en tiempo real. Es como un freno que se activa según la velocidad y el terreno.Por ejemplo, si un cliente abre una app de su taller habitual desde su móvil para aprovechar una promoción, no debería tener que pasar por múltiples verificaciones. Pero si esa misma persona abre una sesión desde otra ciudad y un dispositivo nuevo, se podría solicitar una prueba adicional de identidad. Este enfoque de autenticación adaptativa permite equilibrar comodidad y seguridad según el contexto.Un ecosistema digital siempre activoVivimos rodeados de aplicaciones y servicios donde iniciamos sesión una vez y luego permanecemos conectados indefinidamente: redes sociales, compras online, plataformas de streaming, correo electrónico, incluso sistemas de seguridad del hogar. Pero ¿qué pasa si perdemos el dispositivo o alguien toma el control de la sesión activa?Aquí entra en juego el enfoque de confianza cero (zero trust), donde no basta con «mostrar tu carnet en la entrada». Es necesario mantener un monitoreo constante, porque las amenazas también son continuas.La inteligencia artificial también desafía a la autenticaciónCon la proliferación de asistentes de IA y agentes autónomos que interactúan por nosotros (reservan cenas, compran entradas, gestionan citas), distinguir entre un usuario humano y un bot benigno se vuelve cada vez más difícil. Antiguamente, si un sistema detectaba cientos de clics por segundo desde una misma IP, lo bloqueaba. Hoy, esa actividad podría provenir de una IA legítima.Esto obliga a rediseñar los modelos de detección de fraude para que sean más inteligentes, incorporando nuevos tipos de señales de comportamiento y contexto.No hay una solución únicaA pesar de los avances, no existe ni existirá una herramienta de autenticación que funcione para todos los usuarios y casos. Algunas personas se sienten cómodas con los OTP por SMS, otras prefieren passkeys o sistemas biométricos. Y hay que considerar los requisitos regionales, como Singpass en Singapur o la Cartera de Identidad Digital en la Unión Europea.Por eso, las empresas deben ofrecer un abanico de opciones, pero sin dejar de cuidar los cimientos de cada una. Las amenazas como el phishing, la ingeniería social o el smishing no desaparecen, sólo se transforman.El camino es el equilibrioLa clave no está en elegir entre seguridad o comodidad, sino en encontrar el punto justo. Las organizaciones que logren adaptar su autenticación a cada contexto, a cada perfil de usuario y a cada situación, serán las que consigan fidelizar sin exponer.La noticia Autenticación digital: cómo lograr seguridad sin sacrificar la experiencia del usuario fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.