Estos son tocadiscos más llamativos de lo que llevamos de año... y no vas a poder comprarte ninguno

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No es una hipérbole ni un truco de marketing, y mucho menos una estrategia de clickbait. Si estás leyendo esto con la esperanza de mejorar tu sistema de sonido, más te vale sentarte. Porque 2025 no está trayendo giradiscos buenos: está trayendo artefactos espectaculares, técnicamente brillantes… pero también económicamente imposibles para la mayoría. Nunca ha habido tanta innovación, ni tanto elitismo junto.Desde modelos con platos levitantes hasta esculturas minimalistas que se leen desde abajo, los tocadiscos de este año no vienen a cumplir una función: vienen a marcar territorio. Y, de paso, a recordarte que la alta fidelidad de vanguardia ya no habla el idioma del pueblo.La mayoría de estos modelos no son accesibles ni por precio, ni por disponibilidad, ni por orientación de mercado. Algunos se fabrican por encargo, otros están limitados a cien unidades, y casi todos tienen un precio que invita a mirar, pero no a tocar. Son lo mejor del año —por el momento—… pero sólo para quien pueda permitírselo. La gran pregunta es: ¿realmente valen lo que cuestan, o simplemente están diseñados para deslumbrar a quienes ya lo tienen todo?Audio-Technica Hotaru: vinilo levitando por 10.000 eurosEl Audio-Technica Hotaru tiene un plato que flota gracias a imanes opuestosConocida por sus platos de gama media y fiabilidad legendaria, Audio-Technica ha decidido perder el control. Literalmente. El Hotaru es un tocadiscos de 9.999 euros con un plato que levita gracias a imanes opuestos. El disco flota sobre el eje y gira suspendido en el aire como si la gravedad fuese opcional. No es ciencia-ficción: es marketing de élite con justificación técnica.El aislamiento magnético promete eliminar cualquier vibración que reste detalle a la escucha. Pero más allá del efecto visual, la pregunta es si aporta una mejora tangible o si es sólo espectáculo. ¿Flotar mejora el sonido o simplemente justifica el precio?Incluye un brazo de fibra de carbono, cápsula MC de gama alta y ajustes finos. La ingeniería está ahí. El resultado sonoro también. Pero cuesta tanto como un sistema completo de referencia, bien montado y bien afinado.¿Vale lo que piden por él? Depende. Si buscas innovación real, puede que sí. Si sólo quieres escuchar discos, probablemente no. Y si esperas encontrar uno en tienda, mejor siéntate: este giradiscos es tan exclusivo como llamativo.MoFi x Fender American Vintage: el tocadiscos con alma de StratocasterEl MoFi Fender American imita el color tobacco sunburst de las Fender Stratocaster y se hace pagar caro por elloEste modelo de 3.500 euros no es solo un reproductor: es una colaboración entre MoFi Electronics y Fender que convierte el cuerpo de una guitarra en base para un giradiscos de alta gama. Fabricado con madera de aliso y bañado en un acabado sunburst clásico, busca conectar dos mundos: el del audio de precisión y el del rock clásico.El marketing emocional lo deja claro: pintura a mano, pátina que intenta imitar el uso continuo, herencia cultural y un montón más de términos mercadotécnicos que van dirigidos a fans de Fender, más que audiófilos. Pero al final, ¿cuánto de ese precio va destinado al sonido y cuánto a la historia que se cuenta?A nivel técnico es solvente: buen brazo, plato denso, cableado de calidad, ajuste electrónico de velocidad. Un giradiscos competente, sin duda. Pero no muy diferente de otros con menor precio y menos mitología, como explicamos cuando se presentó la colaboración entre Fender y MoFi. Este tocadiscos es tan icónico como elitista.¿Es una compra racional? No. ¿Tiene encanto? Mucho. Pero conviene saber que aquí se paga casi más por lo que representa, que como por cómo suena. Y esa dicotomía ya debería ser suficiente para hacer que cualquiera que no tenga el dinero por castigo y pensamiento crítico se lo pensase dos veces.Miniot Wheel 3: el tocadiscos que gira desde abajoEl Miniot Wheel 3 es un concepto muy innovador, pero también complicado de repararMinimalismo extremo y enfoque alternativo: el Miniot Wheel 3 es más una declaración conceptual que un plato al uso. Cuesta unos 3.400 euros y gira el vinilo desde abajo con lectura óptica. ¿Innovador? Sí. ¿Necesario? No tanto.Oculta todos los componentes bajo el disco, incluye preamplificador integrado y permite instalación en vertical. Visualmente es espectacular, pero a nivel funcional plantea limitaciones: poca accesibilidad, ajuste complicado, dependencia absoluta del sistema interno.El sonido está bien. No es lo mejor que puedes encontrar por ese precio, pero cumple. El valor está en el diseño y en la sensación de tener algo radicalmente distinto, como contamos cuando se presentó el innovador Wheel 3 de Miniot, un tocadiscos que desafía la tradición y busca provocar.¿Para quién es? Para alguien que quiera provocar conversación, no necesariamente escuchar con precisión quirúrgica. Es un plato que suena bien, pero que sobre todo se compra para enseñarlo. También hay que mencionar que existen otros platos verticales que cuestan mucho menos, pero claro, no tienen la aguja oculta por el disco y lo leen poniendo la cara que se quiere reproducir hacia dentro.Thorens TD 404 DD: precisión alemana con nostalgia analógicaEl Thorens TD404 quiere traer el diseño analógico de los 70 a este sigloThorens regresa con el TD 404 DD, un modelo de tracción directa que hereda la estética del TD 124 pero con especificaciones actualizadas. El precio ronda los 5.000 euros y ofrece una experiencia clásica con detalles modernos como control electrónico de velocidad y brazo con suspensión mejorada.La clave está en la combinación de elementos tradicionales con tecnología actual: plato amortiguado, brazo de nueva generación y motor silencioso. Es un giradiscos sobrio, construido con rigor alemán y pensado para los puristas del vinilo que no necesitan fuegos artificiales.¿Problema? Que sigue costando una barbaridad. Y aunque ofrece calidad sonora y acabados notables, no hay nada en él que justifique del todo su precio si lo comparas con otros modelos más asequibles. Aquí pagas por una firma y un legado que, aunque respetable, no marca una diferencia revolucionaria.Eso sí, si eres de los que aún consideran que un giradiscos debe parecer una máquina, no una escultura, este es uno de los pocos que siguen esa línea sin caer en la nostalgia hueca.Vertere DG-X: más precisión, menos postureoDe todo el sobreprecio que puebla esta lista, el Vertere DG-X puede que sea el único tocadiscos que lo justifica un pocoEl Vertere DG-X Dynamic Groove es una evolución del DG-1S, y eso se nota. El plinto (la base del giradiscos, ya os lo explicamos hablando de Linn Audio) de triple acrílico sigue ahí, con su icónica capa central transparente que brilla durante la reproducción, pero bajo el capó hay cambios reales: nuevo motor, fuente de alimentación mejorada, suspensión optimizada y un brazo de última generación.Todo está pensado para reducir resonancias y ganar claridad: el Groove Runner X está construido con un haz de polímero de cinco capas, el rodamiento principal es de precisión y el cartucho Sabre Lite promete superar a su predecesor con una salida de 4,3 mV. En conjunto, es un giradiscos que suena limpio, abierto y sin interferencias.No es un plato barato —ronda los 6.000 euros— pero al menos aquí hay una proporción razonable entre lo que cuesta y lo que ofrece. Sí, lo estoy diciendo en serio. No, no he bebido; hay raras ocasiones en las que un producto audiófilo es capaz de justificar —más o menos— lo que se pide por él. Si se busca rendimiento sin delirios estéticos, el DG-X puede tener más sentido que otros modelos más espectaculares.Eso sí, hay que advertirlo: sigue siendo un lujo. Solo que esta vez, con algo más de contenido detrás del precio.Waiting for Ideas PP-1: minimalismo elevado a dogmaEl PP1 de Waiting for Ideas parece más una instalación artística, que un tocadiscosLa firma parisina Waiting for Ideas ha creado un tocadiscos que parece más una instalación de arte contemporáneo que un producto comercial. El PP-1, fresado a partir de un bloque macizo de aluminio, no tiene brazo, ni interruptores visibles, ni preamplificador, ni conectividad inalámbrica. Solo un puerto USB-C para alimentación y una salida minijack que también hace de RCA. Así de radical es su planteamiento.Para reproducir música, hay que poner el disco boca abajo como en el Miniot Wheel 3. La aguja —una elíptica de diamante invertida— hace la lectura desde abajo, y un sistema óptico interno convierte las vibraciones en señal analógica. Todo el sistema está encerrado en un chasis de 35 cm de lado y apenas 8,5 cm de alto.El PP-1 cuesta 6.900 euros, y no, no es para todo el mundo. Su concepto se acerca más a una performance, que a los cánones audiófilos tradicionales. Pero para quienes busquen una experiencia sonora minimalista, sin distracciones, sin botones y sin concesiones, probablemente no haya nada igual. Habrá gente así, a mí no me miréis.Eso sí, olvídate de ajustes, de configuraciones personalizadas o de cambiar cápsulas. Aquí se viene a rendirse a una visión, no a modificarla.¿Artefactos de deseo o humo de lujo?El Audio-Technica AT-LP808X es una opción que suena fantásticamente bien y tiene un precio más realistaTodos los tocadiscos de esta lista destacan por algo: diseño, ingeniería, concepto o historia. Pero casi ninguno justifica su precio si atendemos sólo al sonido. Estamos ante un caso clásico de sobrediseño, storytelling premium y elitismo de catálogo.Eso no significa que sean malos. Al contrario: están bien hechos, suenan bien, algunos incluso suenan muy bien. Pero hay una distancia incómoda entre lo que ofrecen objetivamente y lo que cuestan subjetivamente.A estas alturas, parece que para muchos fabricantes lo importante no es sonar mejor, sino parecer más exclusivos. Y eso cambia las reglas del juego. Porque ya no basta con fidelidad: ahora hace falta narrativa, rareza, y un buen envoltorio de mármol si es posible. Y dos huevos duros, que diría Groucho Marx.¿Vale la pena alguno de estos tocadiscos? Sólo si tienes el dinero, el contexto y el deseo de entrar en ese juego. Porque aquí no hablamos de mejoras incrementales, sino de símbolos de estatus disfrazados de tecnología punta. Estamos hablando de ganancias, si las hay, marginales con respecto a equipos realmente buenos, como el Audio-Technica AT-LP8X, que cuestan muchísimo menos.Si no estás en ese perfil, quizá sea mejor invertir en un buen modelo de 1.000 euros —como el Audio-Technica AT-LP8X que mencioné más arriba, que tampoco llega a esa cifra—… y en muchos vinilos para disfrutarlo con calma, sin ansiedad por lo inalcanzable. Porque al final, escuchar música sigue siendo lo único que realmente importa. Y eso, por suerte, sigue estando al alcance de casi todos.El artículo Estos son tocadiscos más llamativos de lo que llevamos de año... y no vas a poder comprarte ninguno fue publicado originalmente en Andro4all.