Wimbledon únicamente acumula tres días de competición, lo que significa que restan casi la totalidad de las dos semanas de duración del Gran Slam inglés hasta que llegue a su conclusión con la gran final del cuadro masculino. A pesar de ello, la hierba británica ya ha sido testigo de uno de los golpes del torneo. Su autor fue el francés Moutet , un jugador carismático que acostumbra a recorrer estos derroteros que discurren entre la genialidad y el vacile al rival. Durante su encuentro de primera ronda ante el argentino Comesaña, el galo dominaba con claridad en el marcador (6-4, 6-4 y 3-2). Durante el sexto juego del tercer y a la postre definitivo set, un intercambio de dejadas llevó a Moutet a responder con un globo para retrasar la posición del argentino, quien respondió, de espaldas hacia la red, con un nuevo globo, en una pelota fácil para que el francés rematara el punto. Sin embargo, se le ocurrió ejecutar esperar a que la bola botara a escasos centímetros de su cuerpo y ejecutar una complicadísima dejada con la raqueta por debajo de sus piernas. Una jugada entre la genialidad y el vacile, por su complicada, estética e innecesaria ejecución. Sin embargo, Comesaña se lo tomó con humor y felicitó a Moutet con una sonrisa en la cara.