La directora de una oficina del Servicio Público de Empleo (SEPE) en un barrio de Madrid recuerda cómo hace algunos años los ciudadanos que iban a solicitar sus prestaciones por desempleo hacían largas colas desde la madrugada para conseguir ser atendidos. Esas colas han desaparecido, pero no porque la tecnología haya facilitado las cosas, sino porque ahora es materialmente imposible recibir esa atención para determinadas gestiones sin una cita previa, y conseguir una de esas citas se ha convertido en una misión imposible. Incluso muchos usuarios aseguran que solo lo han logrado “pagando”. Desde el Ministerio de Trabajo aseguran que el organismo funciona bien y que las prestaciones se reconocen en poco más de dos días de medio. Los usuarios coinciden, solo en parte, con este diagnóstico: “Una vez se traspasa la puerta (de una oficina del SEPE) el trato es bueno, lo difícil es llegar a traspasarla”, se queja una usuaria de una oficina madrileña.Seguir leyendo