La batalla campal en Salou (Tarragona) de hace algo más de una semana entre manteros, Mossos d’Esquadra y Policía Nacional —con pedradas, registros, detenciones y heridos— ha vuelto a poner el foco en un fenómeno que forma parte del paisaje urbano, pero al que se prefiere mirar de reojo: el comercio callejero de falsificaciones conocido como top manta. En plena temporada turística, la venta ambulante de imitaciones de bolsos, gafas y camisetas hace su agosto, especialmente en zonas costeras. Las marcas de lujo no solo temen las pérdidas, también les inquieta ver su imagen banalizada y la impunidad con la que circula lo falso en calles y mercadillos.Seguir leyendoCompradores y manterosEl comprador de falsificaciones no comete delito si adquiere el artículo para uso personal. “Es una situación comparable a la del consumo de drogas; se penaliza al traficante”, explica la abogada de Baylos María Molina. Sin embargo, algunos ayuntamientos han incorporado a sus ordenanzas sanciones disuasorias. En Cambrils (Tarragona), sancionan con 200 euros además de incautar los artículos. Los manteros sin papeles temen un antecedente penal. Los jueces, apunta Molina, “pueden aplicar atenuantes, suspender o conmutar penas, e, incluso, eximirles de responsabilidad por el principio de estado de necesidad”.