En un lejano futuro, la galaxia está poblada de razas y culturas que comercian, se divierten y batallan entre sí por la última tecnología y grandes fuentes de energía. El capitalismo, el comunismo, religiones varias y una miríada de dictadores de distinta calaña dominan a las masas ansiosas de guía. Un faro que podría venir a través de una leyenda que recorre las calles, los planetas, las galaxias. Un héroe que extermina sin miramientos a los que abusan del poder, un libertador que es a la vez juez y verdugo… aquel de Ylum al que llaman Nexus.El origenMike Baron (Madison, 1949) trabajaba en una compañía de seguros en su ciudad natal, garabateando historias, hasta que un amigo común le presentó a alguien con verdadero talento pictórico, Steve Rude (Madison, 1956), en 1979. Juntos desarrollan “Yip Yap Tales”, que nunca vería la luz, y una idea un tanto loca, llamada “Enciclopedias”, que intentan vender a una editorial de la misma ciudad, la cual ni siquiera se dedica a los cómics, sin mucho éxito (aunque terminaría apareciendo en Vanguard Illustrated, de Pacific Comics, en 1983).PipiolosSin embargo, los dueños de esta futura Capital Comics, Richard Bruning y John Davis, sí que reconocen el valor de los dos jóvenes artistas y les piden algo más de estilo supers, que se encuentran en plena efervescencia en el muy incipiente mercado independiente. Baron se concentra en crear un superhéroe diferente, cuyos primeros diseños presenta a un Rude encantado. Sólo les falta el nombre que el propio escritor inventa en un destello creativo. La pareja desarrolla unas veinte páginas que presentan a la editorial, la cual acepta el desafío. Es el disparo de salida de un mito moderno del cómic, una space opera inconmensurable, que habrá de luchar contracorriente para ser publicado por hasta media docena de editoriales diferentes. Ha nacido Nexus.Capital Comics (1981-84)Aunque ahora nos suene impensable (suspiro), Capital adquiere los derechos de la recién nacida criatura y Baron y Rude son contratados solamente por su trabajo. En aquellos tiempos y siendo su primer empleo profesional en la industria, ya les parece de lujo.Como la portada del primer número de Nexus aparecido en 1981, del gran Paul Gulacy. Rude había asediado al maestro, al que ahora consideraba su amigo, el cual realiza una portadaca con todas las letras coloreada por el propio Rude. Aunque el interior es en blanco y negro, poster central incluido, y la revista se anuncia trimestral. La editorial aún no quiere riesgos.En este primer número, un dubitativo Rude va de menos a más en cada viñeta. Ya destaca su moderna composición de página, utilizando diferentes figuras geométricas a modo de viñetas sin coartar la narrativa, e incluso se permite en contadísimas ocasiones su futura marca de fábrica con escenas pictóricas sin entintado lineal. Pero es que efectivamente él mismo se entinta y hasta rotula. También hace la contraportada a color, un par de pin ups y las caricaturas de los tres autores, incluido Gulacy.Baron por su parte, un lector empedernido, sorprende por su soltura en el primer número completo de su carrera. Se nos presenta Ylum (pronunciado Eye-lum, que suena un poco como asilo en inglés), la luna hogar del héroe donde viven los refugiados de sus escarceos planetarios, los cuales vitorean con el puño en alto al héroe cuando sale a repartir justicia. Vemos la primera ejecución, que no se esconde en su crueldad, merecida o no por la víctima, y hasta sabemos de los sueños que sufre el protagonista, motivo por el cual se ve obligado a actuar.También comienzan a aparecer muchos secundarios capitales. Por su puesto Dave, del que también se esboza su origen, Sundra, aún una aparentemente inocente aunque terca reportera, e incluso otros como Tyrone y Claude. Éstos por ahora no son más que atrezo, pero Baron admitiría que le gustaban tanto los dibujos de alienígenas de Rude que muchos terminaban teniendo protagonismo por su simple aparición.Y por supuesto tenemos desde la mismísima primera página las citas características del autor. Ya sean de escritores, personalidades políticas o religiosas, cantantes y otros artistas ilustres, o atribuidas a personajes históricos o de leyenda. No siempre relacionadas con el episodio (o no siempre fácil descubrir la relación), pero cargadas de sabiduría para el lector con apetito.En el segundo número seguimos con portada de Gulacy y el dúo creativo aprovecha el devenir del relato para contar el trágico origen del protagonista, cuyo propio padre fue un asesino de masas. Él será el primer ajusticiamiento que realizará Horatio Hellpop (verdadero nombre de Nexus) para librarse de sus pesadillas, en las cuales ha visto los actos de su progenitor. Éstos también los había descubierto ayudado por una misteriosa pareja de seres (¿imaginarios?) que le acompañaron antes y después de la dolorosa pérdida de su madre.En el último número de esta trilogía en blanco y negro, con portada de Rude y contraportada de Frank Brunner, finaliza este origen y termina la historia principal. Ésta mezcla a la perfección una trama de espías en Ylum, el enamoramiento de Nexus y Sundra y el origen de la energía de los más desaprensivos, las cabezas esclavizadas. Si, cabezas cortadas de distintas especies humanoides a las que fuerzan así a generar poderes telepáticos.El número concluye con una mini historia dedicada a Dave, algo que también se convertirá en una bienvenida tónica con él y otros personajes secundarios. Vale la pena mencionar que Rude ha perdido cualquier rigidez y en sólo tres números ya se le nota cómodo y maduro, su entintado es rico y apropiado y los rostros de los distintos personajes han terminado por asentarse y reflejarse en un lenguaje gestual propio.Lo que está claro es que la aceptación del cómic ha sido más que buena. La editorial se lanza con otra obra de Baron, The Badger, decide que continuará con Nexus en un segundo volumen a todo color y, atención, que el cómic venía acompañado de un disco de vinilo flexible. En este Flexi-Comic se nota el dinero invertido, pues cuenta con una canción compuesta por Mark Prey y un audio cómic con efectos y actores interpretando a los distintos personajes dirigido por Dan Neverdahl.Lo dicho, en 1983 comienza a publicarse Nexus a color con nueva numeración. Este color se lo debemos a George Freeman en el primer número y a Les Dorscheid a partir de aquí… hasta el 80, ya bien metidos en la siguiente editorial. La portada de Rude es pictórica, algo que se convertirá en obsesión y fuente de retrasos en el futuro, como su propia implicación y dedicación en los estupendos interiores, que en este número realmente explotan.El número presupone la lectura del primer volumen, porque empieza de lleno con problemas heredados de la trilogía. Aunque el plato fuerte es la presentación de otro personaje clave, Judah Maccabee, alias The Hammer, el cual resulta ser el hijo perdido de Dave. Ursula X. X. Imada, agente de la Web (el brazo capitalista del universo), aunque presentada brevemente al final del primer volumen, también empieza a desplegar todo su potencial.Oratio y Judah hacen buenas migas enseguida y se enfrentaran a Clausius, el principal esclavista de cabezas, en el siguiente número. Mientras, Ursula descubre a Sundra como antigua espía de la web y se enfrentan cuando la segunda renuncia a su misión. La primera terminará por detenerla y enviarla a la Tierra a ser juzgada en el #3. Horatio acudirá al rescate, pero también caerá bajo los engaños de Ursula, que quedará “misteriosamente” embarazada de él. Nexus se convierte en un peligroso enemigo del planeta origen de la humanidad.A partir de entonces se siguen desarrollando tramas y los personajes siguen creciendo, pero el capítulo 4 es una primera muestra del futuro de la serie, más autoconclusivo y centrado en una misión concreta de Nexus. Sin embargo, el quinto aún se resiste a la tónica y muestra una desvergonzada juerga en la que Judah mete a Horatio y que genera una curiosa trilogía. La cual comienza en el sexto número… y último de la editorial.En el editorial del número 6 las cosas parecen perfectas y no se atisba problema alguno. Sin embargo, la inversión en la aventura comiquera ha sido excesiva y los números no cuadran. Así que antes de llegar a la ruina empresarial, prefieren aparcar los tebeos. Muy caballerosos, negocian con otra editorial más experimentada los derechos de los personajes (Badger incluido) para no dejar a los autores en la estacada (espero que quede clara la ironía).First Comics (1985-1991)El gerente de First Comics, Alex Wald, admite que Rude les entra directamente por los ojos, pero también la historia es lo que busca el editor, Mike Gold (muy querido para el que firma y la pandilla DCíta en general). Superhéroes para otro tipo de público, como reflejarán muchas de sus publicaciones. Comienza una relación muy fructífera (hasta 80 números más alguna sorpresa) y mucho más estructurada (religiosamente mensual) que generará muchas alegrías al fandom.¿Os trae recuerdos?Incluido el español, que tiene la suerte de que la editorial sea la primera independiente americana en desembarcar en el mercado patrio (gracias a los Tebeos SA de Ediciones B). Para los amantes del género, pero un poco cansados de los mismos personajes e historias, supone un soplo de aire fresco. En concreto Nexus, con esa falta de escrúpulos aunque fuertes convicciones y ese rico plantel de secundarios con toda la creación de un universo ficticio a juego, se convertirá pronto en serie de culto.En todo caso, tanto el lector estadounidense en 1985 como el español en el 88, comienzan la aventura ya empezada y en plena acción. Efectivamente, First decide continuar la numeración de Capital y, salvo por una miniintroducción de 4 páginas ofrecida por los autores, se lanzan directamente a la continuación de la trilogía comenzada el año anterior. Y para más despiste (o quizá contribuyendo aún más al éxito) con invitado especial de crossover, The Badger.El otro personaje favorito de Baron, desquiciado y peleón, sienta como un guante a las peripecias de Nexus y The Hammer en el planeta en forma de cuenco. Además que Rude disfruta con las coreografías de las peleas en las que se meten y nos regala impactantes escenas mezcladas con una soltura y gracia de los personajes más típica de un cómic costumbrista. Digamos que su vertiente más Kirby se ha aliado definitivamente con su innegable lado Toth.Le seguirán maravillosos episodios autoconclusivos que se quedan en la memoria como Angelito, ¡Ey, Tío! (el primer episodio no dibujado por Rude, sino por Eric Shanower, que ya lo ayudaba con las tintas y con el rotulado), El Viejo General o, por supuesto, Broma Asesina (nada que ver con la de DC e igualmente brillante a su manera). Mientras, los personajes evolucionan. Por ejemplo, Tyrone y Claude se hacen con el poder en Ylum de manera democrática, algo que a Nexus en parte le libra de responsabilidades. Las hijas secretas de Nexus siguen creciendo y, gracias a Ursula, son criadas de manera parecida a su padre.«mira que suerte, llega tu muerte»Aparecen personajes nuevos y ya inolvidables como Clonezone, el hilariator (que salvo raras excepciones empieza a copar todas las historias de complemento, para nuestro disfrute), Kreed el asesino Quatro, o los distintos chavales que va rescatando Nexus, los cuales forman la banda de música de Mezz. Otros liberados, las cabezas, también van desarrollándose como comunidad hasta conseguir habitar la otra luna de Marlis (Ylum es un satélite, en realidad) mediante terraformación.Pero la trama más interesante es la de las ruinas que ha ido investigando Nexus, que nos irán dando pistas de sus orígenes. Horatio, en cambio, lo que desea es dejar de soñar y verse obligado actuar por sus terribles pesadillas. Así lo veremos caer en las drogas hasta convertirse en una parodia del Rey y de nuevo resurgir gracias a los fantasmas de su pasado. En el ínterin, Sundra prueba otras flores, como la gata humanoide Gil y en el futuro la veremos con otro ligue.Nexus vuelve renacido y se encarga de asesinar nada menos que al presidente de la Web por su implicación en un accidente que causó la muerte de un planeta entero por el molino de gravedad (un extractor de energía de agujeros negros que traerá mucha más cola). Pero la primera consecuencia es que Ursula decide pedir asilo a Ylum con las gemelas, Sheena y Scarlett, para desgracia de Sundra. Aún así, es el verdadero amor de Horatio la que sigue la pista arqueológica hasta descubrir al Merk, caprichoso y poderoso alienígena, fuente de los poderes y sueños de Nexus.Éste promete liberar a nuestro protagonista de sus jaquecas, no de las pesadillas que los provocaban, y aún así mantener sus poderes si demuestra su compromiso ajusticiando a los culpables. A la primera que se retrasa, el Merk le quita los poderes… en medio de la defensa de Ylum ante el ejército Soviet (si, Nexus ha conseguido poner en su contra a las dos fuerzas políticas más poderosas del universo). En mitad de una carrera contrarreloj por recuperarlos nos quedamos en la edición española, en el 22 USA.Sin embargo, al otro lado del charco, las mieles del éxito. First tiene una maquinaria de distribución y publicidad mucho más aceptable que Comico y la serie comienza a recibir muchas críticas entusiastas. El primer Eisner llegaría en 1988, Rude se llevaría el gato al agua de mejor artista completo lápiz/entintado. Los autores son celebrados e invitados a trabajar para otras editoriales ya desde el primer año, pero la explosión comenzará a partir de 1987. Rude se lanza con trabajos esporádicos para DC, Comico y un poquito para Marvel. Pero el que se suelta la melena (ay, ya quisiera él ahora) es Baron.Desde DC es invitado para relanzar Flash (#1–14, 1987–88), cuyo manto había heredado el pupilo Wally West, tras las Crisis. Muchas ideas frescas aunque algo apresuradas (guiño guiño) son lanzadas para revitalizar al personaje. También juguetea con Deadman en Action Comics Weekly (1988) y se mete en una creación propia para la editorial, Sonic Disruptors (1987-88), la cual iba para largo, pero termina en el número 7. Y no contento con ello comienza para Marvel la nueva y flamante serie del Castigador (más de 60 números entre 1987 y 1993).Tanto estrés y dinero en la cuenta le pasan factura y se engancha a la cocaína (admitido, entre otros, en el The Flash Companion de Keith Dallas, Tomorrow Publishing 2008). Droga la cual le permite hacer maravillas y… no tanto. La narración atropellada del Castigador, comenta el propio Rude, se debía a ponerse a escribir viñeta tras viñeta sin planificar la historia completa (otra cosa es que molaba bastante, para que nos vamos a engañar). Y las ideas un tanto alocadas de Flash como el premio de lotería podrían achacarse a la misma “inspiración” (o ambientar tantos de esos cómics en la “nieve”, jujuju).Lo que si deja claro en alguna entrevista es que “Nexus nunca se vio afectado”, y es cierto que es una etapa magnífica, rica en argumentos y crecimiento de personajes, como hemos visto y seguiremos disfrutando. Además, que dos características típicas de Baron, los diálogos afilados y las elipsis deliciosamente introducidas, no harán sino mejorar y destilarse. Para colmo, no deja de entregar pequeñas joyas de humor a través de Clonezone o The Hammer, el cual va substituyendo al primero en los complementos. Y aunque en estos extras sería substituido con el tiempo por Roger Salick, no olvidemos que Baron sigue haciendo Badger para First.Rude sin embargo no puede mantener el ritmo, como mencionamos se lanza a probar suerte en otras editoriales, pero sobre todo porque no puede evitar hacer sus portadas pictóricas y alucinantes. Las cuales se duplican pues se les suman las de la reedición. Ésta, llamada Nexus Legends y publicada a partir de 1989, abarca desde el principio del segundo volumen y llegaría hasta el #23. De hecho, First ya había reeditado el primer volumen de tres números en el especial The Original Nexus (1986), con introducción de Chris Claremont y, por supuesto, nueva portada (pictórica) de Rude.También es por 1988 cuando se muda de Wisconsin a Los Ángeles y comienza a perseguir su deseo de crear una serie animada del personaje (siguiendo la línea de una de las influencias del personaje y uno de sus referentes clave, el Space Ghost del maestro Toth). Animado por algunos de sus fans, que forman parte de la propia industria de la animación, realiza bocetos, estudios, e incluso llega a producir un piloto de dos minutos. Sin embargo, todo ese esfuerzo e ilusión acabarían en agua de borrajas.Ante la presión, le substituyen diferentes artistas del momento. Pero menuda selección, salvo alguno menos capaz como Gerald Forton, hablamos de gente como Keith Giffen (un divertido interludio del pasado), Mike Mignola (antes de su explosión de estilo, pero igualmente atractivo), José Luis García-López (como siempre, magistral), Rick Veitch (un episodio memorable sobre los asesinos Guccis), Jackson Guice (que embellece una visita paternal del protagonista) y un excelente Paul Smith, cuyos sendos episodios son para enmarcar.Nexus por García LópezEntre todos consiguen mantener en flote a la serie. Incluyendo el fin de aquel cliffhanger (Nexus recuperó sus poderes y destruyó a los Soviets, ¿qué esperabais?), y por supuesto sumando capas de complejidad, personajes y tramas. Ursula acaba fuera de Ylum pero en sus propios dominios, donde Horatio no es bienvenido. Kreed y su compañero se vuelven locos de sed de sangre y cometen crímenes difíciles de perdonar en Marte. Nexus ha de seguir vengando gente implicada en el molino de gravedad (y generando venganzas en ello). Él, Dave y Sundra descubren una versión universal de la biblioteca de Alejandría…Y todo esto sin perder la magia de los capítulos autoconclusivos que saben meterse sin concesiones, lecciones, ni pretenciosidad (ay, cuantos quisieran) en política, religión, arte, sexualidad, clasismo, maltrato, ética, dominio, crueldad, violencia, rebelión, sacrificio, cultura, inmigración, filosofía, poesía, culpa, responsabilidad… y poder. El poder como fuente de imposición, como fuerza que corrompe, como ambición, como carga y como destino (si queréis leer un análisis más profundo de tramas y conceptos tratados en la serie, os recomiendo la serie de artículos de Manuel Rodríguez Yague que comienzan aquí) Si esto no es una portadaca que baje Toth y lo veaPara la política y la religión, Baron siempre tiene algo que decir. Aunque nuestro héroe parece tener fuertes convicciones morales, a través de su tío, el sacerdote, o los soviets, el guionista demuestra el sinsentido de la imposición religiosa o laica frente a la apertura de creencias. Y mientras Tyrone nos va dando muestras de una capacidad muy superior a cualquier político actual, su secretario Swerdlow se hunde poco a poco en la corrupción bajo una fachada de cumplimiento estricto de la ley.Rude vuelve en The Search, dónde asistimos a los primeros pasos en el camino de venganza de las tres hermanas huérfanas, cortesía de Nexus, y el famoso molino de gravedad, que amenaza con tragarse el sistema solar. Pero es en los dos episodios siguientes, más cerrados, donde el dibujante se siente descansado y prueba a dejarse llevar con composiciones más arriesgadas pensando en la página como un todo y un trazo mucho más simple pero preciso.Smith vuelve y se deleita en el intento de captura de Kreed, una victoria pírrica pues el asesino decide entregarse a las autoridades marcianas para pagar por sus pecados. Mientras que Nexus, The Hammer y de nuevo Badger deciden volver al mundo en forma de cuenco para intentar controlar el agujero negro. Esta parte es, por tanto, dominio y disfrute de Rude. Smith intercala la gira intergaláctica de Mezz para darle un respiro al dibujante estrella, que vuelve para el número 50.En este maravilloso especial se cierran algunas tramas bajo un ritmo endiablado y se abren otras, como es menester. Nexus salva el sistema solar, Kreed se suicida ante la posibilidad de que Horatio consiga su perdón y las hermanas contactan con el Merk. Tras éste, Smith se quedará por una temporada, que comienza con las elecciones de Ylum, unos jugosos comicios enmarcados por el ataque total de otra víctima tangencial de Nexus buscando venganza, a la vez que Horatio renuncia a sus poderes.Rude estaba en realidad entregado a la miniserie de cuatro números The Next Nexus (septiembre a diciembre de 1988 y publicada en formato prestigio en 1989). Primera publicación fuera de la serie principal, aunque absolutamente imbricada en las tramas de la misma. Las tres hermanas, apellidadas Loomis (no sabemos si como referencia a uno de los ilustradores más influyentes de Rude, Andrew Loomis), obtienen los poderes de fusión y prometen ser más obedientes que el “descarriado” Nexus, pero lo que obtienen es la consciencia de la carga que soporta el portador. Sólo una hermana se salvará de un destino de muerte (la mayor) y locura (la menor).Mola milRude además dibuja por esa época las portadas del primer crossover de Nexus, la serie Crossroads (cinco números en 1988) de First Comics. En ella aparecían los más famosos personajes de la editorial; Sable, Badger, Grimjack, Dreadstar y por supuesto Nexus. Estaba escrita por Steven Grant, Mike Baron y Roger Salick y dibujada por diversos artistas como Cynthia Martin, Joe Staton, Shawn McManus y Luke McDonnell.Por cierto que también en esta época sale el primer spin-off de la serie dedicado al querido (por Baron y los fans, Rude no lo soporta) hilariator, Clonezone Special (marzo de 1989, en blanco y negro). Guionizado obviamente por Baron, dibujado por el autor de la mayoría de los complementos dedicados al humorista, Neil Vokes, y publicado por First… ¡junto con Dark Horse! Lo que resulta por tanto el primer acercamiento del universo de Nexus a la editorial de Mike Richardson.Perdón por el interludio, pues las elecciones son ganadas por Tyrone, que demuestra su verdadera implicación por Ylum, por encima de falsas promesas. Mientras el enemigo es eliminado gracias a la ayuda de Judah, Horatio descubre que la eterna expiación no es tampoco el camino. Acaba así la etapa de Smith y comienza un largo periplo, salvo contadas excepciones de Rude, de dibujantes menos capacitados (siendo benévolo).Entre Neil “Spider” Hansen, un novatísimo Adam Hughes (aún así lo mejor de la lista de lejos), Greg Guler, Tony Akins, Mark Heike, John K. Snyder III e incluso McDonnell (también un alivio), las tramas siguen su curso. La aventura de las Loomis sólo ha acuciado la locura del Merk, que se dedica a dar poderes a cualquiera. Tras un pobre candidato que dura un suspiro aparece Stalisnaus “Stan” Korivitski. Este pobre Nexus, cargado de buenas intenciones y férrea determinación, sufrirá lo indecible para cometer cada asesinato.Hay un nuevo Nexus en la ciudadSu periplo de sacrificios, culminado con el siempre indeseable tío de Hellpop, lo llevará a la locura. Tampoco ayuda la simpática pero encarnizada guerra capitalista entre el tejano Vooper y el robot Honest Crocus, ni el nuevo intento de redención de Horatio en otro planeta perdido. Pero desde luego lo que tuerce la balanza son los ultrarreligiosos Elvónicos. Stan sufre un colapso en pleno tempo de estos extremistas y termina cometiendo una masacre. Su caída a los infiernos ha comenzado. Es una etapa oscura en la que casi se celebra la falta de Rude, el cual no sabemos si hubiera sido capaz de mostrar la crueldad y violencia necesarias para el momento.Es una etapa ciertamente sombría que coincide con el Baron más macarra. Ya fuera de sus adicciones, el autor es capaz de entregar obras más introspectivas como Deadman: Love After Death #1–2 (1989–1990), pero son más definitorias de aquella época The Butcher #1–5 (1990) y el segundo volumen de The Brave and the Bold #1–6 (1991–1992). Rude sigue haciendo cosas muy sueltas, aunque dedica especial atención a esa joyita que es World’s Finest #1–3 (1990), motivo por el que abandona casi definitivamente la serie.Toma el arte desde entonces y con regularidad Hugh Haynes, el cual no es santo de mi devoción, pero al menos llega a pillarle el puntillo a la serie y, sobre todo, termina el baile de dibujantes. En los cómics, Elvon reencarnado (en realidad un ente cibernético) coquetea con Ursula, mientras Stan es descubierto como estudioso de los Guccis y sus caminos. Elvon la toma con Ylum y está a punto de destruir el planetoide, aunque aparece el Merk para salvarlos a todos. En pleno punto álgido reaparece Horatio (estaba en su tercera o cuarta búsqueda espiritual) y retoma el manto de Nexus.Stan siempre había discutido con el Merk por sus responsabilidades y poderes, con lo que busca una fuente alternativa en los “cerebros malvados”, una versión retorcida de las cabezas. El enfrentamiento entre ambos Nexus está servido, el cual es espectacular a más no poder, con la vuelta de Mishana, la menor de las Loomis, incluída. Stan es destruido hasta las cenizas, pero una nueva amenaza se acerca por el horizonte, nuestra querida Ursula, sedienta de poder.La verdad es que, en la última tanda, a Baron se le empieza a notar el cansancio… o la falta de Rude. Porque las típicas historias de un solo número ya no resultan tan carismáticas y redondas, aunque siguen apareciendo personajes tridimensionales y curiosas diatribas. En todo caso, estamos llegando ya a las ochenta castañas, no es moco de pavo. En la traca final, la mediana de las Loomis, que trabajaba de canguro para las hijas de Nexus, descubre los planes de Ursula y avisa a la caballería a costa de su persona. En la última imagen de este segundo volumen, vemos a Ursula aliarse con la poderosa Mishana.Es el final porque First ha gestionado mal la crisis de los 90 que acabó con muchas de las independientes más pequeñas. Al menos sabe salvar los trastos a tiempo y vender sus mejores franquicias a la compañía del caballo negro, que ya andaba desde hace tiempo en busca de la joya de la corona.Dark Horse (1991-1997)Los creadores del personaje empiezan con energías renovadas bajo el nuevo sello, que decide comenzar con una versión actualizada del origen del personaje para atraer al público. La idea no puede ser más acertada y el esfuerzo recompensado, porque la obra, Nexus: The Origin (1991), recibe tres Eisners en 1993; al mejor número unitario, al mejor escritor y al mejor artista completo. Para los fans españoles supone además la segunda oportunidad para disfrutar de la serie, pues Norma editorial se anima con la nueva franquicia de Dark Horse (aunque llegaría en el 1997).El éxito hace cometer un error a la compañía, que decide probar su estrenada posesión con una miniserie en la que no participa ninguno de los autores originales. Nexus the Liberator (Agosto-Noviembre de 1992), de Stefan Petrucha y John Calimee, es recibida tibiamente tanto por los fans (muy enfadados con ciertas licencias) como por la crítica. Hay que admitir que el guionista pilla el tono “Baron” al meterse con los líderes religiosos y el dibujante comienza imitando a Rude hasta conseguir su propio (y peor) estilo, pero lo más salvable son las portadas de Hughes, ahora sí en su apogeo.Lo que no se puede negar es que Richardson aprende la lección… ¡y de qué manera! El mandamás de Dark Horse decide ceder de manera totalmente gratuita los derechos del personaje a sus creadores. Un gesto desgraciadamente poco común en la industria, que los autores han agradecido con creces en más de una entrevista. Es más, Richardson se convierte a partir de entonces en un firme defensor de la franquicia y, si algún día vemos una película del personaje, será por su constante insistencia al respecto.Espoleados por ese regalo, comienza una etapa de enorme calidad que, para no caer de nuevo en los agotamientos de Rude, el cual además comienza a dar ideas argumentales, será dividida en miniseries. Éstas, pese a llevar títulos genéricos para cada una de ellas, pueden incluir los famosos números unitarios marca de fábrica de la serie, y harán avanzar los personajes como antaño entre unas y otras.Se abre la veda con Nexus: Alien Justice #1–3 (diciembre de 1992 a febrero de 1993), miniserie ya planteada antes de la caída de First, con un Rude soberbio y un Baron renovado. Y cambio de colorista después de tantos años, que ya se produjo en el Origin, por Noëlle Giddings. El número de abertura relata la necesaria pero dura vuelta de Dave a su planeta natal, Thune. El segundo es un nuevo intento del Merk de crear innecesarios Nexus, entre aliens, demonios y humanos desquiciados, todo esto mientras Ursula continua su plan de desestabilizar la Web para hacerse con el poder. En el tercero descubrimos un nuevo Merk, GQ, algo más cuerdo que el precedente, Drizripool, al que termina substituyendo. Mishana abandona a Ursula.Ese mismo 1993, Dark Horse se anima con una primera reedición de viejas aventuras en dos tomitos, llamada simplemente Nexus One y Two, que incluyen los 10 primeros números del segundo volumen. Curiosamente, hemos podido comprobar que, en los créditos de estos dos tomos en rústica, aún consta que los personajes son propiedad de la editorial, con lo que no está claro cuando fueron los derechos realmente cedidos a los autores originales. De hecho, por injerencia de la editorial (y placer de Rude, todo sea dicho, pues Russ Manning es otra de sus referencias), en 1993 también llega el crossover con Magnus: Robot Fighter, que no cuenta como canon.Para variar, Baron entra en fiebre creativa y, a falta de Rude, comienza a sacar spin-offs de Nexus dedicados a The Hammer, Hammer of God: Pentathlon en enero de 1994 con Neil Vokes al dibujo y Hammer of God: Butch #1-3 entre mayo y agosto de 1994 con el insufrible Shea Anton Pensa, y de Mezz, Mezz Galactic Tour (mayo de 1994) con el arte de Mike Vosburg. En ellos aparecen muchos de los personajes de este universo ficticio, aunque ninguno es imprescindible para seguir la serie madre.No contento con eso, Baron sigue con Badger, que también continúa a Dark Horse a base de miniseries, y además participa en la franquicia de Star Wars para la misma editorial. Eso sin contar que sigue haciendo cositas para DC, los capítulos de Showcase ’93 #6–11 (1993) dedicados al Pacificador, para el sello Epic de Marvel, Spyke #1–4 (1993), varias cosas para Valiant entre el 93 y 95, e incluso para Malibu, Bruce Lee #1–6 (1995–1996). Rude sin embargo se mantendrá fiel a nuestra serie favorita.Ésta sigue por medio de Nexus: The Wages of Sin #1–4 (marzo a junio de 1995), con el color de George Freeman. Los cuatro números son absolutamente independientes unos de otros, los tres primeros dedicados a casos específicos que debe afrontar Nexus (el último de ellos con esa sociedad igual y perfecta es quizá el más interesante) y un último muy humorístico dedicado a The Hammer y su pareja de siempre, Gladys. Por cierto, que con esta serie (también habían publicado Justicia Alien) terminaría por el momento la relación de Norma con Nexus. Sin embargo, Planeta nos daría una última sorpresa con la publicación del crossover de Nexus y Madman (1996 en USA, 1997 en España).Presentando a… PlexusPero los estadounidenses si disfrutarán de la siguiente serie, mucho más ligada a viejas y conocidas tramas; Nexus: Executioner’s Song #1-4 (junio a septiembre de 1996), con colores de Paul Mounts. Mishana reaparece en solitario como una poderosa fuente de gamberradas, mientras en Ylum se preparan para recibir las Olimpiadas número 493. Éstas sirven de nexo conector entre todos los números, el segundo dedicado al ajusticiamiento de viejos generales sovs compañeros del padre de Horatio. En el tercero aparece el muy interesante Plexus, que al contrario que nuestro “héroe” se dedica a rehabilitar a los criminales, y en el cuarto vemos a una multicapaz Sundra lidiar con los Juegos.La indiscutible calidad de esta mini la llevará a hacerse con el Eisner de 1997 a mejor equipo artístico para Rude. Sin embargo, la más breve Nexus: God Con #1-2 (abril y mayo del 97) se queda algo por debajo. No por valiente, porque a Baron no se le ocurre otra cosa que mezclar a los dioses de algunas de las religiones mayoritarias actuales con otros “inventados”. Pero a pesar de las muchas interesantísimas ideas que se dejan por el camino, la conclusión es algo simplista.Quizá porque el guionista sigue probando suerte en otras editoriales, como la miniserie Hawk and Dove #1–5 (1997–1998) para DC. Y atención, que Rude también se lanza con su propia creación como autor completo, The Moth, a través de Dark Horse Presents #138 (1998), cuya serie, The Moth #1–4 más especial, llegaría en el 2004. No contento con ello, para Marvel hace X-Men:Children of the Atom #1–6 (1999–2000) y Captain America: What Price Glory #1–4 (2003).Pero nos adelantamos, porque la última serie de nuestro protagonista dentro de Dark Horse es anterior, Nexus: Nightmare in Blue #1-4, de julio a octubre de 1997. En un atrevido blanco y negro y con un interesante juego a lo “Una Muerte en la Familia” de DC. En este caso, Nexus ofrece al público (tanto real como ficticio, entre la población de Ylum) votar cuál será su siguiente asesinato entre cinco dignos merecedores de tal ajusticiamiento. En un acertado giro, la madre de sus hijos, que se encuentra entre ellos y supuestamente es la más votada, terminará siendo la única que se salve. De maternidad va la cosa, porque Sundra anuncia que espera un hijo de Horatio.El nacimiento no lo veremos dentro de la editorial de Richardson, que contando cada una de las series ha llegado hasta el número 98 en el conteo absoluto de la serie de Nexus. Rude aprovecha la cesión de los derechos para lanzarse a la aventura en solitario. En términos amistosos con Dark Horse, como veremos en el futuro, nace el sello Rude Dude Productions.Rude Dude Productions (2007-2009, 2016) Dark Horse (2005-2016)La increíble cifra de los 100 números se alcanza dentro del propio sello de uno de los creadores, lo que lo convierte celebración, aunque pasa algo desapercibido (incluye, eso sí, un texto especial con la intrahistoria del personaje y su creación) dentro de una saga ciertamente fenomenal. Nexus: Space Opera (#99–102, julio-septiembre 2007 y en volumen en 2009) empieza trepidante, con una guerra de facciones religiosas en mitad de Ylum, que representa a pequeña escala lo que está pasando en toda la web. En puro apogeo, nace el nuevo hijo de Horatio. Sundra se verá obligada a matar a Ursula para que ésta, desquiciada, no lo asesine.Uno de los bandos religiosos muestra un radicalismo exacerbado y violento que sin embargo los medios de comunicación tapan y excusan, haciendo parecer a cualquiera que denuncie sus actos como irrespetuoso, censor y, por supuesto, fascista. Cualquier parecido con cualquier conflicto actual y sus provocadores es pura y dolorosa coincidencia. Es una lástima que la miniserie, que aporta controvertidos puntos de vista políticos y filosóficos, termine con una simple explosión de poder de Nexus, que elimina la amenaza de raíz al masacrar al líder religioso y toda su potencial sucesión.Pese a las dificultades que encontró Rude, el cual ha explicado en más de una ocasión que la auto-publicación es ciertamente una aventura cuesta arriba, la experiencia viene acompañada de necesarias reimpresiones. Empezando por un simple pero efectivo Nexus’ Greatest Hits! (2007), seguido por el ya celebrado y remasterizado Nexus: The Origin (2007), y acabando por el primer volumen y los primeros cuatro números del segundo en el tomito en blanco y negro titulado Nexus: As It Happened (2009).En todo caso, Rude disfruta del autobombo y se entrega por completo, contestando cartas de fans, ofreciendo pin-ups, incluyendo entrevistas, artículos y otros complementos. Se le nota el cariño por su criatura, por la experiencia editorial y por todo el proceso creativo, el cual describe con pelos y señales cada vez que tiene ocasión (os recomiendo sin duda pasearos por su web o su canal de YouTube).Sin embargo, como decíamos, la relación con Dark Horse no ha sufrido con la separación y en 2005 comienza la demandada reedición completa y cuidada de Nexus. Llamada Nexus Archives, esta edición definitiva en tomos cartoné de alta calidad llegaría hasta 12 tomos entre 2005 y 2011. Es la que comenzaría a imprimir Norma en 2007, que prueba suerte por última vez con nuestro héroe, pero sólo llegaría hasta el tomo 6 (número 39 de la serie original)… y ¡no hemos vuelto a saber nada de Nexus por estos lares! Ni aunque Dark Horse se lanzara a una segunda reimpresión en formato algo reducido y rústica, pero más accesible económicamente, entre 2012-2016, los 8 tomacos del Nexus Omnibus.Es más, sería dicha editorial la que sacara más material nuevo a través de su revista Dark Horse Presents. Entre los números #12–#14 aparecerían “Bad Moon Rising” and “Infestation” (2012), historias simpáticas y autoconclusivas en las que vemos crecer al pequeño y nos reencontramos con los personajes que tanto queremos. Las autoreferencias de Baron y el desgarbado estilo de Rude no las hacen sino más valiosas. En Dark Horse Presents #23–#26 y #29–#34 se publica “Into the Past”, algo más cruenta pero muy fantacientífica, persiguiendo un enemigo algo pesado, Clayborn, a través del tiempo. Todos estos capítulos serían compilados en el TPB Nexus: Into the Past and Other Stories, en 2015.Pero es Rude Dude Productions la que se lleva el gato al agua con un sueño largamente perseguido por Rude. Por medio de la plataforma Kickstarter consiguen la financiación para publicar las tiras periódicas del personaje. Ante la decadencia del medio (hablo en general de la publicación de tiras en periódicos, no de las excepcionales que aguantan, de calidad innegable), Baron y Rude publican en formato tabloide 7 números de Nexus: The Comic Strip (2016). Éstas se re-publicarían en un impresionante (de calidad y precio) estuche en 2021 e incluso por Dark Horse en un tomo más asequible como Nexus: The Newspaper Strips (2021).Las tiras contienen la aventura «The Coming of Gourmando«, un sosias de Galactus con su versión de Estela Plateada a juego. Pero lo entretenido de veras es ver como los autores juegan a la página diaria, con su puesta en situación al principio y su cliffhanger al final, como debe ser. Mientras que Rude se deleita con el diseño de página y ofrece uno de sus mejores trabajos, Baron no se queda corto consiguiendo que no resulte pesada la lectura de las mismas de un tirón… e incluyendo sus famosas citas en cada una de las páginas, esta vez con clara relación con la historia diaria.Sin embargo, el esfuerzo pasa factura. El positivismo de Rude choca con una de las fases sombrías de Baron. Parece ser que ya en “Into the Past”, Rude forzó y dibujó por su cuenta el final, que es de hecho sorprendentemente positivo. Posteriormente, durante las tiras, el dibujante toma cada vez más parte en los argumentos y guiones. Finalmente se produce, por primera vez después de 40 años, la ruptura entre los dos creadores. No es tan triste como parece porque es en buenos términos y, curiosamente, los aficionados no nos quedaremos sin Nexus. Todo lo contrario, lo tendremos por partida doble.La división (de 2021 hasta día de hoy)Al principio el cisma no se nota tanto, porque el primero que hace algo en solitario es Baron, pero lo hace en forma de novela y por tanto sin necesidad de artista; Nexus: A Novel (2021) de Wordfire Press LLC. Aunque de hecho es la misma historia de Gourmando, pero mucho más elaborada y rica en argumentos en detrimento de la Kirbyana amenaza. Aunque la verdadera puñalada llega con Nexus: Nefarious (2023), en la que Baron, bajo el amparo de Dark Horse, publica una aventura de cómic sin Rude. El substituto es un pobre Richard Bonk, que poco puede hacer para alejarse de la sombra del maestro. La aventura más simple no puede ser, además de algo aislada de su mundo y elenco, aunque llevan todas las marcas de identidad de su guionista.En respuesta, Rude se lanza en solitario como autor completo con Nexus The Newspaper Strips volume Two: The Battle For Thuneworld (5 números entre mayo y junio de 2024). Y hay que admitir que son mucho más fieles al personaje, a su universo… ¡y que no están nada mal! Rude se defiende muy bien al estilo de la página “dominical” y nos sigue deleitando con maravillosas narrativas, guiones entretenidos, personajes caracterizados (aunque digamos que ya tienen 40 años tras sus espaldas) y hasta con las citas. La edición además es de nuevo en grapa y a un precio casi regalado para las tiendas especializadas.Baron despierta y vuelve al furor creativo ante el cual Rude poco puede hacer con su habitual, aunque justificada, parsimonia. Decide salir de Dark Horse y con una desconocida BIG Comics publica Nexus: Scourge (2024) junto con el dibujante Kelsey Shannon, mucho más capaz y excelente portadista. La serie, que siguiendo un camino inverso al habitual, luego editaría Alien Books / Valiant Comics en dos grapas (entre 2024 y 2025), está mucho mejor construida y nos presenta una amenaza más creíble, a la vez que nos deja ver que el universo que acompaña al personaje también sigue ahí.Su nuevo despegue viene acompañado de mil ideas y personajes, así que con la misma BIG publica Florida Man (2021), Thin Blue Line (2022), Private American (2023), Bronze Star (2023) y hasta Florida Man vs. Hogzilla (2024). Decididamente imparable, promete volver a Horatio y su mundo y seguir con Nexus: Sacrifice, junto con Sergio Cariello en la primavera de 2026, y con Nexus: Triplets, con Shannon de nuevo a finales de ese año, aunque ya se ha distribuido un adelanto en digital que pinta muy bien.Y por su puesto el anunciado Nexus: Legacy, la edición definitiva que ha generado tanta expectativa como controversia ¿Será ésta la excusa para la reconciliación o supondrá la ruptura definitiva de una de las parejas mejor avenidas del cómic? Rogamos por lo primero y por mil aventuras más de esta saga río intergaláctica que tantas alegrías nos ha dado. Una que ha sido vertebral y casi única en las carreras de sus creadores.Cómo hemos cambiado…Puño en alto, vítores, Nexus sale en busca de justicia.