Dos mujeres vecinas del Polígono de Toledo, Lucía Caberta Marín y María del Carmen Olivares Tarjuelo, madres de niños con discapacidad, han denunciado la situación de discriminación que vivieron el pasado viernes en dependencias municipales del barrio, concretamente en el Centro Social Polivalente, donde acudieron a realizar unas gestiones. Allí, un funcionario municipal tuvo un «deplorable» comportamiento con sus hijos autistas, Lucas, de 7 años, y Jesús, de 17, quienes emitían los sonidos guturales propios del trastorno. Según han relatado las madres, acudieron a las oficinas municipales a solicitar unos documentos. No se conocían de nada, cada una iba a un trámite diferente, pero fueron acompañadas de sus hijos: Lucas, de 7 años y un 80% de discapacidad, autismo grado 3 (el máximo), grado 3 de dependencia (el máximo también), parálisis cerebral y sordera, además de otros diagnósticos. Y Jesús, de 17 años, también con autismo y déficit de atención e hiperactividad. Mientras solicitaban los documentos para cumplimentarlos, los niños emitían los sonidos guturales propios del trastorno. Fue entonces cuando, del despacho número 7, en el que se leía un cartel de 'coordinador' salió un funcionario y de muy malas formas dijo a los niños que se callaran. «Le explicamos amablemente que no podían callarse ya que tenían una discapacidad por la que era imposible que dejaran de emitir esos sonidos u obedeciesen ordenes que no comprenden, a lo cual, sorprendentemente, el funcionario respondió que le daba igual, que los sacáramos fuera, que era un coñazo tener un moscardón comiéndole la oreja y era insufrible , que que les dejásemos en casa, entre otras muchas desagradables expresiones refiriéndose a nuestros hijos«. Las madres de los niños con autismo trataron de explicarle que sus hijos no entendían y que no podían hacer que se callasen. «No me contéis vuestas historias, todos tenemos problemas», fue la contestación del trabajador municipal. La conversación duró un buen rato y fue muy desagradable, según aseguran las afectadas. Tanto que uno de los niños con autismo se desreguló debido a la tensión, aunque en ese momento agradecen las palabras de apoyo de algunos de los presentes y el buen trato de otros funcionarios de la ventanilla. «Ha sido tal nuestro dolor, rabia e impotencia como madres, la sentida en esos momentos por la falta de empatía e inclusión en unas dependencias municipales, que hemos decidido hacer pública la situación, ya que consideramos que estos tratos no deben darse a nadie, pero mucho menos a dos niños con discapacidad por parte de un funcionario público en un centro administrativo, y pusieron allí mismo una reclamación. Lo que estas madres pretenden relatando este suceso, es hacer ver a la sociedad que se habla mucho de inclusión, «pero estamos muy alejados de ella y es muy necesaria. No queremos que ninguna otra familia se vea en la situación que nos vimos nosotras y nuestros hijos con semejantes faltas de respeto y empatía y pedimos que se nos respete como a cualquier otra persona que va allí a realizar gestiones oficiales o a cualquier otro sitio y que funcionarios públicos en ejercicio de su cargo con nula empatía a la inclusión de personas con discapacidad erradiquen estos deplorables comportamientos», afirman. A estas madres les gustaría recibir una rectificación y disculpa por parte del funcionario, y que el Ayuntamiento de Toledo tome medidas para que no se den de nuevo situaciones como las vividas esta semana por las dos familias.