La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha inaugurado este lunes en el Museo de Bellas Artes de Sevillala exposición Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla, una muestra que reunirá durante los próximos doce meses diecisiete obras maestras de gigantes del Barroco como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán o Duque Cornejo. Por primera vez en tres siglos y medio, estas piezas salen de su entorno original en la Iglesia del Hospital de la Caridad.“La muestra exhibe por vez primera fuera de su ubicación original, desde que fuera concebido hace tres siglos y medio, una amplia selección del programa iconográfico pensado y encargado para esta institución benéfica por Miguel Mañara”, destacó Del Pozo en su intervención, acompañada por el hermano mayor de la corporación, Félix Arenado, la viceconsejera de Cultura, Macarena O’Neill, y la directora del museo, Valme Muñoz.Un recorrido cercano por el Barroco sevillanoSegún explicó la consejera, esta exposición supone una “oportunidad única para conocer estas obras, culmen del arte y la sensibilidad del Barroco, ya que podrán ser vistas de cerca y a la altura de nuestros ojos, desplegando unos detalles y matices que, a veces, son difíciles de observar en La Caridad”. Allí, muchas de estas piezas están situadas a distintas alturas o integradas en complejos retablos.Abierta hasta junio de 2026, la exposición está llamada a convertirse en uno de los grandes hitos culturales de la ciudad. Del Pozo aseguró que resulta “difícil no enamorarse del arte barroco cuando se visita esta exposición que convoca obras ejecutadas por maestros como Murillo, Valdés Leal y Roldán en la plenitud de su carrera”.Tres maestros, tres miradas, una misma visión espiritualLa muestra explora el completo programa iconográfico que Miguel Mañara diseñó para la iglesia del Señor San Jorge del Hospital de la Caridad, un conjunto monumental en el que pintura, escultura y arquitectura se integran para ofrecer un mensaje visual y espiritual propio de la Contrarreforma, en línea con el espíritu del Concilio de Trento.Organizada en tres bloques temáticos, la exposición se estructura en torno a la producción de Murillo, la contribución de Valdés Leal —incluidas sus célebres 'postrimerías' y un retrato póstumo de Mañara— y una tercera sección dedicada a las esculturas de Pedro Roldán y Duque Cornejo, concebidas para los retablos del templo.Entre las diez pinturas destacadas figuran siete de Murillo, como La multiplicación de los panes y los peces, Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos o San Juan de Dios transportando a un enfermo. Valdés Leal aporta sus inquietantes In Ictu Oculi y Finis Gloriae Mundi, así como un retrato de Mañara encargado tras su muerte por los propios hermanos de la Caridad.También se exhiben siete esculturas esenciales de la iglesia, como la Virgen de la Caridad —con policromía de Valdés Leal—, los ángeles lampararios de Duque Cornejo, el 'Ecce Homo' de los hermanos García y tallas firmadas por Pedro Roldán como el Cristo de la Caridad, San Roque y San Jorge.La conversión de Miguel Mañara: el arte como guía para el almaEsta exposición es, además, un viaje a la transformación vital de Miguel Mañara, figura clave del barroco sevillano. Tras la muerte de su esposa en 1661, Mañara experimentó una profunda conversión religiosa que le llevó a ingresar en la Hermandad de la Santa Caridad en 1662, y a convertirse en su hermano mayor un año después.Su ideario, recogido en la Regla de la Hermandad y el tratado Discurso de la Verdad, inspiró un programa artístico pensado como guía de vida y de salvación espiritual para los hermanos. Con ese propósito, Mañara reunió a los mejores artistas de la época, como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán y el retablista Bernardo Simón de Pineda, que ingresaron en la Hermandad para colaborar en este ambicioso proyecto.Gracias a esta exposición, Sevilla recupera y acerca al gran público una de las propuestas artísticas y religiosas más profundas del Barroco europeo, con obras que ahora pueden mirarse cara a cara, como en una conversación íntima con el alma del siglo XVII.