Una técnica química sorprendente y sostenible promete revolucionar la extracción de oro a partir de residuos electrónicos. Desarrollada por un equipo australiano, esta innovación no solo evita tóxicos como el cianuro, sino que podría convertir placas madre viejas en verdaderas minas urbanas. ¿El secreto? Un compuesto de limpieza y un polímero reciclable.