Cuando los almendros de la Quinta de los Molinos empiezan a brotar ya es primavera. Esas flores blancas pintan las ramas de los ejemplares más jóvenes. Los adolescentes van al toque y llenan parques y terrazas de esta ciudad a finales de febrero . Es cosa de los más jóvenes lo de hacernos al resto despertar de nuestro invierno para todo. Esa zona de Madrid tiene un paisaje imborrable, de cuadro eterno y viento de la sierra. Del conde de Arias pasó a manos de un arquitecto alicantino, Cesar Cort Botí, que fue comprando hectáreas mientras implementaba proyectos de ejecución. La zona de Arturo Soria, próxima al bosque de almendros, luce en casas de buena posición con atardeceres de recuerdos... Ver Más