Medio siglo después del final de la dictadura franquista, la extrema derecha española (y la catalana) atraviesa por su mejor momento y se frotan las manos de cara al próximo ciclo electoral. Alianza Popular primero y el PP después presumieron durante cuatro décadas de haber integrado en su seno a ese espacio político y haberlo llevado hasta la moderación, favoreciendo así que el voto a opciones ultras en España fuese residual. En Catalunya, ese papel 'catch-all' en la derecha lo jugó CiU, aglutinando también al ala más radical del nacionalismo. Eran aquellos años en que la derecha sacaba partido de su unidad electoral frente a la tradicional división del voto progresista entre el socialismo y una alternativa a su izquierda.Seguir leyendo....