Carmen Lence, CEO de Leyma y Leche Río:«Muchas veces hay más preocupación por el bienestar del animal que del ganadero»

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Hace algo más de cinco años que Carmen Lence se enfrentó a una decisión trascendental. Tras el súbito fallecimiento de su padre, Jesús Lence, fundador del Grupo Leche Río, la por entonces desconocida hija del empresario dio un paso al frente y tomó la riendas de la compañía familiar, volviendo a su Galicia natal tras años en el extranjero para mantener el legado a flote mientras la competencia intentaba ocupar parte del mercado tras el fallecimiento de Jesús. Y lo logró. Los últimos resultados de la compañía, los 2023, multiplicaron por cinco la facturación registrada antes de su llegada: 260 millones de euros en ventas con 348 empleados y 302 millones de litros de leche comercializados al año, que convierten al grupo en la sexta empresa láctea más importante de España. –¿Cuál es la situación actual del sector lácteo y los principales retos a los que se enfrenta? Por una parte, el sector hoy en día lo veo bien, con una rentabilidad menor al del conjunto de sector productivo, en el entorno del 2 y el 3%, pero con mayor volumen. Esto es muy positivo, y tiene que ser así, el hecho de que toda la cadena de valor gane dinero después de los años de la inflación en los que el sector sufrió muchísimo, pero que permitió que la leche dejase de utilizarse como un producto reclamo. ¿Cuál es el reto que vemos hoy? Pues que a pesar de ser un sector rentable, estamos teniendo problemas de relevo generacional. Una dificultad que suele enfocarse en que cada vez hay menos ganaderías, pero lo cierto es que las que hay son cada vez más grandes, eficientes, y en su conjunto, la producción de leche en Galicia a aumentado. También por factores como la genética de las vacas, su manejo, tanto aquí como en el resto de países con tradición lechera. Entonces, la cuestión es que hoy en día tenemos una media de edad en el rural de entre los 55 y 65 años y los ganaderos tienen dificultades para encontrar trabajadores, ese es el gran reto que tenemos. –¿La sostenibilidad sigue siendo una materia pendiente? Todos estamos trabajando en ello y es importante, como lo es también que haya un equilibrio. Actualmente tenemos una regulación de sostenibilidad ambiental tan estricta que está dificultando la sostenibildiad económica, y sin ella no hay sostenibilidad social y el campo rural seguirá abandonándose. Como vemos todos los veranos, los sitios donde hay más incendios es en las zonas donde hay más abandono de los pueblos. Hay que hacer las cosas con sentido. –¿Cómo han cambiado los hábitos de consumo de leche en España durante los últimos años? El consumo de leche estuvo perdiendo cuota de mercado durante muchos años con la entrada de las bebidas vegetales, que se vendían como un producto más saludable y medioambiental, pero estas cosas acaban cayendo por su propio peso. Lo que hay que tener es un discurso real. Una bebida vegetal es una bebida vegetal y el valor nutricional que tiene una bebida vegetal no tiene nada que ver con el valor nutricional que tiene una leche. ¿Cuántos bosques se tienen que destruir para hacer todas esas plantaciones de soja que requieren? A mí me parece muy bien que podamos escoger basados en información objetiva. Y ahora vuelve a consumirse leche entera, con nata, con todo, volvemos a los de siempre porque se ha demostrado con el tiempo que la leche de siempre funciona. –¿Cómo se ha avanzado en lo relativo al bienestar animal? El consumidor, en general, tiene una gran preocupación por el bienestar animal, y tiene toda la razón del mundo. Ahora bien, no podemos pensar que la vaca es un animal de compañía, doméstico, y esto es algo en lo que realmente tenemos que poner a la sociedad ante la realidad de las cosas. Hoy en día, el 85% de la población es urbana, la gran mayoría de segunda generación, y cada vez es más común que los niños pequeños no tengan abuelos o padres en el rural como en anteriores generaciones, lo que implica una menor contacto con el campo, una desconexión bastante grande, ya que su experiencia con animales es únicamente con domésticos. Cada verano se dan situaciones de quejas por ruidos de gallos, o el olor de las vacas, que demuestran que queremos adaptar nuestro mundo en la ciudad al rural y esto ha llevado a algo que a mí me parece injusto. Muchas veces hay más preocupación por el bienestar del ani mal que por el del ganadero. Y el ganadero no puede mantener a 60 vacas como animales de compañía, son animales de producción a los que cuidan y que tienen cuidados y atención veterinaria, porque es su medio de vida. –¿A qué se debe que el precio de la leche al por mayor sea más barato en Galicia que en el resto de comunidades autónomas? Esto debe ser, ya se que va a sonar un poco extraño, un motivo de orgullo para los ganaderos gallegos, que son muchísimo más eficientes que el resto. Aquí hay forraje, agua y un tiempo que acompaña que no se da en otros lugares. Los gallegos tenemos cien palabras para describir la lluvia, nuestra mayor bendición, aunque a veces nos quejemos. Pero, a parte de eso, los grandes centros de consumo están en Madrid y en el entorno del Levante, alejados de Galicia y la leche es un producto que viaja mal, porque tenemos muy poco margen al ser perecedero. Y el transporte cuesta dinero, algo que los ganaderos ven como algo que juega en su contra, pero yo lo miraría de otra manera, porque si las empresas lácteas que están más cerca de Madrid tuviesen el mismo precio que en Galicia muchas de las empresas se irían allí, ya que serían mucho más rentables. Pero si tú eres el más eficiente, los demás no podrán competir y entonces ya podrás subir el precio. Porque realmente, Galicia hoy es el 42% de la producción de leche en España. Bueno, pues cuando sea el 60% pondrá Galicia el precio. Y está en el camino de serlo, porque realmente es el único sitio donde está creciendo la producción, además de un poco en Cataluña.