Playas abarrotadas en la Antártida: el efecto TikTok llena de turistas el mundo de los pingüinos

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La escena es desconcertante. Tres militares españoles y dos periodistas de EL PAÍS, ataviados con aparatosos trajes de protección impermeables, llegan en zódiac a Caleta Péndulo, una playa con fumarolas procedentes de un volcán activo que sobresale en el océano Antártico y forma la remota isla Decepción. El hostil paraje, a temperaturas bajo cero pero con aguas termales, está lleno de turistas, como si fuera Benidorm. Sus teléfonos móviles graban vídeos verticales y los visitantes adoptan las poses típicas de Instagram y TikTok. Fondeado frente a la costa está el crucero de lujo Roald Amundsen —recién comprado por un consorcio de fondos de inversión de Londres y Nueva York— con unos 500 viajeros que han pagado unos 20.000 euros cada uno. Detrás de ese barco llega otro. Y, después, otro. El turismo masivo, que colapsa pueblos y ciudades de todo el mundo, también ha alcanzado el último continente virgen del planeta.Seguir leyendo