Cuando pequeños comerciantes y grandes compañías se cruzan, esa relación puede dar lugar tanto a potenciales desastres como a curiosas anécdotas. O, como en este caso, a ambas cosas. Atentos a la historia de 'Giving Pies', una modesta pastelería de San José (California), y de cómo Tesla y Elon Musk se cruzaron en su camino.Voahangy Rasetarinera, dueña y fundadora de Giving Pies, recibió un pedido inesperado: Tesla, el gigante automotriz dirigido por Elon Musk, les solicitaba 2.000 mini pasteles para un evento corporativo. Para una pastelería artesanal, este encargo representaba un reto logístico y una gran oportunidad económica. Confiando en la seriedad de la empresa, Rasetarinera y su equipo pusieron manos a la obra.El horno de Tesla no estaba para bollosLa cosa fue a más cuando, en vísperas de la entrega, Tesla duplicó el pedido hasta los 4.000 pasteles. A pesar de que la primera factura aún no había sido pagada, la empresaria decidió confiar en las promesas de su contacto en Tesla, una empleada llamada Laura, y seguir adelante con la producción.El equipo de Giving Pies trabajó contra reloj, invirtiendo en ingredientes adicionales y pagando horas extras a sus empleados para cumplir con la enorme demanda. Sin embargo, cuando se acercaba la fecha de entrega final, Tesla canceló el pedido sin previo aviso. En Xataka Cada día miles de personas se burlan sin saberlo de un imperio cuando desayunan. El responsable: el cruasán Dado que Rasetarinera había rechazado otros pedidos para priorizar el de Tesla, el cambio de planes dejó a su negocio sin fondos para cubrir los costos ya asumidos y sin respuesta por parte de Tesla sobre el pago pendiente. En resumen, Giving Pies quedaba al borde de la ruina.A Tesla se le amargaron las redes. Pero todo tuvo un dulce finalLa historia se propagó rápidamente tanto en redes sociales como en medios de comunicación locales: muchos criticaron a Tesla por su falta de responsabilidad hacia un pequeño negocio, mientras que otros se centraron en mencionar directamente a Elon Musk, para que tomara cartas en el asunto.Y, finalmente, el magnate respondió desde su cuenta en X, prometiendo resolver la situación: "Acabo de enterarme de esto. Vamos a arreglarlo". Poco después, Tesla se comprometió a comprar todos los pasteles que Giving Pies pudiera producir y a distribuirlos entre ONGs.Al final, el episodio le salió rentable a la pastelería: no sólo logró vender todos los pasteles que ya había preparado, sino que la publicidad generada por el incidente atrajo a nuevos clientes y consolidó su reputación en Silicon Valley. Hoy en día, Giving Pies sigue siendo proveedor de pasteles para grandes empresas tecnológicas.Imagen | Marcos Merino mediante IAEn Xataka | En Silicon Valley proponen el ayuno intermitente para adelgazar, la ciencia no lo ve tan claro (function() { window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {}; var headElement = document.getElementsByTagName('head')[0]; if (_JS_MODULES.instagram) { var instagramScript = document.createElement('script'); instagramScript.src = 'https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js'; instagramScript.async = true; instagramScript.defer = true; headElement.appendChild(instagramScript); } })(); - La noticia Tesla encargó 4.000 pasteles a una pastelería... que habría quebrado si Elon Musk no hubiera tomado cartas en el asunto fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .