«Ya estás muerta». Ese fue el mensaje que A. recibió el 5 de enero de 2023 , lo cual desencadenó en esta joven una situación de pánico que le llevó a dar un paso al frente para denunciar esta situación que venía sufriendo desde dos años antes. El autor de esa frase es presuntamente L. S. T., sin antecedentes penales, quien era antes de esos hechos su expareja y que, según el testimonio de la chica, no paró de amenazarla y de infundir miedo en ella tanto a través de redes sociales como en persona. El primero de los hechos denunciados por la víctima se remonta a 2021, cuando se produjo la ruptura de la relación de pareja de ambos . Por aquel entonces, según el escrito de la Fiscalía, el acusado se dirigió a ella con ánimo de humillarla, diciéndole: «Puta, zorra, que te follen, eres una puta». La cosa no se quedó ahí, ya que el día 30 de diciembre de 2022, en una nave, él agarró del cuello a su expareja y le dijo: «Que me la chupes, guarra, que me la chupes», sin llegar a conseguir su propósito. Al día siguiente, recoge el texto, el acusado envió a la joven a través de su cuenta de Instagram un mensaje en el que le decía con ánimo de amedrentarla: «Como estés fuera con otros, te voy a pegar a ti y al otro que entre contigo», provocando en la perjudicada una situación de desasosiego y temor. Ahora, dos años después, ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Toledo el juicio, a puerta cerrada por decisión de la Fiscalía, contra el acusado de todos estos hechos, que llamaba la atención por su juventud, al igual que la víctima, ambos casi recién entrados en la veintena de edad. En su declaración, L. S. T. ha negado todo, aunque reconocido su número de teléfono y su foto en la cuenta de Instagram desde la que se enviaron los mensajes amenazantes contra su expareja, pero dice que esa cuenta de dicha red social no era suya. Los testigos de la acusación han ratificado todos los hechos narrados y denunciados por la víctima, mientras que los testigos de la defensa, amigos de L. S. T., han negado todos los delitos que se le atribuyen. Entre ellos, un delito continuado de coacciones y amenazas en el ámbito de la violencia de género y otro por vejaciones. Por esos hechos, la Fiscalía pide para el acusado dos años de prisión, privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años e inhabilitación especial para el derecho del sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. Además, propone la pena accesoria de prohibición de comunicarse y aproximarse a ella a menos de 300 metros durante dos años por el delito de coacciones en el ámbito de la violencia de género y la pena de treinta días de localización permanente siempre en domicilio diferente y alejado del de la víctima por el delito leve de vejaciones injustas. Por su parte, la acusación pide nueve meses de prisión por un delito de amenazas, el mismo tiempo que pide por lesiones, coacciones y por violencia de género, mientras que pide dos años y un día por la agresión sexual en grado de tentativa. En total, cinco años de prisión, así como una indemnización de 22.000 euros para la víctima: 10.000 por daños morales y 12.000 por las secuelas psicológicas. Tras la sesión de este martes, el juicio ha quedado visto para sentencia, que todas las partes esperan que se conozca dentro de menos de un mes.