El Metrorio de Sevilla sigue dando pasos para ser más pronto que tarde una realidad. Ese sistema inventado por el ingeniero sevillano Agustín Salas por el que un metro se desliza por el agua ha dado otro paso en busca de ser un remedio eficiente para comunicar Sevilla con algunos de sus pueblos. Sería una alternativa sostenible, al funcionar con energía verde, para evitar los atascos de las dos rondas metropolitanas, la SE-30 y la SE-40, esta última sin desarrollar al completo aún.El Gobierno central ha concedido al proyecto una subvención de casi 700.000 euros para crear un gemelo digital que demuestre su eficacia y en ello está trabajando su gran impulsor, que no deja de buscar apoyos para que aquella idea que tuvo mucho antes de 2011, cuando lo patentó, vaya siendo algo tangible. Salas señala que hay "cuatro empresas muy importantes del sector, como Merina Meridional, que han invertido 1.300.000 euros en hacer un simulador digital para poder demostrar cuánta gente de verdad moviliza, cómo funciona y cuánto cuesta. El simulador no demuestra que el sistema funciona, sino la capacidad que tiene". Durante el mes de marzo debe tener finalizado el software, según el compromiso adquirido.Salas, señalando la última estación, en La Puebla. MAURI BUHIGASLa pasada semana se reunió con el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, junto a los directores generales de las empresas implicadas, para explicarle todo el desarrollo técnico que ya tiene el proyecto. "Le hicimos ver que ahora debe ser la Junta Andalucía la que tiene que llevar adelante esto. Todos los alcaldes del área metropolitana están conmigo y al alcalde de Sevilla le pareció una muy buena solución para algo que no tienen: la comunicación con los pueblos de la ribera. Ahora lo que hay es una carretera colapsada".La idea es hacer 25 estaciones, la mitad en el exterior y las otras en la ciudad. Según tiene pensado el ingeniero, el primer paso sería la línea exterior y ya lo ha hablado con el alcalde de Sevilla. "Va a hablar con la Junta con pedirle que vayamos adelante con la parte de fuera, la Línea 1 exterior. Necesitamos el piloto, que es construir un barco y una estación".El primer barco, según sus cálculos, junto con la primera estación puede costar entre 5 y 12 millones. Ya después los barcos se fabricarían en serie y cada uno puede costar unos 600.000 euros. La intención es vender el proyecto a otras ciudades del mundo como Londres, Nueva York o Sydney.El ingeniero, en Coria, otro punto importante del recorrido. MAURI BUHIGASUna de las ventajas de Metrorío es que las estaciones son móviles y Salas pone un ejemplo muy concreto: "En la Feria puedo poner tres estaciones allí y modificar la línea. Cuando sea Semana Santa puedo repartir cuatro estaciones más por distintos sitios. Podrías ir de la Macarena a la Puerta de Jerez en dos minutos, cosa que ahora no es posible".La idea del ingeniero es que cada barco entre dentro de la estación sin hacer ninguna maniobra ni echar un cabo. Todas las personas que esperan para entrar lo hacen en un andén mientras que las que están dentro saldrán hacia el otro. Así, el embarque de personas es mucho más rápido que el metro, donde hay que esperar a que todas bajen.Dos líneas ya diseñadasSe crearían dos líneas de transporte regular de pasajeros. Una urbana, por la dársena, y otra por la ría. Según lo tiene pensado el creador del proyecto, las paradas de la Línea 1 serían La Puebla del Río/Isla Mayor, Coria del Río, Gelves, San Juan de Aznalfarache, Camas y Santiponce. En la línea 2 se incluiría un intercambiador sur (esclusa), Z.A.L., Heliópolis, Las Delicias, Los Remedios, Puerta de Jerez, calle Betis, Reyes Católicos, Plaza de Armas, calle Baños, Alameda de Hércules, La Macarena, San Jerónimo e Intercambiador Norte.Salas cuenta con el respaldo de los alcaldes del área metropolitana. MAURI BUHIGASSegún el estudio realizado, el proyecto necesitarías de unas 25 estaciones y cerca de 50 barcos. No sería necesaria una gran obra, únicamente "la adecuación. Los márgenes en teoría no hay que tocarlos porque las plataformas son flotantes. O sea, obra civil gigante no hace falta. Solo faltan los accesos a las estaciones".Y uno de los puntos fuertes del proyecto es el sistema de atraque automático. Unas planchas de hierro que son neumáticas se bajan automáticamente cuando el barco entra en la estación y lo presiona en ambos lados para que se quede fijo. Ahora Salas ve algo más cercana la posibilidad de que cristalice su proyecto: "En todos estos años lo he mostrado a empresas e instituciones y siempre me han escuchado y me han dicho que era una gran idea, pero me pedían que volviera cuando estuviera más desarrollado. Y es lo que he hecho".