Porque yo soy el Señor tu Dios, yo agito el mar, y rugen sus olas; el Señor Todopoderoso es mi nombre. He puesto mis palabras en tu boca y te he cubierto con la sombra de mi mano; he establecido los cielos y afirmado la tierra, y he dicho a Sión: «Tú eres mi pueblo». Isaías 51:15-16 Señor Dios Todopoderoso, tus ojos velan sobre el mundo entero. Venimos ante ti acorralados por los males que todavía se aferran a nosotros. Refugia nuestras vidas en tus manos. Danos de tu fortaleza para vencer, incluso en sufrimiento y necesidad. Porque somos tuyos, oh Señor nuestro Dios. Has elegido a tu pueblo para fortalecerlo y liberarlo de todo mal. Te suplicamos que nos ayudes. Que podamos sentir tu presencia entre nosotros y que tu Palabra dé fruto en nosotros para la honra eterna de tu nombre. Amén. Artículos recientes de Plough Peter Hoover Veronika Löhans, misionera morava Todos sabían que podrían morirse en esas tierras lejanas. ¿Qué pasó? Leer Stephanie Ebert No existen dragones buenos ¿Debería leerle cuentos de terror a mis hijos cuando ya saben que el mundo no es seguro? Leer