La evolución del papel de la mujer en la agricultura europea

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En Europa, las líneas se están moviendo en el sector agrícola, donde, durante demasiado tiempo, las mujeres han trabajado a la sombra de sus compañeros hombres. Entre la resistencia y la evolución, repasamos el lugar de la mujer en el panorama agrícola.Las mujeres siempre han participado en la agricultura, pero su conquista de un estatus oficial, reconocido por las administraciones y la sociedad civil, fue un proceso largo y lleno de obstáculos. Su utilidad en el sistema agrícola no necesitaba ser demostrada. La Primera Guerra Mundial y las diversas guerras civiles (España, Italia, etc.) que marcaron la historia de Europa son un claro ejemplo del lugar estratégico que pudieron ocupar a lo largo de la historia. Pero tan pronto como terminaron los conflictos, fueron relegadas al segundo plano, invitadas, una vez más, a trabajar a la sombra del género masculino.Hasta principios de la década de 2000, las mujeres que trabajaban en las granjas eran consideradas esposas de los agricultores, pero nunca agricultoras en pleno derecho. No aparecían en ninguna estadística oficial. Ausentes de un estatus legal y simplemente consideradas “cuidadoras familiares”, no tenían derechos sobre la granja familiar dirigida por su esposo.“Para otras mujeres en las zonas rurales, pueden ser secretarias, enfermeras, vendedoras, peluqueras. Tienen un estatus definido y reconocido. Cuando las mujeres trabajan en una granja junto a sus maridos, no tienen derecho a ningún reconocimiento profesional y son clasificadas en las estadísticas como inactivas”, explica Marie-Thérèse Lacombe en su libro ¡Pioneras! Mujeres en la Modernización del Campo de Aveyron desde 1945 hasta la Actualidad (ed. Rouergue, en francés).En Francia, para los primeros avances notables sobre el tema, tuvimos que esperar hasta 1985, fecha de la creación de la EARL (Empresa Agrícola de Responsabilidad Limitada), que permitió a los cónyuges formar asociaciones mientras individualizaban sus tareas y responsabilidades. En Valonia (Bélgica), hubo que esperar hasta 1990 y la creación del estatus incompleto de cónyuge colaborador para obtener un reconocimiento legal relativo. “El estatus para la profesión de agricultora no apareció de repente, gracias a un decreto impulsado por el legislador. No, se construyó poco a poco, reforma tras reforma. Para obtener el título de ‘cónyuge colaborador’ de los agricultores, se necesitó 40 años de lucha por la paridad”, explica Marie-Thérèse Lacombe.Mujeres agricultoras en España. Foto de Isabel Salcedo.En 2021, según datos de la Comisión Europea, las mujeres representan alrededor del 30% del total de la fuerza laboral en la agricultura, la silvicultura y la pesca. Sin embargo, existen diferencias notables entre los países. Por ejemplo, en Austria, el 40% de la fuerza laboral agrícola está compuesta por mujeres, en comparación con solo el 15% en Irlanda. Los datos también muestran que alrededor de un tercio de las explotaciones agrícolas en la Unión Europea están gestionadas por mujeres. En Francia, en 2020, el 26% de las explotaciones agrícolas estaban gestionadas o cogestionadas por mujeres, en comparación con solo el 8% en 1970. En Italia, en 2010, el 31% de las explotaciones agrícolas estaban gestionadas por mujeres (de Fortalecimiento del papel de las mujeres en las áreas rurales y agrícolas – Obstáculos y oportunidades, artículo 9).“El aumento en el número de mujeres al frente de explotaciones agrícolas se debe en gran parte al creciente número de mujeres que no provienen de un entorno agrícola y que están estableciendo negocios, así como a la llegada de neo-campesinas al campo francés”, nos explicó Sixtine Prioux, responsable del programa de mujeres y agricultura en Francia para la red CIVAM (Centros de Iniciativas para la Promoción de la Agricultura y el Medio Rural), en una entrevista que nos concedió en 2022.Al mismo tiempo, el número de mujeres en la educación agrícola está aumentando, mientras que “las agricultoras tienen un nivel de formación superior al de sus homólogos masculinos”, según una encuesta francesa de Agreste, el Departamento de Estadísticas y Prospectiva del Ministerio de Agricultura y Alimentación de Francia, realizada durante el censo agrícola de 2020. Las mujeres suelen tener trayectorias más diversas y un enfoque distinto sobre la actividad que los hombres. “Estamos viendo más instalaciones de agricultura ecológica entre las mujeres”, continúa Sixtine Prioux, antes de añadir, “las mujeres están detrás de muchos cambios en las explotaciones agrícolas, especialmente en lo que respecta al equipamiento, que, dicho sea de paso, no es más adecuado para los hombres que para las mujeres y sobre el cual toda la ergonomía debería ser repensada”.Carole, de la explotación agrícola Scoumont, en Bélgica. Foto de Stéphane Gartner.Debido a su creciente número y reconocimiento, la situación está mejorando, pero el panorama está lejos de ser idílico. Las cosas ciertamente están cambiando, pero algunas agricultoras todavía se enfrentan a obstáculos y dificultades, ya sea en la formación, en el establecimiento de sus negocios o en el ejercicio de su profesión. En Francia, la remuneración de las agricultoras es un 29% más baja que la de los hombres, un 25% más que en otros sectores. Además, la pensión media de las agricultoras es de 570€ al mes, frente a los 840€ de los hombres.El reto para los próximos años es transformar la percepción de toda la sociedad civil sobre las mujeres agricultoras y poner fin a las desigualdades salariales y los comentarios discriminatorios que aún suelen marcar el día a día de las mujeres agricultoras en Europa.Autora: Jill CousinFoto de portada: Isabel SalcedoCet article La evolución del papel de la mujer en la agricultura europea est apparu en premier sur ¡Sí! El blog de ¡La Colmena Que Dice Sí!.