El clásico que se come a 'Nosferatu' es una joya atemporal que no envejecerá jamás

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Dirigida por Francis Ford Coppola, esta fiel adaptación de la novela de Bram Stoker ofrece una visión única e impactante de la historia del vampiro más famoso de todos los tiempos. Se ha hablado mucho de Nosferatu en los últimos meses, que ha resultado ser un grandioso remake del clásico de 1922, pero podríamos aplicar aquel popular refrán de "quien no conoce a Dios, a cualquier santo le reza", porque aquí tienes la verdadera cumbre (moderna) del cine de terror gótico.El elenco es brillante, en especial Gary Oldman como Drácula, cuya interpretación se convierte en el alma de la película, y de hecho le valió un Premio Saturn en 1992. En términos generales, la película se llevó el Oscar a mejor vestuario, maquillaje y efectos sonoros en el mismo año, además de una grandísima acogida en las principales webs de reseñas del sector: tiene un 69% y 79% de aceptación de los críticos y la audiencia de Rotten Tomatoes. Pero eso no es todo, porque la cosa mejora todavía más en las plataformas de IMDb y FilmAffinity, donde recibe un merecidísimo notable alto.La historia de vampiros que se convirtió en una leyenda del cineSigue la historia de Jonathan Harker (Keanu Reeves), un joven abogado que viaja a Transilvania para ayudar al conde Drácula (Gary Oldman) a adquirir propiedades en Londres, pero al llegar descubre su naturaleza vampírica. Cuando este descubre una fotografía de la prometida de Harker, Mina Murray (Winona Ryder), ve en ella la reencarnación de su amada esposa Elisabeta, fallecida en el siglo XV. Entonces, Drácula decide viajar a Inglaterra para reclamarla, desatando una serie de eventos sobrenaturales a la par que inquietantes. Por otro lado, tenemos al profesor Abraham Van Helsing (Anthony Hopkins), quien lidera la lucha contra el vampiro para salvar a Mina y destruir al conde.Una interesante curiosidad de la película es que, para crear una atmósfera tensa, Coppola hizo que Reeves y Oldman apenas se hablaran fuera del rodaje, sumado a que Oldman estudió la obra completa de Vlad el Empalador y hasta contrató a un profesor de canto para dar una cualidad más siniestra a Drácula. Por otro lado, el director utilizó efectos especiales prácticos en lugar de digitales para dar una sensación más teatral y gótica: desde la dramática iluminación hasta los decorados o los trajes extravagantes. Por no hablar de las paredes que se mueven gradualmente hacia dentro para generar claustrofobia al espectador.Si te consideras amante del séptimo arte y todavía no has visto Drácula de Bram Stoker, lo tuyo es de juzgado de guardia. No obstante, tienes la oportunidad de enmendar tu error si cuentas con suscripción a Movistar Plus+, la plataforma de streaming de Telefónica, donde podrás disfrutar de este clásico del cine de terror durante 130 minutos.El artículo El clásico que se come a 'Nosferatu' es una joya atemporal que no envejecerá jamás fue publicado originalmente en Andro4all.