Durante siglos, los secretos de los rituales dionisíacos han permanecido ocultos. Ahora, un descubrimiento en Pompeya ha sacado a la luz una sala de banquetes con frescos únicos, que muestran una procesión en honor a Dioniso. Sus figuras, casi humanas, parecen moverse en un friso monumental que podría cambiar lo que sabemos sobre la vida y la espiritualidad en la Antigua Roma. ¿Qué revelan estas pinturas sobre un culto reservado solo para iniciados?