Una de las certezas que dejó 2024 es que la economía española, en un momento marcado por las tensiones geopolíticas, avanzaba a gran ritmo. La prueba de su colocación como una locomotora engrasada la dejó, entre otras, una entidad como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la misma que en su última estimación señaló que España sería el país que más crecería tanto en 2024 -cerrando con un alza del 3%- como en un 2025 para el que estimaba un auge del 2,3%. Un contraste claro, además, con el 0,8% y 1,3% de crecimiento que el organismo estimaba para 2024 y 2025, respectivamente, en la zona euro. Sin embargo, una vez se supera el siempre llamativo dato macroeconómico, una duda surge en el horizonte. Y esa no es otra que si este progreso tiene bases sólidas para seguir avanzando o, más bien, unos pies de barro cuya fragilidad acabará con una caída como la vivida en épocas no tan lejanas. Y más en un momento marcado por unos ataques arancelarios de Donald Trump que amenazan con hacer temblar los cimientos económicos.Seguir leyendo....