Fueron una de las empresas que salieron ganando de la pandemia. O, más bien, del interés por la cocina que trajo el confinamiento. Sin embargo, cuando todo fue volviendo a la normalidad, no hubo forma de sostenerlo. "Quizás no se trajo toda la innovación necesaria o la estrategia comercial no acabó de funcionar", elucubran ahora desde Lékué. La cuestión es que a finales de 2021, esta marca catalana conocida especialmente por sus estuches de plástico para cocinar al microondas terminó comprada por la holandesa Brabantia, la de los cubos de basura redondos con pedal y otros menesteres para el hogar. Esta compañía atajó la crisis cerrando el almacén de La Llagosta (Vallès Oriental) lo que se tradujo en 15 despidos, abortando el deseo de la antigua propiedad de traer la fabricación de China a Barcelona, y fichando a una nueva directora general. Y, ahora, superada esta fase, es momento de volver a crecer.Seguir leyendo....