De Errejón a Monedero, los fallos de partidos feministas ante los casos de violencia sexual

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Podemos es tajante: el partido escuchó a las víctimas, respetó sus decisiones y apartó a Juan Carlos Monedero cuando llegaron al seno de la formación testimonios de violencia sexual. Este jueves, después de que trascendieran las conductas machistas ejercidas presuntamente por el cofundador, fuentes internas del partido se apresuraron a reconstruir los hechos y explicar las decisiones tomadas hace ahora casi dos años. Públicamente, el silencio se prolongó durante las horas críticas. Hasta este viernes: las principales voces del partido avalan la actuación del partido y cierran filas alrededor de las decisiones tomadas. A primera hora del viernes, Ione Belarra, secretaria general de Podemos, respondió ante los micrófonos a las preguntas de los medios de comunicación. Su defensa se sostiene en tres pilares: Podemos "actuó con diligencia" y siempre "dando prioridad a las víctimas"; el partido fue ejemplar en comparación con la dinámica tradicional de "proteger y garantizar impunidad a los hombres con poder" y además "hay muchísimo interés en contar que Podemos siempre lo hace todo mal". Belarra aseguró que su equipo hizo "lo que tenía que hacer y lo volveríamos a hacer todas las veces que fuera necesario" y añadió que el partido "siempre" va a "actuar correctamente en estos casos" porque "construir una organización en la que las mujeres se sientan seguras es una absoluta prioridad".En la misma línea se expresó, poco después, la eurodiputada y exministra de Igualdad, Irene Montero: "Demasiadas veces ante la violencia sexual es habitual mirar para otro lado y a muchos hombres se les aparta solo cuando todo se hace público. En Podemos hemos actuado para dar respuesta a las mujeres y que la organización sea un lugar seguro, no para frenar un escándalo mediático". Al filo de las 11:20 horas, la exministra participó en el programa El Tablero para apuntalar la misma idea. Cuando Podemos tuvo constancia de los hechos, actuó: "Es lo que hay que hacer y ojalá esto sea la norma", asintió. No se inició ninguna investigación interna y no se comunicó al presunto autor de los hechos el motivo de su distanciamiento con el único propósito de "proteger" a las víctimas, argumentó la exministra. Montero defendió además la eficacia de sus protocolos, donde se garantiza "la seguridad de los canales de comunicación y la confidencialidad, también la formalidad de esas comunicaciones". Según ha explicado el partido, la recepción de las quejas internas no derivó en una investigación a fondo porque las víctimas no rellenaron un formulario para formalizar la denuncia. El partido no ha tratado de excusarse y no ha creído necesario hacer autocrítica, sino que ha optado por sacar pecho de lo que considera una respuesta ejemplar, capaz de reparar a las víctimas y apartar a los agresores. Aunque fuentes del partido reconocen en privado que existe un debate de fondo que invita a repensar el modo en que se hicieron las cosas y la posibilidad de hacerlo mejor, en público defienden sin matices que los pasos andados han sido siempre los correctos.El partido activó toda la maquinaria el mismo jueves, en el momento en que los hechos aterrizaron en los medios de comunicación gracias a una exclusiva de elDiario.es. Lo hizo de forma discreta y sin hacer mucho ruido, dando las explicaciones requeridas pero sin declaraciones públicas. El viernes llegó el turno de las líderes políticos de la formación, quienes dieron un paso al frente para poner todas las cartas sobre la mesa. Exhibieron un discurso cuidadosamente perfilado, pensado para poner el foco en los esfuerzos que hizo la formación para resolver la crisis interna antes del escándalo mediático. Ahí incidieron pretendidamente las representantes de la formación morada: en la resolución del problema internamente y poniendo por delante las necesidades de las víctimas, anticipándose al impacto en los medios.La insistencia en este extremo es a todas luces una referencia a la reciente gestión política de Sumar ante los testimonios contra Íñigo Errejón. El pasado 22 de octubre de 2024 la periodista Cristina Fallarás publicó en su cuenta de Instagram la denuncia anónima de una mujer que describía su experiencia con "un político muy conocido" residente en Madrid. Lo calificaba de "maltratador psicológico" y "monstruo", detallando prácticas sexuales violentas. En los comentarios, no tardó en aparecer el nombre del entonces portavoz parlamentario.El próximo paso llegó dos días después. El exdiputado publicó una carta en sus redes sociales anunciando su dimisión. La misiva estaba plagada de ambigüedades y en ningún caso mencionaba las acusaciones de violencia sexual que aquellos días habían comenzado a emerger a su alrededor. En el mensaje, el exdirigente admitía haber llegado "al límite de la contradicción entre el personaje y la persona" y reconocía que subsistir en la primera línea política le había llevado a "una forma de comportarse que se emancipa en ocasiones de los cuidados y la empatía".Casi una hora y media después, Sumar se pronuncia por primera vez y emite un comunicado en el que explica que mantiene abierto un proceso para recabar información sobre las declaraciones que se habían vertido sobre Iñigo Errejón. "Desde Sumar aspiramos a construir una sociedad y una política feminista y eso requiere un compromiso firme en todos los ámbitos", afirmaba el grupo.Pero a última hora del jueves, los acontecimientos se precipitan: ya no se trata solamente de denuncias anónimas, sino que la actriz Elisa Mouliaá presenta una denuncia formal ante la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional. "Me agarró fuertemente del brazo y me llevó por la fuerza durante unos seis metros, por un pasillo, hasta introducirme en el interior de una habitación de la casa", relataba la actriz. "Comenzó a besarme y a tocarme sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos".El sábado llegan las disculpas. Sumar convoca entonces una rueda de prensa en la que reconoce que los mecanismos del partido fallaron para prevenir y actuar sobre el caso de violencia machista. Y anuncia cuatro medidas: continuar con el procedimiento interno para esclarecer cualquier hecho contrario a sus valores feministas; establecer canales y mecanismos de protección para las afectadas; poner en marcha protocolos antiacoso y desarrollar un programa formativo sobre violencias machistas. En el centro de esta comparecencia pública, sí sobrevuela una idea similar a la que defiende ahora el partido morado: "En el momento en que tuvimos la información actuamos con contundencia", en palabras de Ernest Urtasun, portavoz de Sumar y ministro de Cultura.Y sin embargo, no fueron pocos quienes hablaron de un secreto a voces. Es de hecho la clave que atraviesa a ambos casos: el rumor constante, la idea de que todo el mundo lo sabía pero nadie hizo nada. En el caso de Íñigo Errejón, la certeza de que sus compañeros podían sospechar del exdiputado se sostuvo en un hilo publicado hace un año en redes sociales, difundido por una joven que dijo sufrir una agresión machista basada en tocamientos no consentidos en un espacio de ocio nocturno. La autora del hilo aseguraba además que días después de lo sucedido recibió una llamada de Loreto Arenillas, diputada de Más Madrid y amiga del político, que se presentó como "mediadora" y le pidió disculpas en nombre del exportavoz. También reveló que Arenillas le instigó a que no contara lo ocurrido por el "escarnio público" que pudiera provocar. Tras la publicación de aquel testimonio anónimo en junio de 2023, Sumar no hizo ninguna declaración y el caso quedó sepultado por el silencio. Hasta un año después, con la dimisión de Íñigo Errejón. Las redes sociales no tardaron en recuperar aquel episodio, con efectos inmediatos: Más Madrid cesa a su diputada el 25 de octubre de 2024. Pero la parlamentaria recurre y la Comisión de Garantías del partido revoca la decisión en diciembre. Arenillas defendió en todo momento ser víctima "de una inmensa campaña de mentiras". El 28 de octubre, Rita Maestre, Manuela Bergerot y Mónica García, líderes del partido regional, piden disculpas públicamente y aseguran que de haber conocido lo episodios de violencia revelados, habrían actuado.En cuanto a Juan Carlos Monedero, la formación morada presume de haber actuado con inmediatez y diligencia. Cuando en septiembre de 2023 el partido tiene conocimiento de dos casos, uno vía correo electrónico y otro denunciado de forma verbal a la dirección, la decisión que toma es ofrecer a las víctimas una vía de denuncia formal siguiendo el protocolo antiacoso vigente en la organización. En el primero de los casos, se solicita a la víctima que complete un formulario para iniciar el procedimiento, pero nunca responde, así que la investigación no llega ni siquiera a una fase embrionaria. En el segundo, la voluntad de la víctima pasaba por apartar al cofundador de cualquier acto vinculado al partido.Y Podemos insiste en que así se hizo. Monedero no tenía ningún cargo orgánico y de hecho había dimitido en mayo de la dirección de la Fundación República y Democracia, el único cargo ligado al partido que mantenía. Su dimisión no fue pública hasta septiembre, coincidiendo con los dos testimonios de violencia sexual, pero el motivo de la demora estuvo relacionado con las convocatorias electorales de aquel año, señalan fuentes del partido. infoLibre ha podido acceder al acta que recoge la dimisión de Juan Carlos Monedero, fechada a 19 de mayo de 2023.Pero Monedero sí seguía siendo una figura relevante para el partido que había fundado hacía casi una década. Así que Podemos decide no volver a contar con él para ninguno de sus actos públicos. O así lo defiende la formación. Este viernes, laSexta desveló que el presunto agresor continuó participando en las decisiones de la cúpula del partido después del distanciamiento público, a través de mensajes con otros miembros de la directiva en el Consejo Ciudadano Estatal. Las conversaciones son de noviembre y de diciembre de 2023. El partido reitera que en todo caso apartó al cofundador de todos los actos del partido. En paralelo, elDiario.es publicó este viernes que otra denuncia había llegado a la cúpula del partido en 2016. Podemos, no obstante, dice no tener constancia.¿Cuáles son los pasos a futuro? Por el momento, al contrario que ocurrió con el caso del exportavoz parlamentario de Sumar, ninguna mujer ha denunciado ante la policía a Juan Carlos Monedero. Lo que sí hay abierta es una investigación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde el expolítico imparte clase, tras la queja formal de una alumna. Queda en el aire cuál será la respuesta del partido una vez se resuelva dicha investigación.Lo que sí ha confirmado la formación es que su cofundador mantiene actualmente su militancia. El régimen disciplinario recogido en los estatutos de Podemos contempla como medida cautelar la "suspensión de los derechos de afiliación" en determinadas situaciones, entre las que no se encuentra la constatación de comportamientos machistas o contra la libertad sexual. Sí lo permite "cuando se hayan producido otras situaciones irregulares o perjudiciales para la imagen de Podemos que, a juicio del Consejo de Coordinación, merezcan tal medida".