Ser hoy adolescente no es nada fácil; en realidad, no lo ha sido nunca. Los cambios biológicos y hormonales propician la aparición de tormentas emocionales, arrebatos impulsivos y alteraciones del humor, tan típicos de esta etapa evolutiva. El paso de la infancia a la vida adulta implica una modificación brusca de la imagen corporal que está ligada a la asunción de la identidad y orientación sexual. Es entonces cuando la persona empieza a crear un estilo de vida propio y a dotarse de un sistema de valores. Al resultar fundamental la aceptación por el grupo de iguales, la imagen corporal y el éxito social modulan la autoestima de los jóvenes. Asimismo, los cambios sociales y familiares vividos en las últimas décadas han adelantado la entrada en la adolescencia y han supuesto unos retos para la salud mental.Seguir leyendo