El papel del coordinador de intimidad en una escena de sexo en el cine: "Entender cuáles son los límites de comodidad"

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El dato es estremecedor, el 60,3% de las mujeres del sector del cine y medios audiovisuales asegura haber sufrido violencia sexual, aunque solo unos pocos casos han sido denunciados. El movimiento 'Me Too' allá por 2018 marcó un antes y un después y puso a funcionar el ventilador de los trapos sucios de Hollywood. El escándalo no solo se paseó por el paseo de la fama sino que se extendió a muchos países llegando a dar voz a testimonios dentro de las pantallas británicas, francesas, españolas, etc.El último caso ha salpicado a Kevin Costner. Devyn LaBella, doble de Ella Hunt en Horizon, ha denunciado al actor por presuntamente participar en una escena de violencia sexual no incluida en el guion y que se habría realizado sin su consentimiento ni los protocolos adecuados.Ella alega que se sintió ' expuesta, desprotegida y profundamente traicionada por un sistema que prometía seguridad y profesionalidad'. La versión de la otra parte es totalmente opuesta. El abogado de Costner define a LaBella como 'denunciante en serie' y añade que 'no tienen méritos de ningún tipo y se contradicen con sus propias acciones, así como con los hechos.'Precisamente para reducir el riesgo de que esto pueda ocurrir nace la figura del coordinador de intimidad, pero ¿en qué consiste? Desde la Newsletter de Antena 3 Noticias hemos hablado con Tábata Cerezo y Lucía Delgado, co-fundadoras de IntimAct, la primera agencia en España en este campo. 'La coordinación de intimidad nace alrededor de 2018 con el movimiento 'Me Too' en EE.UU. e Inglaterra. Ahí es donde se empieza a poner un poco el relieve que el consentimiento de los artistas es algo que se tiene que tener en cuenta y empiezan a escucharse casos donde había existido violencia en el rodaje de escenas íntimas. Haciendo un poco el paralelismo con la coordinación de acción, bajo la lógica que igual que en una escena de violencia siempre hay una persona coreografiando y asegurándose de que nadie se lleva un puñetazo, ¿por qué las escenas de sexo se dejaban un poco a la improvisación?' nos pregunta Tábata.Se ven como una especie de protectoras de la intimidad no solo de actores y actrices sino, en cierto modo, también de los personajes a los que representan y para ello el diálogo es fundamental, saber dónde están los límites ayuda a minimizar los riesgos.El trabajo de un coordinador de intimidad empieza en el momento en el que recibe el guion, el primer paso es hacer 'un desglose de las escenas íntimas. Con eso vamos a hacer muchas preguntas a la persona que dirige para entender cuál es su planteamiento sobre la secuencia. Después entrevistamos al reparto involucrado para entender cuáles son sus límites de comodidad, o sus límites personales, y vamos generando un terreno de juego en donde vamos diseñando, junto con los directores, estas escenas. En los ensayos es donde más trabajo se hace a nivel de diseñar esas coreografías y establecer pactos para luego acompañarlos durante todo el rodaje y asegurarnos que todo va según lo acordado, que el reparto está lo más cómodo que puede estar dentro de este rodaje y que lo que es contacto genital sucede de forma simulada', señala Tábata.Lucía le toma la palabra para pasar a hablarnos de los instrumentos de trabajo que tiene un coordinador de intimidad, ya que igual que un 'coordinador de acción pone rodilleras nosotras trabajamos con diferentes materiales para simular este contacto genital. Que por la cámara parezcan realistas cosas que nunca lo van a ser dentro del set'. Y para ello las expertas dedican buena parte de su tiempo ya que estas herramientas son muy diversas. 'Muchas veces los diseñamos específicamente para determinadas escenas, según necesidades que también nos marcan pues las propias escenas, directoras y directores los propios interpretes. Pero utilizamos desde prendas específicas, materiales muy similares a algunas protecciones genitales de deporte y versiones de eso mismo que construimos con diversos materiales más o menos flexibles, según nos lo pida la escena'.Escuchando a Tábata y a Lucía nos surge la duda, quizás obvia, de cómo se pactaban estas escenas hasta ahora. Puede que inconscientemente todos diésemos por hecho que desde el momento en el que un actor o una actriz, después de leer el guion lo acepta, da, en cierto modo, su consentimiento para todo lo que allí aparece, pero nada más lejos de la realidad. 'No, realmente no. Nosotras siempre vamos a tratar de que el consentimiento de los intérpretes se tome de forma continuada. No por decir que sí en un momento dado, ese sí queda secuestrado. A veces, en un guion nos encontramos: Marta y Alex tienen sexo. Pero, ¿eso qué es? porque si no se tienen conversaciones sobre cómo se va a rodar esa escena es muy difícil que una actriz consienta, ya que no sabe si eso va a ser un primer plano con un edredón que va a durar 5 segundos, o va a ser un plano secuencia que va a durar 10 minutos de desnudez integral con 15 posturas... entonces, es necesario que se genere ese canal de comunicación para que se den las conversaciones y podamos hablar de consentimiento informado y que pactemos desde todas las partes cómo vamos a hacer ese contenido, cómo vamos a trucar esas escenas, tiene que haber muchas conversaciones que es un poco lo que antes no sucedía, o no estaban tan claros esos canales de comunicación' apunta Tábata.Inevitable es también preguntarse si tanta 'coreografía' como ellas dicen no resta improvisación y química a unas escenas que el espectador quiere vivir como reales. Tábata lo tiene claro: 'Este es uno de los prejuicios que suele existir con la coordinación de intimidad, pero en la práctica no es real. A veces hablamos de coreografía y uno se imagina algo muy técnico. Lo que hacemos es establecer unos pactos y entender qué camino van haciendo esos cuerpos para entender la historia que estamos contando. Pero suele suceder al contrario, que al estar todo hablado, al entender qué zonas hay permiso para tocar y estar muy clara esa comunicación entre los intérpretes los cuerpos suelen estar más cómodos y también se ve una escena más relajada. Los actores se pueden concentrar en el personaje y no están pensando dónde tengo que poner la mano. Existe un terreno de juego, con una red de seguridad, que hace que al final todo el mundo pueda hacer su trabajo de forma más cómoda y que se den escenas más ricas, con más detalle y sentido narrativo'.Les preguntamos a las expertas cuál es esa película que no tuvo la figura del coordinador de intimidad y a ellas les hubiera encantado hacer. Ninguna de ellas tiene dudas, las dos coinciden en 'La vida de Adele' porque 'supuso un hito a nivel narrativo y habría sido fantástico que la experiencia de las actrices en set también fuera positiva', comenta Lucía.Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com