Martin Monperrus tiene estos apuntes dedicados a cómo almacenar datos digitales en papel, codificándolos en un formato imprimible y, en algunos casos, incluso legible por humanos. Se aplica un algoritmo para codificar y la versión inversa para descodificar.Hay varias formas de hacer esto y las que ha explorado incluyen: Codificación con caracteres (OCR). Son letras, números y otros caracteres codificados e impresos, usando base16, base32, base64, bip39 o bocr32 (esta última la ha inventado Monperrus para evitar problemas con la distinción entre «1», «l» y «7» por ejemplo). La ventaja es que son legibles, incluso sin escáner, pero tienen poca capacidad, entre 1 y 17 KB por página A4. Eso sí, los caracteres por OCR resultan muy robustos.Codificación por puntos en blanco y negro. Son básicamente códigos QR, que pueden almacenar hasta 70 KB en una página A4 si se usa un buen escáner. Usando otros como Optar o DataMatrix se obtienen otras densidades, hasta 100 KB por página.Codificación por puntos en color. Es como el anterior pero permitiría almacenar más datos (×3). Se pueden usar herramientas como Jabcode y Colorsafe, hasta unos 224 KB por A4. En la práctica se producen fallos en la decodificación aunque a veces se pueden corregir.Codificación artística o manual. Sí, puede hacerse, pero almacenan muy poco y requieren de infinita paciencia: los Artcodes y los códigos de Spotify escritos a mano serían un ejemplo.Todos estos métodos pueden requerir de una corrección de errores si lo que se están almacenando son datos en binario complejos que deben decodificarse de forma exacta y precisa. Algunos, como los QR, ya lo llevan incorporado.¿Hasta dónde se puede llegar? El máximo teórico es de 1,1 MB para una página A4 en la que cada píxel a 300 ppp (píxeles por pulgada) se usaran de forma óptima. Algo que está lejos de ser posible, ahí queda el dato.Como cuestiones filosóficas está el hecho de que los archivos guardados en papel pueden degradarse con el tiempo, ya sea por la tinta o por el propio deterioro del papel y como soportes alternativos podrían considerarse piedras, microfilms, piezas de Lego y otros materiales. Algo que puede resultar extraño pero viable en caso de contextos extremos, históricos o artísticos.# Enlace Permanente