Peatones, ciclistas y motoristas suponen el 65% de las lesiones graves por accidentes

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España registra una alta proporción de lesiones en peatones, ciclistas y motociclistas, que representan el 65% de las personas que quedan ingresadas después de un siniestro de tráfico. Así se recoge en el informe «Reducción de las lesiones graves en las carreteras europeas» elaborado por el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte junto con Fundación Mapfre y la DGT. El documento destaca que las lesiones graves, entendiendo como tales las que se saldan con un herido hospitalizado al menos 24 horas, son un aspecto crucial, aunque a menudo subestimado, de la seguridad vial. Si bien las muertes en accidentes de tráfico reciben una atención considerable, las consecuencias a largo plazo de las lesiones graves, como el dolor, la discapacidad y los costos sociales asociados, exigen una mayor consideración. Unas 1.291.000 personas sufren lesiones cada año en la Unión Europea debido a los accidentes de tráfico. La distribución de las lesiones graves entre los diferentes usuarios de la vía pública varía considerablemente entre los países. Como media, los ocupantes de vehículos representan el 35% de los heridos graves (el 24% son conductores y el 11% son pasajeros), mientras que los ciclistas representan un 25%. También existen notables diferencias de género en cuanto a las lesiones graves. En toda la UE, los hombres representan el 66% de las lesiones graves, mientras que las mujeres representan el 34%. La proporción de hombres con lesiones graves en la vía pública varía entre el 81% en Grecia y el 55% en Estonia. El informe destaca objetivos para reducir los fallecimientos y la gravedad de las lesiones, con medidas como gestionar la velocidad según el entorno de la carretera y la vulnerabilidad de los usuarios. Propone 30 km/h para vehículos motorizados en zonas residenciales y urbanas; 70 km/h en carreteras rurales sin dividir y una velocidad máxima de 120 km/h o inferior en autopistas. Propone también diseñar y mantener infraestructura que reduzca el riesgo de colisiones y minimice la gravedad de las lesiones y vehículos seguros, promocionando tecnologías de seguridad vehicular que eviten colisiones y protejan a los ocupantes y usuarios vulnerables de la vía en caso de accidente. Destaca la necesidad de fomentar el el uso del casco entre los ciclistas sin desalentar la práctica del ciclismo, y respecto a la atención posterior a un accidente, garantizar una respuesta de emergencia y atención médica oportuna y eficaz para minimizar las consecuencias de las colisiones.