Sucedió hace ya más de una década. Se marchaba, y por decisión propia, el mejor portero de la historia del Barça. El portero de las tres Champions (una con Rijkaard y dos con Guardiola). El de las paradas decisivas a Henry en París-2006, el mismo que sostuvo un delicado inicio emocional en Roma-2009 y aquel que exhibió manos de acero y pies de seda en Wembley-2011. Seguir leyendo....