«Las comunidades autónomas hemos puesto documentos y propuestas encima de la mesa y el Gobierno, los pinganillos». Con esas palabras afeó ayer el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, que el Ejecutivo nacional se haya preocupado más por los dispositivos para la traducción de las lenguas cooficiales durante la Conferencia de Presidentes que se celebra hoy en Barcelona que de llevar acuerdos a la cita con las autonomías. «El problema no es escucharse ni en que idioma lo hacemos, sino entendernos», recalcó el también consejero de Economía y Hacienda en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. En ese sentido, subrayó que Castilla y León se sentará con «voluntad de entendimiento», pero explicó que en el día de ayer, con tan solo 24 horas de antelación, no habían recibido ni un sólo texto por parte de la Administración central. Además, lamentó que tampoco se hubiera aprovechado la reunión preparatoria de la conferencia para avanzar. «Al ver que no tomaban la iniciativa, nos ha parecido oportuno hacerlo a nosotros», señaló el portavoz, quien reiteró que, con remite desde la Comunidad, el Ministerio de Política Territorial ha recibido ya propuestas formales en busca de acuerdos. Así para el «debate, aprobación y posterior seguimiento» desde la Junta se plantean temas como la financiación autonómica, la energía, infraestructuras ferroviarias o la escasez de profesionales sanitarios. Finalmente, todos los asuntos que proponían las comunidades del PP se han incorporado al orden del día porque «así lo ampara el reglamento», incidió Carriedo. «Por lo menos vamos a conseguir que se debata sobre los problemas reales de los ciudadanos», expresó con la confianza de que en el encuentro haya «voluntad de entendimiento» por parte del Gobierno más que de levantar un «muro» entre los españoles y que los posibles pactos que salgan de allí puedan tener también un «seguimiento». Sobre el hecho de que puedan utilizarse lenguas cooficiales en el encuentro y tras las críticas de dirigentes regionales como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguró que no le «molesta» la «traducción ni los pinganillos». «Lo que queremos es buscar la fórmula más adecuada para llegar a acuerdos», insistió. Acerca de la propuesta sobre vivienda que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que llevaría a la cita con los presidentes regionales, aseguró que tienen la «sensación» de que «no ha asumido quedar por detrás de las autonomías» porque este asunto podría haberse planteado en la reunión preparatoria y no lo hizo. Por otra parte, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, manifestó su «escepticismo» sobre la Conferencia de Presidentes, ya que la posición del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, será la que dicte el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ejerce una oposición «frontal y absoluta» a cada una de las medidas que se ponen encima de la mesa a parte del Gobierno de España. Por ello l lamó a la «responsabilidad» de Mañueco , y le encomendó que prime los intereses de Castilla y León por encima de los intereses partidistas del Partido Popular. «Esperamos que sea capaz de coger la mano que le tiende el Gobierno de España para poder solventar un problema que nos afecta afectando a todos y cada uno de los municipios y poder incrementar la dotación presupuestaria en materia de vivienda, que el Gobierno pretende triplicar», indicó, informa Ical.El portavoz de la Junta se refirió además a la manifestación que se celebrará el domingo en Madrid contra el gobierno de Pedro Sánchez y explicó que el Ejecutivo Autonómico no participará, pero sí estará a título personal «como ciudadanos» aunque tengan responsabilidades públicas el presidente de la Junta y del PP de Castilla y León, gran parte de los consejeros y él mismo porque, consideró, «es mucho lo que nos estamos jugando». Mientras, en las Cortes de Castilla y León, tras la reunión de la Junta de Portavoces, el portavoz de Vox, David Hierro, se refirió a la Conferencia de Presidentes para tacharla de «ridícula» ya que la consideró «un invento de Zapatero que Rajoy decidió mantener». Insistió, además, en que «en diez minutos que tiene cada presidente no se pueden plantear los problemas de los ciudadanos». «Es un ridículo y un engaño», zanjó. En el PSOE, Patricia Gómez se mostró convencida de que «las comunidades del PP no van a llevar cuestiones que interesan a los ciudadanos sino que sólo van a hacer oposición al Gobierno». Justo lo contrario de lo que opina el popular Ricardo Gavilanes para quien «vamos a defender lo que necesita Castilla y León».