Hace unas fechas, a propósito de apagón, Pedro Álvarez de Miranda llamaba la atención sobre la creatividad de los sufijos apreciativos. Es, en efecto, un espacio de la lengua en el que cristaliza la sensibilidad creativa, la ironía fina, el giro de sentido… Muchas de sus apariciones son flor de un día y desaparecen del uso con la cadencia de la moda. Otras se quedan . Todas merecen atención. Uno de los apreciativos de mayor rendimiento, pervivencia y variedad de sentidos es el diminutivo –ito . Su uso alterna dialectalmente con formas de semejantes valores, desde el tamaño hasta la cortesía, como ha estudiado Martín Zorraquino. Afectan a sustantivos ( doctorcito, ventanita, cielito, espejito… ), adjetivos ( lentito, finito, delgadito... Ver Más