El presidente de EEUU firma un decreto "para proteger a EEUU de terroristas" que restringe la entrada a los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, al tiempo que limita a los procedentes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y VenezuelaUn juez de EEUU ordena parar la deportación de la familia del acusado por el ataque con cócteles molotov en Colorado Para “proteger a Estados Unidos de terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública”. Esa es la coartada que agita el presidente de EEUU, Donald Trump, para firmar un decreto que prohíbe de forma generalizada la entrada, a partir del lunes, a personas procedentes de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Además, el decreto restringe y limita la entrada de nacionales de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela. Trump ha difundido un vídeo en el que vincula esta decisión al ataque del pasado domingo en Boulder, Colorado, donde un migrante egipcio lanzó cócteles molotov contra un grupo de manifestantes que pedían la liberación de los rehenes en manos de Hamás. En el decreto, Trump afirma que “algunas de las deficiencias en la gestión de identidad o en el intercambio de información me llevaron a imponer restricciones. Estas deficiencias son suficientes para justificar mi conclusión de que permitir la entrada sin restricciones de nacionales de los países mencionados sería perjudicial para los intereses de Estados Unidos. Sin embargo, revelar públicamente detalles adicionales en los que me basé para tomar esta decisión causaría un grave perjuicio a la seguridad nacional del país, y muchos de esos detalles son información clasificada”. “El reciente atentado terrorista en Boulder, Colorado, ha puesto de manifiesto los enormes peligros que representa para nuestro país la entrada de extranjeros que no han sido debidamente verificados, así como de quienes llegan como visitantes temporales y se quedan una vez expirado su visado”, afirma Trump en su vídeo, si bien el acusado aún no ha sido juzgado ni condenado: “No los queremos aquí. En el siglo XXI hemos visto un atentado tras otro perpetrado por personas con visado vencido procedentes de lugares peligrosos de todo el mundo, y gracias a las políticas de puertas abiertas de Biden, hoy hay millones y millones de inmigrantes ilegales que no deberían estar en nuestro país”. Trump sostiene que no va a “permitir que lo que ocurrió en Europa suceda en Estados Unidos”, sin explicar a qué se refiere exactamente, teniendo en cuenta que el mayor atentado terrorista de la historia, el 11-S, ocurrió en EEUU y bajo un presidente republicano: “Por eso, en mi primer día de regreso en el cargo, ordené al secretario de Estado que realizara una revisión de seguridad de las regiones de alto riesgo y que hiciera recomendaciones sobre dónde deben imponerse restricciones”. “Entre las amenazas a la seguridad nacional que se tuvieron en cuenta”, asegura, “figuran la presencia masiva de grupos terroristas, la falta de cooperación en materia de seguridad de visados, la incapacidad para verificar la identidad de los viajeros, la ausencia de registros fiables sobre antecedentes delictivos y las tasas persistentemente altas de personas que se quedan de forma ilegal tras expirar su visado, entre otras cuestiones”. Y concluye: “No podemos permitir una migración abierta desde países donde no sea posible verificar de forma segura y fiable a quienes quieren entrar en Estados Unidos”. “Por eso”, añade, “hoy firmo una nueva orden ejecutiva que impone restricciones de viaje a países como Yemen, Somalia, Haití, Libia y otros más. La severidad de las restricciones aplicadas dependerá del nivel de amenaza que represente cada país. Esta lista podrá ser modificada si se observan mejoras sustanciales, y también podrán añadirse nuevos países si surgen amenazas en otras partes del mundo. Pero no vamos a permitir la entrada de personas que quieran hacernos daño, y nada nos detendrá en nuestro empeño por mantener a salvo a Estados Unidos”. El veto migratorio es consecuencia de una orden ejecutiva firmada por Trump el 20 de enero, que instruyó a los departamentos de Estado y Seguridad Nacional, así como al director de Inteligencia Nacional, a elaborar un informe sobre las “actitudes hostiles” hacia Estados Unidos y determinar si la entrada desde determinados países supone un riesgo para la seguridad nacional. Durante su primer mandato, Trump ya había emitido una orden ejecutiva en enero de 2017 que prohibía la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. Fue uno de los momentos más caóticos y confusos de los primeros meses de su presidencia, explica Associated Press. A los viajeros procedentes de esos países se les impidió embarcar en sus vuelos hacia Estados Unidos o fueron detenidos a su llegada en aeropuertos estadounidenses. Entre ellos había estudiantes, profesores, empresarios, turistas y personas que visitaban a familiares y amigos. La orden, conocida comúnmente como la “prohibición musulmana” o el “veto migratorio”, fue modificada varias veces debido a recursos legales, hasta que en 2018 una versión fue ratificada por la Corte Suprema.