La persona que salvaría a Montse López estaba viva (y muy probablemente no sabía que iba a morir) el día en que ella le dijo por primera vez a periodistas de EL PERIÓDICO: "Soy Montse, tengo 43 años y estoy en lista de espera para un trasplante de corazón". Esta vecina de Lliçà d'Amunt (Vallès Oriental) padecía una enfermedad cardiaca genética que se llevó por delante la vida de varios de sus familiares, entre ellos, su madre y uno de sus hermanos. El día en que accedió a que el diario la entrevistase en su casa, llevaba dos meses en lista de espera para un trasplante. "Necesito un donante. Puedo ser la primera superviviente de toda esta saga genética", exponía. Es paciente del Hospital Clínic de Barcelona.Seguir leyendo....