Leire Díez, Aldama y Dolset, estrellas del 'reality' de los satélites chungos de la política

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Un histérico Aldama boicotea la aparición pública de Leire Díez, que no contó nada muy interesante, y acaba dejando claras sus intenciones: "Espero que el señor Feijóo haga lo que tenga que hacer" para acabar con el Gobierno de SánchezLeire Díez niega ser una emisaria del PSOE: "En ningún caso he trabajado en representación de nadie" 'Crónicas marcianas' y 'Sálvame' pusieron el listón muy alto en los años en que el espectáculo en la televisión incluía la posibilidad muy real de que algunos de sus protagonistas aparecieran partiéndose la cara en directo. Si la cosa no salía de forma natural, se preparaba para que se montara el pollo del siglo. Gritos, gestos histéricos, insultos, menciones no muy caritativas a la familia del otro... todo en beneficio del 'share' que no dejaba de crecer. Ahora que 'La familia de la tele' intenta sobrevivir con una versión más edulcorada y sin mucho éxito, la política ocupa ese nicho. O quizá habría que decir que se trata de los satélites más chungos que orbitan en torno a la política. Leire Díez compareció ante decenas de periodistas en la mañana del miércoles en un hotel tras generar una expectación parecida a la de un seleccionador de fútbol cuando da la lista de jugadores para el Mundial. Aspiraba a presentarse como “una periodista de investigación”, y no como una nueva versión de la chica 'la he liado parda' que protagonizó ese vídeo maravilloso en el que explicaba que se había equivocado con unos productos químicos de limpieza de piscinas y generado una nube tóxica en un barrio. Algo similar está haciendo Díez poniendo cara de 'no sé cómo me ha podido pasar esto a mí'. Hasta que apareció al final Víctor de Aldama interpretando el papel de Ruiz Mateos o Jesús Gil. Una vuelta a la España más loca de los noventa. Sólo faltaban las mamachicho. Cuando Aldama se encaró con Díez al finalizar su intervención, entró en escena el tercer hombre, el empresario Javier Pérez Dolset que estaba allí, según ella, “en calidad de amigo” y con el que estuvo en esas reuniones que han trascendido con las grabaciones. “¿Qué coño tienes contra mí?”, gritaba Aldama. Dolset lo apartó con el brazo y luego le empujó. El espectáculo prosiguió en los pasillos del hotel con los periodistas corriendo detrás de Aldama, dispuesto a continuar con el espectáculo. Pérez Dolset empuja a Aldama cuando intentaba acercarse a Leire Díez tras su comparecencia. Aldama, en libertad provisional después de haber sido detenido en la investigación de un fraude en hidrocarburos, quería reventar el acto de Díez, nada menos que para defender el honor de la Guardia Civil. “Dolset me ha empujado como un macarra”, dijo el que se había comportado como un macarra. Después, pasó a aleccionar a los periodistas en medio del tumulto: “¿No os dais cuenta de que es una pantomima? Ha mentido en todo”. Lógicamente, le preguntaban qué hacía allí. “¿Me amenazan de muerte y no me tiene que sentar mal?”, respondió excitado. De fondo, se oía a un reportero reírse: “Esto es la polla”. No cabe duda de que era un análisis certero. Aldama terminó saliendo del hotel acompañado de los periodistas, que no iban a soltar la presa al menos hasta que cogiera un taxi, aunque a estas alturas es fácil imaginarse lo que puede decir alguien como Aldama, porque ha circulado por varias televisiones. Un reportero insistía en preguntarle por las pruebas que dice tener. “Yo creo que no tiene que seguir con preguntas absurdas”, fue la respuesta. Como en los programas de telebasura, al final da igual si el follón se ha montado porque una se ha acostado con el marido del otro o le han pillado borracha en un bar. Lo que importa es el 'share'. A cambio de una buena audiencia, cualquiera de los protagonistas mata. Un periodista de El Debate pensó que era un momento tan bueno como cualquier otro para pasar al análisis político. “¿Cree que este será el final del Gobierno de Sánchez?”. La respuesta indicó por dónde van las prioridades de Aldama: “Esperemos que sea así por el bien de todos. Espero que el señor Feijóo haga lo que tenga que hacer”. Así que el líder del PP ya sabe que no puede decepcionar a Aldama. El tipo se lo está currando y más no puede hacer. La misión no acababa allí. Había que terminar la jugada y para eso la mejor opción era entrar por teléfono en el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco. “Esta señora (por Leire Díez) trabaja obviamente para el señor Santos Cerdán y para el señor Pedro Sánchez”, dijo en el tono que le caracteriza. Estaba tan lanzado que soltó una frase de las que hay que recordar: “El partido socialista me ha metido en la cárcel para callarme”. Lo cierto es que, como suele ocurrir en estos casos, fue un juez de instrucción de la Audiencia Nacional el que ordenó su ingreso en prisión por su presunta participación en un fraude en la compra de hidrocarburos por una cuantía de unos 140 millones de euros. Tanto follón para tan poca chicha. La intervención anterior de Leire Díez –en la que no aceptó preguntas de los periodistas– no contó nada especialmente significativo. Volvió a presentarse como periodista que lleva años investigando la corrupción, no ya sobre los hidrocarburos, sino sobre otros asuntos como la Kitchen, aunque resulta que no ha publicado ni una sola línea en ningún medio. Será que tiene el síndrome del folio en blanco o la pantalla en negro. “Se puede ser socialista y periodista de investigación”, explicó. No son estados incompatibles, pero los periodistas suelen publicar lo que saben y tienen confirmado. Díez negó haber hecho todo esto en nombre del PSOE. “En ningún caso, he hecho mi trabajo en representación de nadie”, dijo. Sobre su papel en la reunión con empresarios imputados en la que buscaba trapos sucios de la UCO, contó de forma no muy convincente que su labor fue únicamente informativa: “Puse sobre la mesa las posibilidades de nuestro ordenamiento”. No hay en ninguna norma un apartado que explique cómo una persona sin cargo conocido dice a un imputado que le puede poner en contacto con la Fiscalía. Confirmó que ha solicitado la baja como militante socialista. La llamó “baja voluntaria y temporal, espero”. Es casi seguro que el PSOE no quiere volver a verla en ningún sitio, y mucho menos en los titulares. Lo único bueno para ella es que seguro que alguna editorial estará interesada en publicar su libro. Si alguna vez se decide a ponerse a ello. Una última duda es qué actitud adoptará el fiscal anticorrupción que consiguió que Aldama saliera de prisión para que empezara a aportar pruebas en relación a Ábalos y sus ayudantes. ¿Era este el espectáculo que buscaba? ¿Mover el avispero a ver si alguien pierde los nervios y empieza a largar? Después de lo visto este miércoles, no cabe duda de que el objetivo del espectáculo está conseguido. Al nivel de los mejores años de 'Sálvame'.